Larisa.
Luego de pasar toda la mañana dentro de la cocina organizando todo lo de la cena para mi Dmitriy. Obviamente no me puedo atener con el tiempo, ya que las horas pasan y si yo quiero que las cosas salgan bien me tengo que esforzar para que todo quede como a mí me gusta. La señora que trabaja en la casa, ¡si! Le dicen el ama de llave; ella me dijo que no me preocupara porque ella misma se encargaría de todo lo que quiero.
Nuevamente me siento rara porque señora todavía no soy y menos me quiero acostumbrar a esta vida, ya que la mía siempre ha sido “gánate lo que tú quieras”, y eso es lo que hago, me lo gano trabajando y esforzándome.
Mark me insistió que dejara todo, ya que le prometí ir un rato a la alberca para despejar la mente y
Antes de salir de la bodega, los Mexicanos se ofrecieron a unirse a la guerra, diciendo que descuartizaran a todos. No la pensé dos veces y me armé de armamento y salimos de ahí como alma que nos lleva el diablo, si no me apresuro matarían a mi lucero y eso no lo permitiré por nada del mundo.Que recen lo que vayan a rezar porque ahorita acaba de salir el mero diablo. Morirá todo aquel que sé voltio, y no solo él, morirá el hijo de puta junto a su raíz de sangre. Creen que esto lo pasaré por alto, creen que no mataré al hijo de puta de Emilio; ese maldito que esta detrás de todo esto, hasta el punto de meterse en mi territorio, pero los que sufrirán serán los traidores.—Quiero que le den con todo, no se detengan por nada del mundo —grito—.
Todo esto me da inercia, pero para procesar esta pérdida de tiempo le hago una simple pregunta a la señora para que mi padre quede un poco tranquilo, pero ella no coopera, ya que el llanto y el susto se le hace difícil recomponerse y poder hablar y narrar parte de lo que sucedió durante mi ausencia.—Después que usted se fue; la señorita junto al joven Mark estaban planeando hacerle una cena, hora después de la organización de la cena ambos decidieron ir a la piscina, mientras ellos estaban en la piscina yo me encontraba organizando los últimos detalles —Aspira—. Mi susto fue ver que la señorita salió corriendo del pasillo de la cocina para luego subir las escaleras, mi curiosidad incrementó que no me bastó y la seguí hasta su habitación.&
Es una propuesta muy, pero muy apresurada, pero mi corazón no lo piensa ni dos veces porque no tengo la intención de decirle que no. Lo que tengo que hacer es darle una oportunidad a él y al amor.—Sí, acepto —grito de alegría—, aunque jamás me imaginé que me pedirías matrimonio en la ducha y luego de hacer el sabroso.—¿Qué es el sabroso? —dice con el ceño fruncido.Por un momento pensé que estaba hablando con mi Mark, ya que ambos hablamos lenguajes raros, cien por ciento inventados por nosotros. Es obvio que mi Mark y yo somos un caso.—Mi amor, el sabroso es lo que acabamos de hacer y de lo que podemos seguir haciendo —paso rozando mi de
—Señorita, Larisa —hablan detrás de la puerta.¿Quién será? Espero que no sea mi Dmitriy porque eso sería un mal presagio.—Mark, abre la puerta y mira que es lo que quieren, pero encárgate que no sea Dmitriy —dejo de verlo para nuevamente mirarme al espejo.—¿Qué se le ofrece señorita? —escucho la voz de mi Mark.Mi amigo es educado pero con una pizca de altanería, por desconfiado.—El señor Vólkov acaba de ordenar que salieran las personas que estuvieran con la señorita Larisa porque él vendrá por ella.—Larisa, tu suegro
Hice caso omiso a lo que ella dijo, no me importa morirme en el intento. Saliendo de la cabaña como predije, entro a un lugar asolado de solo pasto verde. Corro sin rumbo alguno escuchando el unísono de las balas resonar. Reprimo un grito y un sollozo del miedo, para enfocarme a correr y correr.A pocos días entramos al mes de noviembre; es el mes donde entra el invierno y la nieve por todo el país; no sé por qué pienso en el clima, ya que lo único que tengo que pensar es en cómo salir de aquí.Siento que me quedaré sin aire, mis pies salpican y arden de dolor, pero mis ganas de huir valen más que cualquier cosa.—Corre hijo de puta, no permitas que se escape la doncella del jefe —gritan a lo lejos. —Más adelante están los polizontes —dice con desespero.Tienen miedo… Ambos tienen miedo que policía los capture, y eso me beneficia a mí por qué así no se las dejaré tan fácil que se diga. El maldito toma de mi mano y me jala hasta sacarme de la cajuela. Me quejo del dolor, para luego adorar el aire fresco que la atmósfera nos regala.—Aaaayyy… —chillo de dolor.La muy puta no tiene la mínima delicadeza para desatarme con cuidado; ambos están desesperados, puedo escuchar su respiración agitarse y el temblor en sus manos. Reprimo los quejidos de dolor para ver de reojo en el lugar que me encuentro. Estoy en medio de la nada, lo único que nos ilumina son las luces traseras del auto y la lunCapítulo 19
Voy resguardada de los malditos hombres de Emilio. Dejo caer mi cara hacia la ventana del auto; con la mirada perdida veo hacia los vehículos que pasan a lado de este maldito carro. La pistola se ha encargado de cubrirme con una frazada evitando que esos hombres me vean, ya que mi vestido quedo destrozado.Suspiro… suspiro... suspiró profundamente.¡No pierdo la fe que mi Dmitriy me venga a salvar!—No jodas pistola, el jefe nos matará —escucho unas voces.No me importa si tienen temor de no haberme cuidado como se les ordenó, ya que lo único que quiero es que todos se mueran para que pueda ir tras de mi Dmitriy. ¿Será posible que si cierro los ojos podré tener todo lo que tenía
***Recostado en mi cama, con la mirada perdida hacia el techo pensando cómo me presentaré ante mi rusa, ¿qué es lo que le diré? Una parte de mí tiene miedo que me rechace, pero otra parte de mí me dice que haga el intento.—Señor… Señor Emilio —tocan la puerta.Salgo de mi mundo de tortura para volver a mi realidad. Exhalo fuertemente para luego levantarme de la cama y encaminarme hacia la puerta. Solo giro a la manija, doy media vuelta en el instante que escucho que da el clic, dándome la señal que la puerta se abrió.—Pase —hablo en el instante que me siento en mi Diván que está cerca de la cama.Último capítulo