AlecHoy es el día más aterrador de mi vida. Estaba muy seguro de que ganaría el juicio después de la demanda contra Jennifer, sin embargo, al salir libre a las pocas horas, me volteó toda la jugada a su favor.He de admitir que ha sido muy astuta en todo esto. Durante las dos semanas previas ha sido en extremo precavida. No ha vuelto a la empresa, porque yo se lo impedí, y me encargué de sacar a todos los directivos que se atrevieron a complotar contra mí. Sin embargo, las cosas han estado lejos de calmarse.Luego de sacarla, mi abuelo y yo descubrimos cosas horrorosas con los números de la empresa. Lo que me ha estado sonando extraño desde hace tiempo, pero que por alguna extraña razón siempre terminaban cuadrando al final; todo había sido obra de ella y de Mason.Han estado desviando fondos, haciendo presupuestos inflados para luego gastar poco dinero en materiales y quedarse con lo demás.Industrias Fairchild está casi por llegar a las cifras rojas, y en mi propia cara. Todavía me
Madison—Mamá, despierta.Unas pequeñas manitos me sacuden por el hombro. Abro los ojos sintiéndome un poco desorientada, hasta que caigo en cuenta de dónde estoy y qué día es. Me levanto de la cama de un salto.—¡Es tarde! —exclamo.—No mamá, tranquila, todavía es de madrugada, mira la hora —señala Caleb.Es cierto, son las cinco de la mañana. La boda será después del mediodía. Suspiro de alivio y vuelvo a sentarme en la cama mientras estrujo mis ojos.—Creí que era más tarde.—Lo siento por despertarte mamá, es que roncas mucho y ya no podía dormir.—Yo no ronco.—Sí lo haces —asegura.No sé en qué momento ha crecido tanto, ya lo veo un poco más inquisitivo que antes. Me sonríe con ternura y se sienta a mi lado en la cama, seguido, me da un gran abrazo.—Hoy me casaré con Liam.—Pensé que ya no lo harías.Volteo a mirarlo con una ceja enarcada.—¿Por qué pensaste eso?—Bueno, como el otro día fui a buscar al señor Far… Fairchild —hace una pausa, pero al fin logra decirlo bien—… pens
AlecEstoy tan nervioso por todo esto que he empezado a sudar. Los argumentos del abogado de Jennifer parecen estar ganándose la buena fe del juez, que a cada momento me mira peor. Sacan la evidencia de mis gastos en la tarjeta, incluso usan lo del cumpleaños de Caleb en mi contra. No hay forma de que pueda darle la vuelta a esto y salir bien librado.En eso, mi abuelo entra en la sala con un hombre de alrededor de unos cincuenta años. El sujeto trae un maletín y se sienta al lado de Viktor.—Aquí tengo lo que necesitaban.Viktor se pone a revisar la nueva evidencia apresuradamente. Lo veo abrir los ojos hasta el limite y entonces se pone de pie.—Su señoría, solicito que acepte la nueva evidencia que me han traído al juicio.—¿Qué le hace pensar que voy a aceptar cosas de último momento? —cuestiona.—Su señoría, porque estas pruebas son la evidencia de que la señorita Martin no solo es la que ha sido infiel a mi cliente por muchos años, sino que también prueba que es la que ha intent
MadisonLiam y yo decidimos suspender la boda.Ninguno de los dos está listo para hacer algo así, en especial si nos hemos mentido todo este tiempo.Tener que salir y decirles a los invitados que no nos casaremos es la peor parte de todas, pero es un mal que hay que hacer.Lo peor de todo será decirle a los padres de Liam, a los que ya no les caigo muy bien.—No te preocupes, yo les diré —asegura.A pesar de todo, es un buen hombre. Le prometí ayudarlo con su problema de dinero y drogas, sé que siempre seremos buenos amigos.Ambos salimos tomados de la mano, primero le diremos a ellos, y ya luego al resto. La señora nos mira extrañada, creo que ya lo sospecha.—Mamá, tenemos algo que decirte.—Espero que no sea un embarazo.—No, nada de eso. Es que, Madison y yo hemos decidido, suspender la boda.—¿Qué?—Ya sé que parece repentino, pero…—Lo es, no pueden hacernos esto luego de que…—¡Madison! —escucho que me gritan. Volteo de inmediato a la entrada de la iglesia porque sé perfecto de
