Y justamente antes de que Maximiliano Lup pudiese abrir la boca, la puerta fue tocada, aquello logro que mi tranquilidad llegara a un punto de agradecer

Mientras Nerea me observo llena de preguntas, pues sin duda habíamos recibido muchas visitas en un solo día, yo por mi parte solo camine hacia la puerta

Mientras observaba la atenta mirada azulada de aquellos tres, ahora no solo era una, eran tres, era curioso, me causaba un poco de gracia aquellos pensamientos

Y cuando abrí la puerta y observé a un sonriente Antón, sentí que todo se mejoraba un poco, pues ¿quién mejor para este ambiente que Antón?

―Hola, hola…

―Antón…

Y sin más los dos pequeños niños corrieron a la puerta, observe sorprendida la situación, como aquel pare sin más, solo corrían hacia él

Como este les sonreía lleno de emoción y como Maximiliano Lup, se levantaba, como si verlo no fuese una sorpresa

―Llegas tarde…

―No me culpes, la verdad es que estaba un poco ocupado, pero no hay lugar al que no fuese por mí…