LA NOVIA DE REMPLAZO

― ¿Eres consciente de lo que harás? Dime, ¿acaso lo eres?

Observo a mi padre a mi costado, mientras esperaba que iniciara la música, en lo que mis ojos se fueron hacia los suyos y la verdad era que no, no lo estaba

Pero ya había dado mi palabra, y no podía hacerle lo mismo a Max, no podía solo decir que me marcharía sin más

― ¿Me estás escuchando Sanda? Te estoy hablando… Tu padre te habla…

Salí de mis pensamientos y observé a mi padre, este tenía una expresión tan furibunda que la verdad me causaba un poco de gracia

Ya estaba vestida, tenía el vestido de aquella mujer, que la verdad aún no comprendía como era que me quedaba tan bien, estaba maquillada y peinada

Ya no había marcha atrás, ya era la novia y a menos que Penélope Fals entrara por aquella puerta, no había marcha atrás

―No entiendo por qué estás tan enojado, ¿Qué no deseabas que me casara? ¿Qué por fin consiguiera una buena relación?

―A eso voy precisamente, tienes un novio, uno con el que has estado por cinco años, ¿Qué Max y tú no lo pensaron?

Hice una mueca antes las palabras de mi padre, por lo que di un largo suspiro y mis ojos se centraron en los suyos, mientras él parecía estar preguntándome con la mirada

¿Por qué tenía ese tipo de expresión?

―Hay algo que no te he dicho, la verdad es que Costel termino conmigo el día de ayer precisamente, él solo me dijo que tenía a otra mujer y que la verdad era que no quería estar con una mujer como yo

― ¿Cómo? ¿Y cómo es una mujer como tú?

Mordí mi labio inferior, no podía decirle que una mujer que tenía obligaciones con su familia, una que trabaja, eso sin duda lo hará sentirse culpable

Por lo que decidí más bien irme por otro camino en esta conversación

―Él tiene a otra mujer padre, de hecho, yo era con quien la engañaba, se casará pronto…

― ¿Qué? Ese maldito, lo mataré, no dudes que tu padre te vengara…

Sonreí un poco divertida ante sus palabras, observé como parecía ser que se marchaba, pero de la nada detuvo sus pasos

Y solo pude dar un largo suspiro, mientras imaginaba que este iniciaría de nuevo sus tonterías

―Si de verdad piensas un poco en mí, marchémonos, tal vez si hablo con los señores Lup, yo…

―Sabes muy bien que ellos se quejaran contigo, yo acepte un trato con Maximiliano, por lo que no creo que esté muy feliz, si yo lo dejo plantado…

― ¿Crees que eso les importa? Los Lup deben estar muy enojados por el hecho de que el joven amo a decido casarte contigo, sabes lo que somos, así que…

― ¿Qué somos? ¿Humanos? ¿Personas que trabajan para ellos? ¿Desde cuándo son tan intocables para que no pueda siquiera casarme con Max ¿tan poca cosa soy para ti?

―Eso no es lo que deseo decirte y lo sabes, pero eres consciente que nosotros nacimos para servir, que nosotros…

―Tú naciste para servir tal vez… Yo no… Desde ahora te digo que esto solo será por un año y luego me marcharé… Estoy oficialmente fuera de la familia Lup, no seguiré con esa tradición, al igual que no estará Stella, tampoco lo hará, ese fue el trato que he hecho con Max…

Mi padre abrió los ojos en grande, parecía ser qué acababa de decir la peor noticia del mundo, mientras yo solo lo enfrentaba directamente

Estaba cansada de esta situación, sentirnos inferiores a los Lup y todos los que estaba a su alrededor, permitir que Penélope me grite por culpa de Max

Más que nada estoy cansada de ser la que sufre las consecuencias de los actos de aquellos, sé perfectamente que mi padre no se iría con nosotras

Pero no permitiré que mi hermana baje la cabeza ante ellos, muchos menos seguiré con ello, estoy lo suficientemente clara para saberlo

El problema era que mi padre parecía no estar muy convencido de ello

―Eso que acabas de decir… Parece que has decidido todo, incluso este matrimonio, sin siquiera consultarme, parece qué tienes la vida, resulta incluso la de tu hermana y la tuya, parece que yo soy algo que te avergüenza, que…

―Oh… No lo hagas, no me convencerás con esas palabras, ya lo decidí, este es mi primer paso, si estás conmigo lo agradeceré, pero si me das la espalda, también lo aceptaré, no te obligaré a nada padre, así como espero que tú lo hagas…

Mi padre pareció estar lleno de tanto en su interior, mientras yo pude sentir como la puerta fue tocada y como parecía ser que se daba inicio a la locura que había aceptado

Mientras mi corazón latía a mil por horas e imaginaba qué le tendría que decirle a Antón que me llevara hacia el altar

Pero mi padre de la nada se posicionó a mi lado, me ayudo con el velo y dio un largo suspiro, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas

Al saber que, a pesar de todo, él siempre estaba conmigo y esta vez parecía ser que no sería diferente

―Todos los padres queremos lo mejor para los hijos, no todos sabemos que es, pero sabemos que es lo mejor, tal vez tengas razón, esta es la única oportunidad de que ustedes no vivan esta vida que yo llevo, así que si quieres mi bendición con gusto te la daré, te apoyaré en todo lo que desees, solo no me alejes de tu vida y no cargues todo sola ¿está bien?

