Mientras conducía a la casa de Dayana, Robert pensaba en su esposa. Pensaba demasiado en ella, su cuerpo había quedado muy caliente y le gustó la manera en la que Alice respondió al beso o cómo se movía cuando él tocaba sus pechos o ponía su cara entre ellos. Aún sentía sus pezones a cada lado de sus mejillas, tan cálidos y suaves.¿Podría ser que en una semana ella aceptara de verdad tener sexo con él o tendría que hacerlo como siempre lo hacía? Disfrutaba mucho de aquel modo, a pesar de que el placer siempre era momentáneo, pero…admitía que necesitaba que Alice mostrara algún interés por él, que al menos su cuerpo expresara que sentía, que le gustaba y no esa frialdad con la que siempre lo recibía en el acto.—¿No le gusta como lo hago o qué?—se preguntó algo atormentado, por primera vez pensando en esa posibilidad. Pero él había sido el primer hombre con el que ella estaba, no había probado otro, ¿podría ser que no le gustara? En su cabeza sentía demasiadas dudas, por lo que se det
La habitación estaba a oscuras, él estaba sobre la cama y los latidos de su corazón era todo lo que podía escuchar, la ira lograba consumirlo, sabía que ya Robert no estaba en aquella casa, pero conocía sus planes y no podía dejar que Alice cayera en esa trampa que era Robert, su matrimonio, todo aquello, esa miserable vida, la vida que ella estaba llevando al lado de ese hombre que solo la usaba, de la que únicamente necesitaba un hijo, una criatura que perteneciera a los dos, vengarse de ella por algo que Alice no tenía ni idea.Destruirla.¿Cómo era que Robert se había convertido en algo así? Su amigo siempre había sido de carácter fuerte y de un ánimo muy complicado, pero…¿llegar a convertirse en el monstruo que quería destruir a su inocente esposa?Se sentó en la cama.Sus pies descalzos tocaron el suelo y él se puso de pie, dio vueltas por una media hora, hasta que ya no aguantó más.Necesitaba hablar con ella, ¡tenía que advertirle!¿Le contaría todo lo que Robert le dijo? ¿Era
Eran las cinco de la madrugada cuando Robert se levantó luego de que sonara la alarma que él programó. En medio de un bostezo comenzó a realizar llamadas a la lista que ya había hecho, luego de eso estaban por dar las seis de la mañana y él corrió a bañarse, pues ahora tenía que acudir a todas esas citas que acababa de programar.Mientras él se bañaba, Katy le llevaba el desayuno a la habitación y le arreglaba la ropa en la cama.Al Robert salir del baño desayunó mientras se vestía para agilizar más todo, en la puerta lo esperaba Katy.—Entonces, ¿un año ya de casados? Y yo solo la vi en la boda. ¿Debo de quejarme?—Lo siento, Katy, pero las cosas no van muy bien entre ella y yo. ¿Y recuerdas lo que te dije?—Solo conoceré a la mujer que ames.—Y a ella no la amo.—Pero es tu esposa.—Puede que la conozcas pronto, creo que papá también quiere tener más acercamiento con ella, así que no comas ansias. Ya me marcho, tengo una sorpresa de aniversario que organizar.—Que todo salga bien.—
¿Cómo es que ella odiaba las flores? Si mientras estuvo en la cama pareció que le gustaba, ¿a qué se debía ese cambio tan drástico en Alice? ¿Por qué?—A mí me gustan y creí que podrían ser también de tu agrado. Los claveles son hermosos, Alice. Pero lo entiendo. Si no son de tu agrado, está bien.—¿Y ahora qué haría con todas las flores que tenía repartida por toda la casa? ¡Había traído cuantas pudo! ¡Todo estaba lleno! ¡Todo!—Nos han preparado el desayuno y te he traído algunas cosas, quiero que…celebremos nuestro aniversario de bodas, Alice.Si venían de él, a ella no le gustaban las flores.Alice abrió la puerta del baño para salir, pero Robert no se quitó de en medio, esperando una respuesta de ella.—No voy a celebrar nada.—dijo de forma contundente.—No tengo nada que celebrar.—Alice…he preparado algunas cosas y podrían ser de tu gusto. ¿No te animas? Tengo una sorpresa para los dos por nuestro aniversario. Si me das una oportunidad, puede que hasta te agrade.—¡No voy a celebr
