Habían pasado cinco días desde que regresaron de casa de Cedric. Luego de ese viaje que pareció una misión personal de Alice, lográndola y haciéndose con una nueva hazaña.Noelia había recibido su merecido por parte de Alice, luego de ella querer hacerle la vida imposible, Cedric le había contado a Robert cómo estaba la situación entre la pareja, pero al querer comentárselo a Alice, la rubia se negó a saber nada al respecto.Realmente no le interesaba la vida privada de Cedric y Noelia y menos quería sentir algo de culpa si la pareja se divorciaba, de eso no quería saber nada.Ya no era asunto suyo.Se vengó, no necesitaba saber nada más ni echarse arriba las consecuencias.Asunto para ella olvidado.Habían ido de compras por unos bañadores que Alice necesitaba para sus vacaciones, pero allí no esperaban encontrarse con Charisse Sinclair y su hermano, Jared.Era la primera vez que Jared veía a la pareja juntas luego de saber que habían decidido intentarlo.Era la primera vez que veía
—Narra Sofía Taylor——Yo…¿Cómo que él…? ¡Papá!—No me levantes la voz, Sofía.—la voz tranquila de mi padre calló la mía, dejándome en completo silencio. Parece que esta vez no me escucharía, pese a mis intentos. Creí que la idea se iría de él luego de un par de semanas, pero transcurrieron los meses y eso solo se hizo más fuerte, hasta que ya no había vuelta atrás para este matrimonio.—Necesito que alguien se encargue de las empresas Taylor, ya estoy viejo y tu madre no me dio hijos varones,—parecía una queja de su parte, pues éramos cinco hermanas, yo la mayor de todas. Loren, Mary Jane, Samy y Alice, la más pequeña.—solo hembras, no más que eso, muchas mujeres que pronto tendré que ir casando. Tú serás la primera, Sofía. Este matrimonio nos abrirá muchas puertas. Estoy viejo y quiero dejar esto en buenas manos, por el futuro de ustedes, el de todos. Tu madre y yo estamos de acuerdo y este será el primer matrimonio de muchos. Tengo buenos planes para ustedes.—¿planes? ¿Pretendía prog
Habían decidido dos semanas de vacaciones.Después de todo se lo merecían, pero también era uno de los regalos por el cumpleaños de Alice.—Aún sigo sin creérmelo.—Alice tomó otro trago, se habían pasado un poco con los cocteles, pero milagrosamente la rubia no estaba ebria, sino Robert.—Me está sentando bien el alcohol.Ella no era de tomar, es que ni se acordaba de alguna vez en su vida haberse emborrachado, le faltaba ese tipo de experiencias y, aunque pensó terminar más ebria que una uva, resultó ser su pareja el que ya estaba bien contento con todos los tragos que se habían tomado.—Ya se asoma la luna.—señaló Robert hacia el cielo, pero allí no había nada, más que un cielo nublado. A punto de llover.Detrás de ellos dormía Ethan.Los vasos vacíos estaban por todos lados y Alice miraba el que tenía en su mano. Tomó el de Robert para que no bebiera mas, pero le agradaba verlo de ese modo, jamás lo había visto así y reconocía que se veía tierno.Últimamente se veía muy tierno.Se d
Tres días antes de terminar las vacaciones, Ethan despertó con fiebre, sus mejillas estaban muy enrojecidas y él se sentía mal, se podía ver en la expresión de su rostro o los suaves quejidos que soltaba, llorando en voz baja. No quería no comer nada.De inmediato lo llevaron al hospital, solo se trataba de un virus leve, pero podían presentarse los síntomas por una semana más, no era necesario ser hospitalizado, pero sí seguir los cuidados que recomendaba el doctor.No era conveniente para él viajar en ese estado, por lo que ya no serían dos días los que le quedaban allí, tenían que estar al menos una semana más, durante la recuperación de su hijo.Debido a eso, tomaron otro hotel, se movieron hasta el centro de la ciudad para estar más cómodos y que fuera un lugar más agradable para Ethan.Ver su expresión debilitada o lo falto de ánimo que estaba rompía el corazón de sus padres, Alice se puso muy nerviosa, que hasta lloró, era la primera vez que Ethan se enfermaba, una experiencia
