Golpeaba mi pie contra la baldosa una y otra vez, daba uno que otro suspiro y observaba hacia la ventana, estaba completamente demente.Lo sabía perfectamente, pero si no lo hacía, si yo no tomaba el toro por los cuernos, sabía muy bien, que todo sería un desastre y que al final todo terminaría mal.No solo para él, también lo sería para nuestros hijos, por lo que di otro de los miles de suspiros que he dado y observe de nuevo hacia la ventana.Pero él no parecía, simplemente estaba sin parecer y yo estaba a punto de enloquecer, entonces note la llamada en mi teléfono y sabía que él no se quedaría quieto.Pero por lo menos esperé que tuviese un poco de paciencia, pues no estaba en peligro mortal, no como él lo consideraba.― ¿Ya aprecio? Si no lo ha hecho, solo levántate y deja que la policía se encargue y si tanto miedo te causa yo puedo hacerlo, yo…―Max… Mi amor, solo debes calmarte, no pasará nada, solo hablaremos, solo…―No estoy de acuerdo, no lo he hecho nunca, además con el he
Aquel solo había salido sin más, no había dado siquiera una oportunidad para hablar sobre aquel tema, estaba tan sorprendida.Más cuando sentí un agarre en mi hombro y al girarme completamente alterada, pude ver a Max, aquel que tenía una expresión llena de furia.Y podía jurar que las cosas no estaban de la manera adecuada, por lo que apreté mis labios en una línea recta y dejé caer mi cabeza sobre su mano.Solo intentado que este comprendiera que no era momento de pelear, que no estaba bien, no cuando todo parecía estar hecho un gran lío, y no sabía cómo lidiar con este.―Él está confundido, él…―No te atrevas a disculparlo, está jodido de la cabeza, de eso no hay la menor duda, pero confundido, Zane está confundido, cuando no sabe qué color es el rojo y el naranja a la distancia, incluso creo que necesita lentes, pero él, él no está confundido, es solo una mala persona que creer que está completamente seguro de que lo que hace y hará será lo mejor…Lo observé con preocupación, más
El lugar era lúgubre, note como Max parecía un poco incómodo, aun así, no soltó mi mano ni por un solo segundo, mientras caminábamos por los pasillos.Entonces, de la nada, pude ver a Antón en la entrada de la habitación que, según Max, le había indicado que estaría, pude ver su semblante incómodo.Y como parecía no haber siquiera decirme, Antón nunca había sido bueno para momento como este, solía ponerse incómodo con la muerte y los sitios demasiado tensas.Por lo menos eso era algo que recodaba de este, si me preguntaba, podía jurar que no sabía, ¿cómo era que este ahora sería el esposo de Stella?De aquella mujer ruda y bastante exigente que estaba segura de que para encontrar a su futuro esposo tendría que pasar por mucho.Pero aquí estaba él, demostrando lealtad y seguridad a mi hermana, mientras nos regalaba una pequeña sonrisa y caminaba hacia nosotros.Probablemente, para que mi padre no notara que habíamos llegado y podía imaginar que Stella se encontraba con él dentro de aqu
Andrei.Caminaba de un lado a otro, lo hacía de manera desesperada, mientras me preguntaba ¿Cuánto tiempo duraría en traer a esta mujer?La verdad era que estaba ansioso, lleno de tanto, sobre todo en el lugar en el que me encontraba, mi mayor peligro, era el hecho de que solo me dejaran así sin más.No, aún no había nada seguro, aún no había nada que los hiciere atarme a este lugar, por lo que podía estar tranquilo.Más cuando al final de cuentas, Sanda era Sanda, ella no me haría daño, ella no se atrevería siquiera a poner una demanda, cuando yo soy su amigo de la infancia.El padre de su hija, aquel que aquella pequeña niña adoraba con todo su corazón, por lo que podía estar más que tranquilo.Fue entonces cuando la mujer entro al lugar, un guardia la seguía a su costado, mientras que ella me observaba con lo que parecía bastante sorprendida y ladeo la cabeza para verme mucho mejor.Ya no era para nada la mujer que una vez conocí, aquella mujer elegante y refinada que solía demostr
