El frío del suelo se había filtrado en cada rincón de su ser, y Amaia no recordaba cuándo había caído en un profundo sueño. Se estremeció al escuchar un grito que la obligó a abrir los ojos. Confusa y desorientada, se encontró en una jaula enorme, metálica y austera. No había ni una cama ni una silla, solo el eco lejano de su propia respiración y el sudor frío que le recorría la frente, le dolía todo el cuerpo. Sin embargo, su mirada se centró en la figura que ocupaba el otro extremo de la jaula.—¿Quién eres?...¡Quiero salir de aquí!La mujer era alta, de cabello corto desordenado y ojos oscuros que destilaban ferocidad. La observaba con una expresión despectiva, como si estuviera evaluando a su presa. Un escalofrío le recorrió la espalda. Fue entonces cuando un hombre apareció en la penumbra, las únicas partes visibles de su rostro eran sus ojos grises, fríos como el hielo, que la examinaban con una mezcla de desdén y diversión. Una máscara cubría su rostro, ocultando su identidad y
La jaula era un monstruo de acero, fría y opresiva, cuyos barrotes reflejaban la luz triste de las lámparas desgastadas del lugar. Amaia respiraba con dificultad, su corazón latiendo como un tambor de guerra en su pecho. La mujer frente a ella, de ojos ardientes y un físico imponente, flexionaba sus músculos, lista para la batalla. En el fondo, el eco de las risas burlonas del hombres enmascarado retumbaba en su mente, un recordatorio de su cruel realidad.Estaba atrapada en aquella jaula, a merced de sus secuestradores. Se quitó el vestido, el mismo le quitaría movilidad ya que era bastante ajustado, se quedó en ropa interior, pero rasgando un poco la tela realizó una especie de pareo para cubrir u poco la parte iferior de su cuerpo, extendió las piernas realizando algunos movimientos, descubriendo que era perfecto. A muerte, aquella pelea era a muerte... debía ganar, no había opciones, pensó recordando cada lección de Katerina y las muchas maneras en las que podía sacar provecho
Las paredes de la jaula resonaban con el eco del miedo y la desesperación. Amaia, en medio del caos, vio cómo dos espadas relucían bajo la tenue luz que se filtraba desde lo alto. La figura del hombre de la máscara se desvaneció tras un torbellino de sombras, dejándolas a ella y a la mujer, su oponente, en un mundo de tensión y peligro.La mujer sonrió de manera malévola al recoger su espada, un destello de ambición brillando en sus ojos. Amaia, aunque más pequeña y delgada, había visto la fortaleza del espíritu en sus clases con Katerina, y sabía que su agilidad podía ser su mejor aliada.En un instante, la adrenalina en su interior se desató, y sin pensarlo, corrió hacia el arma, un instinto de supervivencia empujándola hacia adelante, se lanzó hacia la espadas que yacía en el suelo, el frío metal besando su palma cuando lo tomó. Aquel instante fue un grito en el viento; la batalla comenzaba.La mujer con una sonrisa siniestra, ya había tomado una de las espadas.—Estás en problema
—¡No puedo creer que se atrevieran a ésto!—les escupió con despreco—¡Nikolay les arrancará la piel!— les amenazó enfurecida— ¡No quedará nada de ustedes, no encontrarán ni sus huesos!— les advirtió— dejenme ir antes de que Nikolay llegue por mi. ¿Acaso creen que no vendrá a buscarme?— preguntó con un poco de burla. —Querida— dijo la mujer y comenzó a reir delicada y sensualmente en un gesto coqueto que parecía tan ajeno a ella— ¿Qué te hace pensar que no queremos que Nikolay te encuentre?— preguntó burlonamente enarcando una ceja.—¿Qué quieres decir?— preguntó entrecerrando los ojos, sintiéndo que su corazón se detenia, ¿Acaso era una trampa?, ¿pretendían emboscarlo? pasó saliva temiendo que Nikolay cayera en la trampa— ¿Qué están planeando?—Que Nikolay llegue hasta nosotros es solo parte de nuestro plan— sonrió malicioso— esto es una emboscada, cariño. Tenemos todo un arcenal de armas y un ejercito de hombres esperando por él, en cuánto el rey llegue...— sonrió con mucha malicia—