«—¿Ya te vas?—Charisse salió de su habitación, eran las once de la noche y Robert estaba allí, había cenado con ellos. Ella ya tenía que irse a la cama, al día siguiente tenía que estudiar. Y Jared ya le había dicho que se fuera a la cama.—Sí, ya me voy. Tú ve a dormir.—le dio un beso en la frente y la joven sonrió toda enamorada del amigo de su hermano, estaba enloquecida con Robert Graham, su amor platónico. Intentaba ocultarlo lo más que podía, él jamás se fijaría en ella, le llevaba más de cinco año y la diferencia era mucha, considerando que Charisse ni siquiera era mayor de edad.El timbre de la casa sonó y Jared fue abrir, dejándolos solos en el salón, Charisse aprovechó para darle un abrazo de buenas noches y Robert se dejó, considerando que eso no le haría ningún mal, él no la veía de otro modo, más que como la hermana de su amigo, eran cercanos, charlaban mucho, salían los tres, él de vez en cuando la llevaba algún lugar y fue en una de esas situaciones en la que él le dijo
«¿Qué tan poco valía una vida?Bethany había cubierto todos los gastos médicos de la joven Charisse.A Jared, que solo la tenía a ella, se le iba la vida, mientras su amigo lo apoyaba en aquel momento, ¿pero qué más podían hacer cuando la vida de Charisse pendía de un hilo?Jared sintió que lo perdía todo cuando su hermana entró en estado de coma.Su mundo se destruía, porque la única que lo sostenía era ella.Ella era su razón de ser, su razón de vivir y eso se lo arrebataban. Lloró tanto en el hombro de Robert que las primeras noches ese era el único modo en que Jared cerraba los ojos, cuando se quedaba dormido mientras lloraba.No habían buenas noticias, no habían noticias.Aquella tarde Beth llegó con un exagerado vestido, con colores que resaltaban y la tela que escaseaba en su cuerpo, durante la primera semana se mantuvo tranquila, sin que su presencia agobiara a Robert.Pero ya lo había dejado tener su luto, la fiesta tenía que empezar de nuevo, no hizo todo aquello para que ah
El chofer había decidido llevar a la joven a un hospital porque no sabía cómo ayudarla, en el camino llamó a su hermano para avisarle de la situación, pero Jared ya había terminado de su trabajo, estaría de regreso a casa, por lo que se encontró con ellos a mitad de camino.Charisse había entrando en una clase de crisis que solo fue calmando cuando vio a su hermano. Se resguardó en sus seguros brazos, respirando con normalidad, las imágenes de ese día no se iban de su mente, estaban en cada pestañeo, cada vez que cerraba los ojos, en todo momento, las veía, la voz de ella, su imagen, su cara. El sonido del coche al acelerar y el miedo que le llegaba hasta los huesos.Cargó en sus brazos a su hermana de regreso a su habitación, quiso dejarla sobre la cama, pero Charisse seguía demasiado asustada.—No me sueltes, Jared. Por favor. No me sueltes.—Estoy a tu lado, nada te va a pasar. Necesito que me digas a dónde fuiste y porqué estás así. ¿Qué ha sucedido?—Es…el cumpleaños de Robert. Q
—Debe tratarse de un error.—aseguró Alice, luego de haber intentado separar a Robert y Jared de aquella pelea, ambos arrojados en el piso, con sus cuerpos sudados y agitados. Por suerte ninguno de los dos se había herido y no pasó más más allá de forcejeos y cada uno evitando el puño del otro. Alice no estaba muy convencida, pero no quería ponerse de parte de Jared, pese a que la expresión de Robert ya decía mucho.—No puedes irte sobre Robert sin saber lo que pasa, Jared. ¿Qué maneras son esas de arreglar las cosas? Por favor, esta no es la manera.—Alice, quiero que te mantengas fuera de este tema, porque no es asunto tuyo. Se trata de Robert, mi hermana, Bethany y yo. Quédate fuera.—le pidió Jared. Se sentía un poco nervioso porque Robert seguía en silencio.En su corazón el deseaba que Robert no supiera nada, que fuera una equivocación, un error, tal como decía Alice, porque la traición sería muy grande, que la persona que estuvo tan presente durante años en la vida de él y su herm