No pude decir una sola palabra, tenía un terrible nudo en mi garganta, pero aun así asentí, mientras él me regalaba una pequeña sonrisa

―Ahora vamos a hacer esta locura, la verdad espero que todo salga bien

―Lo hará, todo saldrá bien

Esa afirmación era más que suficiente para mí, que, para él, e imagino que lo entendió, por qué no dijo una sola palabra, la música inicio y nosotros iniciamos a caminar por el pasillo lleno de flores

Mientras las personas me observaban desde sus asientos, yo estaba allí, caminado hacia el hombre que estaba vestido de blanco con una pequeña sonrisa

Y cuando llego el momento en que mi padre debía entregarme, no logre escuchar las palabras de mi padre, solo note su sonrisa divertida y como movía sus labios

Parecía ser una sonrisa muy a su modo, pero mi cerebro automáticamente no funcionaba, pareció que estaba a punto de vomitar y dejar a ese hombre plantado de nuevo

―Tranquila, solo somos tú y yo…

―Y muchas personas más… ¿Estás seguro de esto? Tal vez si…

― ¿No me dejarás plantado o sí?

Nuestras palabras salían en un susurro, muchos creían que solo eran palabras de amor, pero yo solo lo observaba a él, sus ojos azules concentrados en los míos, sus manos sujetándome

Era como si temiera que en cualquier momento escaparía, justamente como lo hizo aquella mujer que se casaría con él, justamente como lo hizo su prometida de la adolescencia

Mi corazón no deja de latir como si fuese un demente, creo que me dará un paro cardiaco, ¿cómo es eso, ¿es cuando se detiene o cuando se alegra como loco?

No sé cómo es eso, solo soy una simple secretaria, no soy tan buena en eso de medicina, si mucho sé cómo se coloca un parche para los dolores

El hombre frente a mí, que solía estar en peleas cuando éramos niños, o cuando éramos adolescentes, solía ir mucho hacia mi golpeado, mientras lo regañaba

Mientras le decía que a golpes no se resolvía todo, él solo sonreía, lo hacía justamente como lo había hecho hacía unos momentos cuando me vio entrar en el lugar

Pero ahora, ¿sería una buena idea casarme con mi amigo de la infancia? ¿Casarme con mi jefe, solo pare evitar que este estuviese en un escándalo?

¿Qué no era aún peor, cuando te casas con tu secretaria, en vez del matrimonio que había sido esperado por tantos años?

Muerdo mi labio inferior y las palabras del hombre vestido de banco además de mí, habla sacándome de mis pensamientos y de mi corazón a punto de estallar en mi pecho

―Maximiliano Lup… aceptas como tu esposa a Penélope… Disculpe… A Sanda…

―Loral…

―Sí, Sanda Loral… ¿Para ser su esposa, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarla, honrarla, consolarla y cuidarla, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?

La mirada de Max, era más que suficiente, si se volvía a equivocar lo iba a despedir, ¿podías despedir al sacerdote de tu boda?

Venido de este hombre, yo esperaba cualquier cosa, pero entonces sus ojos se concentraron en los míos, bendito dios, tú que todo lo puedes ilumínalo

Dile que no sea tonto, que no se case conmigo, que no es buena idea, que yo no soy la indicada

―Acepto…

Hijo de puta, como te odio, me tragué lo que tenía en mi cabeza e incluso el gesto que estaba por mostrarle, aunque con su pequeña sonrisa podría jurar que sabía lo que deseaba hacer

Ese entonces, cuando de la nada el sacerdote, me observo, parecía preguntarse de nuevo ¿cuál era mi nombre? Pobre hombre, no lo culpo

Yo no era la que se iba a casar este día, de hecho, yo ni novio tenía, pero esa mujer estúpida tenía que escapar, solo para llamar la atención de Max, qué tonta

Jamás en mi vida he visto que Maximiliano, vaya por una mujer, de hecho, este solía burlarse de todas y decir que eran demasiado estúpidas como para pensar que iría por ellas

Aunque una vez fue por mí, aquel día mi madre había muerto y yo solo escape, no quise ir a su funeral, solo tome el primer tren y me subí a este por horas y horas