Amaia la miró y luego frunció el ceño, no comprendía muy bien lo que ella decía.—¿Cómo que... tu hombre?—Muy sencillo— sonrió Annette— Klaus ha sido mio desde mucho antes, solo que su matrimoio con Kira es solo parte de un plan... Kira era el medio para obtener el poder, pero siempre se ha tratado de nosotros, ésto es parte de un plan... un plan desde hace mucho.—No deberías decirle nada— intervino Klaus frunciendo el ceño.—¿Por qué no?— preguntó con burla— igual va a morir dentro de estas rejas, ni ella, ni Nikolay saldrán de aquí con vida. ¿Qué más da que lo sepan o no?— preguntó con una sonrisa seductora, entonces Klaus la miró y le sonrió atrayendola hacia él, Annette se pegó a su cuerpo, melosa y seductora dejó un ardiente beso en la boca de Klaus y cuándo se alejó dejó un mordisco en el labio inferior, los ojos de Klaus brillaron de emoción y Amaia pudo observar que él realmente estaba enamorado de ella.—¿Así que quién inició esto?, ¿Acaso fuiste tu, Klaus?— indagó enarca
Klaus atravesó el umbral de la habitación matrimonial, Kira estaba sentada sobre el amplio lecho con la mirada fija en la nada. Nada más verla sintió ira, las palabras de Amaia le golpearon... ella tenia razón, solo por ella tenia poder. Pero pronto sería viudo, y sobornaría a quien fuese necesario para obtener el control total de todo. —Hola, querida esposa— le dijo con voz melosa. Kira parpadeó y se giró para verle con expresión vacia.— pensé que estarías lista. —¿Lista... para qué? —¡Oh, querida!, ¿Lo has olvidado?— preguntó con una sonrisa.— se supone que hoy saldriamos a cenar fuera. — ella frunció el ceño. —No recuerdo ninguna cita pendiente entre nosotros— dijo desconcertada. —Por fortuna aún queda tiempo para prepararnos... Una hora más tarde había caído la noche, Kira no se sentía de buen humor pero decidió prepararse para la salida. Se metió a la parte trasera del coche, solo un hombre estaba allí; el chófer. —¿Y a dónde vamos sin seguridad? —Es una sorpre
Kira la miró aterrorizada, sus ojos se abrieron enormes y dio un paso atras, sentía que el aire se escapaba de sus pulmones.—Yo... no... eso no puede ser— dijo ella con los ojos llenos de lágrimas mientras negaba agitadamente— mi padre...—El muy idiota de Klaus manipuló a tu padre, lo único que le interesa es obtener poder. El imbécil quiere jugar a ser Dios, se casó contigo para manejar los negocios Ivanov, y me secuestró para emboscar a Nikolay, quiere quedarse con todo el poder de Rusia, el muy tonto quiere dirigir la bratva.—¡M4ldita sea!— gimió con las lágrimas deslizandose por sus mejillas— Klaus... ¿cómo fue capaz?, ¡mi padre lo amaba como a un hijo!— se aferró alos barrotes de la jaula— espero que Nikolay lo mate o yo misma le arrancaré la piel— se desplomó en el suelo, gimiendo, ahogada en llanto por el padre que había perdido, un padre que la había amado y que creía que hacía lo mejor al casarla con aquel traidor.—Eso no es lo peor, Kira— ella la miró a través de lágrima
—¡Es una trampa, Nikolay!— escucho la voz de Amaia y sin decir nada entró al lugar con algunos de mis hombres, y con el lobo americano junto a mi...—No creí que llegaras tan lejos, Nikolay— dijo Klaus, su voz cargada de desdén y Nikolay negó con una sorisa sarcastica —Has traído a todos tus perros a ladrar, pero no te salvarán hoy.— Debí sospechar que eras tu, debía tratarse de ti— Nikolay levantó su arma, su mirada fija en Klaus.— Suéltala, o te juro que te haré pagar por cada segundo que ella ha estado aquí. Annette pero si parees otra— dijo burlon mientras apuntaba a KlausAnnette se rió, una risa fría y cruel.—¿Crees que tienes el control? Estás en nuestro territorio, y aquí no hay lugar para los débiles.—Claro que no hay oportunidad para los débiles, lo que me sorprende es que estés aquí, siedo lo débil que eres— La tensión se intensificó. Nikolay sabía que Klaus no dudaría en hacerle daño a Amaia si la situación se tornaba peligrosa. —No te equivoques, Klaus. Te daré una opo