Mi corazón latía como loco, la policía estaba allí, completamente desbordada, acordaron el lugar y no permitían que nadie entrara, mientras que yo no dejaba de temblar.No dejaba de mostrarme aterrada mi hija, mi hijo ¿Dónde estaban? ¿Por qué no los dejaban salir a mis hijos al igual que a los otros niños?Max, se encontraba en la entrada del lugar, discutía con lo que parecía ser el capitán, mientras que él manoteaba y parecía enfadado, Antón hablaba en medio de los dos.Al parecer intentando conciliar en medio de la situación, una que no veía pies ni cabeza, cuando Max estaba de aquella manera y parecía estar a punto de explotar.Yo estaba en un costado con Stella, temblaba como loca, mientras que ella se aferraba a mí con fuerzas y parecía mostrase como un pilar en este difícil momento.Pues debido a que solo habíamos recibo unas llamadas que indicaba que la escuela de mis hijos había sido atacada por un hombre, el cual se había llevado a uno de los niños.Y que habían atacado a un
Entre a la pequeña habitación en la sala de pediatría, observé al hombre sentado al lado de mi hijo, aquel estaba completamente concentrado en él.Lo observaba con detalle, lo tenía tomado de la mano y parecía estar en medio de algo, una parte de ellos dos fue por esa razón que solo tome asiento a su costado.Lo observe en silencio, deje que hiciera con Zane lo que se hacía, sus ojos azules estaban tan conectados en nuestro hijo, que de la nada dio un largo suspiro.Y hablo sin dejar de observarlo.―Cuando nos quedamos solos, le hice una promesa a Zane, le dije que yo me aferraría a él, como él se había aferrado a mí, le dije que lo amaría y lo protegería como a nada en el mundo, que me iba a encargar de cuidarlo, que nada lograra causarle dolor o tristeza, que lo amaría tanto como te amo a ti…―Max…―Pero le fallé, lo hice con los dos, tanto con Nerea como con él, lo hice porque desde el inicio había fallado a primera promesa, ¿Cómo creía que esta vez la cumpliera? ¿Cómo sería posibl
Los barrios bajos eran terribles, la verdad era que no le deseaba ni a mi peor enemigo el vivir en un lugar como este.―Denme sus teléfonos, no podemos permitir que llamen a la policía…― ¿Qué?―Creía que venían de parte de Ciriana, creía que eran aliados, ¿Por qué no podemos llamar a la policía en caso de problemas?Antón se quejó con furia, mientras que yo solo observe al hombre con cautela aquel que solo se encogió de hombros hablo con indiferencia.―Ustedes no lo entienden, nosotros no hacemos cosas muy buenas que digamos y no iremos a la cárcel, solo estamos ayudándolos con ese demente, que les hizo daño a niños, y no estábamos dispuestos a ofrecer asilo a alguien como él, pero mi hermana pidió que no hiciéramos nada, que solo los retuviéramos algo que hemos estado haciendo, no pidas más… Así que dame el teléfono.―Hablas mucho y no explicas nada.―Que me des el teléfono…El saco sus armas, Antón mostró un gesto lleno de frustración, por lo que lo entrego con furia, aquel a punto
―Los declaro marido y mujer… Puede besar a la novia…Observe a Maximiliano frente a mí, aquel que me guiño un ojo, a lo que no pude evitar sonreír ante aquello.Más cuando los gritos se escucharon y los novios se habían dado un dulce beso cerrado, aquello que los unirían de por vida.Antón y Stella se veían felices, era su boda, aquella que tanto habían planeado y permitieron que nada la opacara, a lo que observe como Zane y Nerea lanzaban los pétalos que habían quedado en la canasta.Algo que me divirtió demasiado, pues no era para hacerlo, pero ellos parecían divertidos, y Antón igual, pues este había parado frente a ellos, se había agachado.Y había recibido pétalos de los dos niños, justamente como había hecho Nerea, quien les sonrió con genuina felicidad a aquellos y los abrazo con fuerza.Nerea y Zane habían pasado por mucho, sobre todo luego de aquel terrible juicio, donde ellos tuvieron que contar todo lo ocurrido.Nerea tuvo que hablar sobre lo que hizo Andrei, mientras este