Nikolay entró a su despacho y se sentó con tranquilidad, necesitaba hacer un par de llamadas... se disponía a tomar el teléfono cuando un fuerte llamado a la puerta reclamó su atención —¡Adelante!— le dijo a quien sea que estuviese llamando a la puerta, asintió tranquilamente cuando vio que se trataba de Igor, quién entraba con la mirada fija en él— Igor, adelante — el hombre asintió— ¿está todo bien? —Sí, todo está bien señor. Me he percatado de que la seguridad, han estado como corresponde, los perros igual estan alerta, he revisado cámaras y micrófonos todo está en perfecto orden— le dijo con voz tranquila— ¿y qué me dice usted?— lo miró directamente a los ojos— ¿está todo en orden?— Nikolay emitió un largo suspiro que dejaba entrever que había algo que le preocupaba. —Todo está bien aunque Amaia ha quedado bastante perturbada con los eventos de la noche anterior. —¿Acaso podría culparla?— le preguntó mientras le regalaba una sonrisa y se sentaba frente a él— no es algo fáci
Kira esperaba sentada en la cómoda silla, su padre la miraba un poco inquieto, él era muy consentidor y ella su única heredera en consecuencia Anton Ivanov solía consentir todo lo que su hija le pedía. —No estoy seguro de que ésta sea muy buena idea, Kira. —Claro que lo es, padre. Tenemos una enorme oportunidad y Nikolay sería muy tonto si no lo ve— le dedicó una enorme sonrisa, y luego miró a los hombres de seguridad de Nikolay, que estaban a unos cuantos metros, parecían muy atentos a lo que ellos hacían. —Yo estoy de acuerdo con Kira— dijo uno de los jóvenes sentados frente a la hermosa joven— mi prima tiene razón querido tío, ésta es una oportunidad enorme, tener el apoyo de Kozlov en ésto sería beneficioso para todos. —Pero él tiene trato con los yakuzas, no creo que acepte ésto.— argumentó Anton. —Veremos— sonrió ampliamente— tengo buenas tácticas para convencer. — dijo Kira. —Solo te pido que te andes con cuidado, hija— dijo el hombre después de un largo suspi
Nada más pronunciar aquellas palabras Amaia se fijó como todos los presentes giraron su mirada hacia ella quien terminaba de entrar al recibidor de una forma imponente con el hermoso vestido negro ceñido a cada una de sus curvas, la mirada decidida y el sonido de sus tacones resonando en el suelo, mientras las ondas de su precioso y lacio cabello oscuro acentuaban aún más su belleza. "Maldit4 sea, Kira siempre generando problemas" pensó Nikolay mientras observaba con burla a la mujer que se giró para enfrentarse a la aparente serenidad de su esposa, pero Amaia no estaba nada serena, sino todo lo contrario, a pesar de su apariencia fría, sus ojos demostraban una furia y una determinación que hubiesen espantado a cualquiera... menos a Kira, que parecía igual de enfurecida y controlada que su oponente. Kira sonrió burlona y se alejó de Nikolay, retrocediendo algunos pasos y elevando su mentón para enfrentar a su rival. Era preciosa, Amaia Kozlova era preciosa y eso no podía negarse,
—¿Está todo bien Aimara?— le preguntó Laura mirandola con profunda preocupación, Aimara parpadeó un par de veces como volviendo a la realidad, como saliendo de un trance, observó a Laura quien parecía mirarla como si estuviese evaluando cada uno de sus gestos, atenta completamente a su respuesta— ¿Estás de nuevo pensando en no sé qué? —En mi hermana—confesó— siempre pienso en mi hermana, siempre pienso en cómo estará, la extraño demasiado Laura, vivir alejada de ella se ha vuelto una completa tortura— sus ojos se llenaron de lágrimas y se lo reprochó porque quería ser fuerte, pero sentía que esa fortaleza le abandonaba día con día y no podía sentirse más sola de lo que ya estaba, sentía que al haberse alejado de Amaia había perdido una parte importante de su esencia— Hace ya un par de días que no hablo con ella— dijo triste. —¿Qué es lo que te preocupa realmente?— preguntó Laura abriendo su paquete de papitas— me aseguraste que se encontraba bien, que su esposo cuida de ella y qu
