Frente a él estaba Alice, pero era una Alice muy diferente, jamás la había visto así, ni de cerca de ese aspecto.Ella quiso ocultar su rostro de él, pero no hubo tiempo para eso, ya Jared la observaba, miraba la figura delgada de aquella mujer que en cuestión de semanas ya no era ni la sombra de lo que un día fue. Estaba consumida, hasta el punto de parecer enferma, postrada en aquella cama, intentando cubrirse de él.Jared sintió como su pecho se oprimía al ver el aspecto tan demacrado de Alice, pasó una mano por su rostro, sin creérselo, un poco desconcertado ante lo que veía, anonadado con aquel aspecto tan preocupante que ella presentaba y esa delgadez tan notoria.Definitivamente no había sido nada sano perder todo ese peso de golpe, hasta cambiar su aspecto y parecer otra persona.—Alice.—la pronunciación de aquel nombre destiló total tristeza y ante la angustia él tuvo que contenerse para no llorar o mostrarse afectado y asombrado frente a ella.¿Cómo fue que la dejaron llegar
Jared aguardó fuera de su habitación, recostado a la puerta, apenas sí pudiendo respirar luego de la rara escena que había pasado allí dentro en la que vio completamente desnuda a Alice Taylor.Todo había pasado tan rápido, retiró las sábanas de su cuerpo y debajo contempló con emoción el cuerpo desnudo de Alice, su corazón retumbante, lleno de emoción por contemplarla y una sensación muy desconocida, junto con un movimiento extraño dentro de su pantalón.Dejó una mano en su pecho y otra en su cara, estaba nervioso, no se lo creía, también sentía mucha vergüenza por verla en ese estado, por descubrirla de esa manera tan brusca, sin saber que ella estaba desnuda, que su cuerpo estaría expuesto por varios segundos ante sus ojos, segundos que él aprovechó al máximo para memorizar todo el esplendor de ella.No fue su intención verla desnuda, pero al hacerlo…era como si sus ojos no quisieran ya ver otra cosa, más que a ella.«La vi desnuda. Completamente desnuda.» Pensó con inquietud y cie
Robert sonreía ampliamente, pues Alice estaba por cenar y eso a él le alegraría ya que…si ella estaba de ánimos para cenar, aquella noche podrían hacer otras cosas, ¿no? No llegó allí con la plena intención de tener sexo con ella, pero podría ser que sucediera. Tenía que aprovechar, cualquier oportunidad contaba.—¿Quiere que le prepare un lugar en la mesa para que acompañe a la señora en la cena? He preparado muchas cosas deliciosas, puede que le guste, señor.—ofreció la mujer.—Claro que no, ya he cenado,—llegaba de verse con Dayana, siempre estaba con ella, casi compartía todo su tiempo al lado de esa mujer. Y la verdad es que le gustaba mucho tenerla cerca.—¿está Jared con ella?—Está en la habitación que se la ha asignado, no le apetece cenar. Creo que ambos han llegado cansados por el día que han tenido. No ha sido trabajo fácil sacar a la señora de la cama, pero lo ha conseguido. Creo que estará descansando.—Aún así, debería de estar acompañándola para asegurarse de que ella d
No quería a Robert cerca de ella, pero a Alice tampoco le agradó la idea de que él fuera directo a ver a Jared, se ponía muy ansiosa cada vez que ellos dos estaban en un mismo lugar con ella presente. Sabía que ellos tenían una relación de amistad antes de ella estar en medio, pero seguía siendo incómodo para ella verlos juntos, porque uno era el desgraciado de su esposo y otro…el hombre que la amaba.Masticó con calma, sintiendo el sabor en su boca, tragando con suavidad y notando como la comida bajaba hasta su estómago, deseaba poder hacer más, pero tenía que ir de a poco, despacio y sin apresurarse a nada.¿Hace cuánto que no comía o masticaba algo hasta tragarlo y sentirlo en su estómago? Mover su mandíbula le parecía algo raro, un poco nuevo, como si se hubiera desacostumbrado a eso. Lo hacía de manera muy lenta, pero lo hacía.Probó de varias cosas, pero ya no podía más. No es que hubiera comido mucho, pero aquello fue un avance increíble, considerando el tiempo que llevaba sin