No quería ver nada, no quería escuchar nada, pero él solo entró a mi vagón, sudaba y parecía preocupado, se sentó a mi lado y no dijo nada, solo se quedó allí

Lo hizo para mí, mientras yo lloraba y suplicaba por mi madre, mientras solo posiciono su mano en mi cabeza y consoló en silencio

Le debía esto, le debo tanto, le debo demasiado y por esa razón, ahora me casaré con él, solo para demostrarle que conozco la lealtad, aunque estoy segura de que él últimamente lo duda de mi parte

―Sanda Loral, ¿acepta usted a Maximiliano Lup, para ser su esposo, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarlo, honrarlo, consolarlo y cuidarlo, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?

Observe hacia mi padre, note como este negaba con la cabeza de manera disimulada, lo sabía, no estás de acuerdo, padre, pero ¿Qué te cuesta ayudarme un poco en esto?

Mis ojos se fueron hacia mi hermana, aquella observaba todo, como si fuese una especie de broma, observaba hacia atrás, como si esperará que Penélope entrar en cualquier momento

La entendía, las dos odiábamos a esa m*****a niña rica, pero la verdad era que esto era una locura, ¿Por qué estaba yo en este altar con Max? Sin duda la entendía

Incluso yo esperaba que llegara, pero Max lo dijo, él se había encargado, que ella no enterara durante toda ceremonia,

Imaginaba que, para Max, si ella había escapado, ya, significaba que no la deseaba cerca, era un hombre bastante estricto, una bestia del trabajo y de las decisiones como solían llamarlo

―Señorita Loral…

El sacerdote habló de nuevo, observe a mi amigo y jefe, y note como este levantaba una ceja, parecía decirme ¿Qué hacía?

Pero las palabras no surgían de mi garganta, no podía hacerlo, simplemente no podía, estaba a punto de darme la vuelta, de marcharme, de liberarme de su agarre

Y escapar, justamente como lo hizo Penélope, ahora comprendió por qué lo hacía, aunque creía que ella lo amaba, yo no lo amo, lo quiero es mi amigo

Pero no puedo, simplemente no puedo, fue entonces cuando observe como Max abrió la boca y sin más susurro aquellas palabras, que siempre hacían que cometiera locuras

“estamos en esto junto, siempre lo hemos estado, no me abandones, yo nunca lo haré”

―Acepto…

Y las palabras solo surgieron sin más, solo con esa m*****a frase, mientras él sonrió, lleno de victoria, acabó de salvar su trasero

―Repita conmigo Yo Maximiliano Lup, te recibo a ti Sanda Loral, para ser mi esposa, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.

Escuchaba la palabra de parte de Maximiliano, mientras apretaba su mano hacia mí, en lo que coloco aquel anillo, que jodidamente me quedaba perfecta

Por su puesto, yo misma lo elegí, Maximiliano, se había negado a ir en busca de los anillos de alianza, y Penélope estaba muy ocupada en su viaje espiritual

Que ahora sabemos que se trataba no más que la luna de miel adelantada con su amante, por lo que yo me había encargado de todo esto, por lo que el anillo estaba a mi medida

No es más que una burla del destino, lo sé, parece no más que un chiste de muy mal gusto al final de cuentas

―Repita conmigo Yo Sanda Loral, te recibo a ti Maximiliano Lup, para ser mi esposo, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.

Cada palabra la decía como si fuese no más que un recital, como si fuese no más que palabras vacías y llenas de nada

En lo que tomar el anillo de las manos de Antón, el mejor amigo de Max, note como te me guiño un ojo y pareció divertido con la situación

Hace unas horas bromeábamos sobre el hecho de que no fui elegida como dama de honor, debido a que me odiaban y ahora no era la dama de honor, era la novia

No lo pensé mucho, tome el anillo con mis manos temblorosas y lo posicione en su dedo, había quedado perfecta, eso de alguna manera hizo que diera un suspiro de alivio

Era curioso, pero hace unas horas era mi mayor preocupación, que el anillo le quedara perfecto a mi testarudo jefe que no había querido medírselo, pues veía su matrimonio como una sentencia

Ahora lo entiendo, por qué yo me siento como si no hubiese ganado nada, a pesar de todo lo que Maximiliano, me había prometido, fue entonces cuando la sentencia fue dada sin más

― En virtud de la autoridad que me conceden las leyes de la santa iglesia, los declaro marido y mujer. “Puede besar a la novia.”

¿Espera qué? ¿Besar? Eso no lo habíamos llegado a conversar Maximiliano y yo antes de aceptar este loco matrimonio

Pero sin más este me atrajo hacia él, y posiciono sus labios sobre los míos, y justamente cuando creía que solo sería un beso sin más

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