—¡Maldit4 mujer, La odio y la detesto, maldit4 sea la hora en la que se cruzó en mi camino!— gemía y gritaba Kira furiosa entrando al recibidor de su pequeña mansión, enojada como estaba arrojó su bolso hacia el sofá justo donde estaba sentado Klaus con un vaso en las manos que contenía un poco de whisky, los hombres que venían como guardaespaldas intercambiaron miradas sintiéndo que tendrían que ser castigados nuevamente con un ataque de malcriadez de la consentida de los Ivanov. —Pueden retirarse— exclamó Klaus— salvándolos así de tener que ser quizás el objeto de ira de aquella mujer, ambos hombres inclinaron levemente la cabeza y giraron alejándose a paso firme y apresurado del lugar donde estaba a punto de estallar la ira de la hija del jefe. —Y supongo que esa mujer de la que hablas No es otra sino Amaia Kozlova, ¿o me equivoco? —Por supuesto que no te equivocas— dijo frustrada caminando hacia él y arrancándole el vaso de las manos, ingirió de un solo trago el contenido— esa
Klaus, cómo tantas veces habia hecho con anterioridad, colocó una ensayada expresión de preocupación, sus ojos se llenaron de una extraña sombra que no pasó desapercibida para Antón quien de inmediato se preocupó por su niña, al imaginar que lo que sucedía era bastante grave. —¿Qué es lo que sucede Klaus?, ¿Algo anda mal ? —Últimamente todo está mal con Kira, tío—suspiró dramáticamente mientras se colocaba en pie y dejaba sobre la mesita el vaso que había contenido El whisky. —¿A qué te refieres exactamente?, no me ocultes nada Klaus, sé que mi pequeña ave, quizás no me dirá para no preocuparme, ¿le sucede algo a mi hija? —Le sucede de todo tío, su obsesión por Nikolay Kozlov está amenazando con acabar con ella. Me preocupa que Kira cada día parece perder más la razón, está obsesionada con recuperar el amor de ese hombre a pesar de que él le ha dejado bastante claro de que no plantea serle infiel a su esposa. Su obsesión por él, terminará afectando tus intereses tío, ella no
—¡AMAIA!— gritó la menor de los Müller mientras salía corriendo hacia su hermana, Amaia sonrío feliz ante aquella reacción tan genuina, la felicidad la inundó al poder estrechar entre sus brazos a su pequeña hermana —¡Estás aquí!— dijo ella llena de alegría. —He vuelto, pequeña—le dijo con ternura— No me perdería tu cumpleaños por nada del mundo. —Aun falta, no pensé que vendrías— le dijo alejando y luego girandose hacia Nikolay— que bueno que tú también estés aquí— le dió un corto abrazo, Nikolay sonrió un poco incómodo. —Tambien me alegra verte, Aimara — le dijo Nikolay— los dos hombres destinados a la seguridad de la jóven hicieron una leve inclinación hacia Nikolay a lo cual él asintió. —¿Que les parece si vamos por un helado?— propuso el ruso y las mujeres asintieron felices. Aimara y Amaia, disfrutaban tanto el estar juntas y poder ponerse al día, cuando llegaron a la heladería, la imagen era un poco impresionante, a pesar de que algunos de los guardaespaldas se quedaron
Los ojos de Kira se llenaron de rabia, no podía darle crédito a sus oido, ¿es que sería posible que su padre se hubiese vuelto loco?, ¿Acaso su padre había perdido la razón?, porque no conseguía otra explicación razonable para lo que estaba sucediendo. Su corazón palpito con fuerza, la rabia y la incredulidad bombeando con fuerza. ¿Cómo pretendía casarla con Klaus?, Kira dio dos pasos atrás, alejándose de su padre, poniendo entre ellos toda la distancia posible, y luego lo miró directamente a los ojos antes de preguntar; —¿Acaso estás loco, padre?, ¿ qué te pasa?, Yo no voy a casarme con Klaus, eso es completamente ridículo, sabe perfectamente que es mi primo. —¿Y eso qué?— preguntó Anton encogiéndose de hombros y restándole importancia al asunto— es perfectamente conveniente, así los negocios y los bienes, todo eso queda entre familia. Klaus y tú harán una dupla genial, ambos son fuertes, inteligentes, me darán nietos saludables que puedan seguir con la dinastía Ivanov, han t