Mientras conducía a la casa de Dayana, Robert pensaba en su esposa. Pensaba demasiado en ella, su cuerpo había quedado muy caliente y le gustó la manera en la que Alice respondió al beso o cómo se movía cuando él tocaba sus pechos o ponía su cara entre ellos. Aún sentía sus pezones a cada lado de sus mejillas, tan cálidos y suaves.¿Podría ser que en una semana ella aceptara de verdad tener sexo con él o tendría que hacerlo como siempre lo hacía? Disfrutaba mucho de aquel modo, a pesar de que el placer siempre era momentáneo, pero…admitía que necesitaba que Alice mostrara algún interés por él, que al menos su cuerpo expresara que sentía, que le gustaba y no esa frialdad con la que siempre lo recibía en el acto.—¿No le gusta como lo hago o qué?—se preguntó algo atormentado, por primera vez pensando en esa posibilidad. Pero él había sido el primer hombre con el que ella estaba, no había probado otro, ¿podría ser que no le gustara? En su cabeza sentía demasiadas dudas, por lo que se det
La habitación estaba a oscuras, él estaba sobre la cama y los latidos de su corazón era todo lo que podía escuchar, la ira lograba consumirlo, sabía que ya Robert no estaba en aquella casa, pero conocía sus planes y no podía dejar que Alice cayera en esa trampa que era Robert, su matrimonio, todo aquello, esa miserable vida, la vida que ella estaba llevando al lado de ese hombre que solo la usaba, de la que únicamente necesitaba un hijo, una criatura que perteneciera a los dos, vengarse de ella por algo que Alice no tenía ni idea.Destruirla.¿Cómo era que Robert se había convertido en algo así? Su amigo siempre había sido de carácter fuerte y de un ánimo muy complicado, pero…¿llegar a convertirse en el monstruo que quería destruir a su inocente esposa?Se sentó en la cama.Sus pies descalzos tocaron el suelo y él se puso de pie, dio vueltas por una media hora, hasta que ya no aguantó más.Necesitaba hablar con ella, ¡tenía que advertirle!¿Le contaría todo lo que Robert le dijo? ¿Era
Eran las cinco de la madrugada cuando Robert se levantó luego de que sonara la alarma que él programó. En medio de un bostezo comenzó a realizar llamadas a la lista que ya había hecho, luego de eso estaban por dar las seis de la mañana y él corrió a bañarse, pues ahora tenía que acudir a todas esas citas que acababa de programar.Mientras él se bañaba, Katy le llevaba el desayuno a la habitación y le arreglaba la ropa en la cama.Al Robert salir del baño desayunó mientras se vestía para agilizar más todo, en la puerta lo esperaba Katy.—Entonces, ¿un año ya de casados? Y yo solo la vi en la boda. ¿Debo de quejarme?—Lo siento, Katy, pero las cosas no van muy bien entre ella y yo. ¿Y recuerdas lo que te dije?—Solo conoceré a la mujer que ames.—Y a ella no la amo.—Pero es tu esposa.—Puede que la conozcas pronto, creo que papá también quiere tener más acercamiento con ella, así que no comas ansias. Ya me marcho, tengo una sorpresa de aniversario que organizar.—Que todo salga bien.—
¿Cómo es que ella odiaba las flores? Si mientras estuvo en la cama pareció que le gustaba, ¿a qué se debía ese cambio tan drástico en Alice? ¿Por qué?—A mí me gustan y creí que podrían ser también de tu agrado. Los claveles son hermosos, Alice. Pero lo entiendo. Si no son de tu agrado, está bien.—¿Y ahora qué haría con todas las flores que tenía repartida por toda la casa? ¡Había traído cuantas pudo! ¡Todo estaba lleno! ¡Todo!—Nos han preparado el desayuno y te he traído algunas cosas, quiero que…celebremos nuestro aniversario de bodas, Alice.Si venían de él, a ella no le gustaban las flores.Alice abrió la puerta del baño para salir, pero Robert no se quitó de en medio, esperando una respuesta de ella.—No voy a celebrar nada.—dijo de forma contundente.—No tengo nada que celebrar.—Alice…he preparado algunas cosas y podrían ser de tu gusto. ¿No te animas? Tengo una sorpresa para los dos por nuestro aniversario. Si me das una oportunidad, puede que hasta te agrade.—¡No voy a celebr