Robert y Jared se quedaron en silencio durante unos minutos mientras se miraban, quedándose frente a la puerta de la habitación, rodeado de todas las flores.—Mi trabajo aquí ha terminado.—dijo. Sabía que Alice se sintió herida con lo que pasó antes, cuando él dijo que solo era una amiga. ¿Cómo decir otra cosa? ¿Complicar más la situación en la que ella se encontraba? ¿Era esa la razón o…no podía decirle a su mejor amigo que estaba enamorado de su esposa?—Eso ya lo veo.—Quiero mi puesto de regreso.—Y lo obtendrás, el lunes te incorporas de nuevo.—¿Y qué pasa con ella?—¿Quién? ¿Dayana? Volverá a su puesto. Tranquilo, solo pasaron unos dos días desde que tomó tu lugar, tampoco es para tanto. ¿Estabas enojado?—No lo sé, me preocupaba lo poco capacitada que está ella.—Ya lo sé, me dejé llevar un poco y luego ya no quería cambiarla.—Sobre el golpe que te di…—Robert se tocó la cara.—Aprecio mucho a Alice, Robert.—Hablemos fuera.—le dijo, tocó su hombro y ambos fueron esquivando las
Nada de aquello era muy grandioso para Alice, venía de una familia adinerada y lo único que conocía eran los lujos, su vida siempre había estado rodeada de eso.Era consciente de la calidad del vestido que llevaba puesto o las demás cosas que Robert le compró, pero nada de eso la asombraba, ella solo usaba las prendas más caras, las ropas más lujosas y costosas, al igual que sus hermanas. No presumía de nada, pero siempre le gustó vestir bien, incluso con los complejos que cargaba, porque estos no siempre estaban presentes. Alice únicamente se sentía mal con su cuerpo cuando otros hacían que ella se sintiera menos, y eso no era siempre.Ella creció con mucho amor, siempre fue muy mimada, la menor de todas sus hermanas y con mucha diferencia de edad.Había disfrutado plenamente de la vida, hasta que se casó.Pero al ponerse ese vestido, al ver como recogía todo su cuerpo y la transformaba en una hermosa figura, Alice se sintió bien, tardó unos minutos frente al espejo, solo observándos
Casi a las cinco de la madrugada llegó a aquella casa, su habitación estaba a oscuras, pero ella conocía cada rincón de ella, le daba mucha nostalgia, ¿cuándo fue que pasó a ser una mujer? ¿Por qué?Se acurrucó en su cama y por unos breves segundos pensó en Robert, entonces comenzó a reír, ¿cómo creía que ella iba a enamorarse de él? ¿Por qué lo creía posible? Lo único que Alice quería era el divorcio, ser libre. Hablar con sus padres para comentarle su decisión y que le dieran su apoyo, porque ella sabía muy bien que Robert Graham se negaría. Después tenía que hablar con Sofía, porque necesitaba que ella pusiera a Jared en un buen puesto en la empresa de su esposo.¿Y entonces qué seguía después de eso? ¿Estar feliz junto a Jared? Él dijo que eso bastaba, algunos pequeños cambios, ella divorciada y listo, ¿no?Durmió unas tres horas, hasta que su madre irrumpió en su habitación a las siete de la mañana.—¡Alice!—gritó con fuerza al abrir la puerta.—¡¿Pero qué significa esto?!—cerró l
Le bastó solo dos días pensárselo. Realmente no tenía que darle tantas vuelvas al asunto, porque si aún el matrimonio terminaba, los Taylor salían ganando, ¿no?Entonces, ¿qué era lo que inquietaba tanto al señor Taylor?Tenía varias pruebas de que aquello podría funcionar, pero ya se iba haciendo a la idea de que con la pequeña Alice no sería así, ¿por qué? El señor Taylor no contaba con que Alice estuviera enamorada de alguien más, él no lo sabía. Y era por lo mismo que no entendía cómo es que en un año no resultó nada entre Alice y Robert Graham.Robert no estaba enamorado de alguien más, ¿por qué no se enamoraría de su hija? Era una mujer bella, inteligente y ella…¿ella no había dicho que iba a poner de su parte para que las cosas funcionaran?¿No era un año el tiempo suficiente para ver si iba a resultar? Y era ese mismo tiempo que el señor Taylor les daría para ver si era así, pero al ocurrir la pérdida del bebé Ethan, él decidió darles un poco más de tiempo, pero las palabras d