Cinco meses después…—Ahora los declaro, marido y mujer, puede besar a la novia —dice el padre.Madison me mira con esos enormes ojos marrones y su bella sonrisa. Me acerco a ella y la tomo entre mis brazos mientras le doy un suave beso en los labios.Todavía me parece que fue ayer cuando nos escapamos de otra “casi boda”, solo que el novio no era yo. Le pedí matrimonio esa misma tarde viendo la puesta de sol en el “lady bird lake”.Poder caminar a su lado y salir de la iglesia con mis dos piernas funcionales es uno de los mejores momentos de este día tan maravilloso.Los invitados aplauden y se ponen de pie ante nuestra presentación, ahora como marido y mujer.Hace cinco meses que todo en mi vida había vuelto a la normalidad.Finalmente el juez nos dio el divorcio a Jennifer y a mí, excepto que ella no logró llevarse ni un centavo, y al final, fue acusada junto al traidor de Mason por un sinfín de delitos que no puedo ni numerar.Todo había salido bien para nosotros.Caminamos de la
1. LA PRIMERA NAVIDAD DE THOMAS Madison 4 años después… —¡Caleb! Date prisa o llegarás tarde a la escuela —reprendo por enésima vez. A veces me parece mentira lo mucho que ha crecido en estos años. Todavía lo recuerdo como mi tierno bebé de seis añitos, sin embargo, ya es todo un preadolescente de once, y con todo lo que eso implica. —Mamá, controla a Thomas —me grita en respuesta. Suspiro, algo frustrada, quién me iba a decir que tener un bebé después de tanto tiempo iba a ser como volver a ser mamá primeriza. Dejo lo que estoy haciendo en la cocina para ir a buscar al pequeño Thomas cuando veo a Alec pasar por el pasillo. —Deja, yo lo busco —dice con una sonrisa. Verlo caminar como si nunca hubiese estado en silla de ruedas siempre llena mi corazón de alegría. El tratamiento había funcionado tan bien, que hace más de dos años que él no ha tenido ni siquiera que apoyarse en una silla nunca más. Sonrío y asiento, mientras él se pierde en la vuelta hacia la habitación. Al poco
AlecVer la cara pálida de Madison y sentir su mano fría como un témpano de hielo me desconcierta y me preocupa a partes iguales. No le había visto esa expresión desde hace muchos años atrás. Solo puede significar que ha sucedido algo malo.—¿Qué… qué es lo que quieres? —pregunta con un tartamudeo.—Mads, dime quién es, ¿qué pasa? —insisto, pero ella no parece que pueda emitir más de un par de palabras.Se queda en silencio un par de segundos, y luego vuelve a hablar:—No creo que pueda hacer eso, lo siento —responde con seriedad. Se levanta de la cama y comienza a vestirse de forma apresurada. La otra persona en la línea se demora un buen rato hablando.La imito y me pongo de pie también, me calzo toda la ropa apresuradamente.Ya no me detengo tanto como antes a apreciar esas pequeñas banalidades de la vida, pero me encanta poder volver a ser yo, poder hacer lo más simple como vestirme sin ayuda. Eso y de ahí, a las cosas grandes como caminar, o hacerle el amor a la mujer que amo.Ca
MadisonMientras voy de camino a encontrarme con Tania, no puedo dejar de pensar en esa bendita llamada. ¿Por qué esperar cuatro años para dar alguna señal de vida? ¿Por qué precisamente ahora?Las consecuencias de todo el daño que esa mujer nos había hecho no se nos olvidarían nunca. Por su culpa Alec casi pierde todo, pero creo que lo que nunca le perdonaré es el hecho de haberle provocado ese accidente.Ella fue la única causante de que él estuviese en silla de ruedas por tanto tiempo. Cuando me enteré de eso sentí un odio terrible hacia esa mujer, pero ahora no sé si le guardo rencor.—Señora Madison, ya hemos llegado al centro comercial —avisa Harry.Voy tan distraída mirando hacia la ventana que no me percato de eso.—Oh, gracias.Bajo y de inmediato veo a Tania, que me espera con una enorme sonrisa.—Creí que no llegarías —dice después de saludarme.—Lo siento, me retrasé un poco.—Seguramente fue obra de Alec, ¿no es así? —bromea codeándome de forma amistosa.Me echo a reír y