¡NO! La bruja de Gretel lo consiguió, Acsa será expulsada de Vlaeron... ¡¡¡Gerald ahora es su última esperanza!!!, y Edward es un tontooo.
“Fue el Creador el que determinó que Salem sea resarcido, juntando a una descendiente de él y a la misma arma que lo destruyó” Acsa meditaba en todo lo vivido, había escondido las tablillas debajo de su cama, cuando en ese momento entró una guardia real con Gretel a la cabeza. —Te informo que mi nieto ha determinado que te vayas del reino por un tiempo. La sorpresa de Acsa fue tal que se sentó en la cama impresionada. —¿Edward hizo eso? —Trajiste mala suerte al reino, es por eso que te enviaremos a Aldama, para que descanses. Acsa tomó valor y se levantó resuelta: —Deseo hablar con el rey. Gretel la miró con desprecio y le dijo: —¡Qué petulancia la tuya! Acepta lo que se te da y vete, no te despojaremos del cargo de reina y date por satisfecha, tu carruaje partirá dentro de unas horas, empaca lo necesario. —¡Quiero ver a Edward! —No me hagas enojar muchacha. —¡Soy su reina! —No eres nada si Edward no te quiere—entonces ordenó a la guardia—no la dejen salir hasta que esté l
“En estas tablas está la forma de cómo derrotar al orgulloso Edward Vlaeron y acabar con el imperio que creó” Rob no entendía la actitud de Edward, había organizado una fiesta y las concubinas y bailarinas distraían a los presentes. Se acercó a Edward que bebía de su copa. —Señor, ¿puedo hablar con usted? —Toma una copa y brinda conmigo. —Señor, es sobre su esposa. Edward entonces lo miró y le dijo: —Ese asunto ya fue solucionado, Astrid se fue un tiempo. Vilda miró a Rob y le hizo una seña de que se acercara. —Me temo caballero Rob, que algo malo le pasa al Rey, no recuerda a su esposa Acsa. —Es que no entiendo… Todo estaba bien y ahora esto. —¿Seguro que no recuerdas algo raro que pasó en el viaje? Rob hizo memoria y solo se le vino a la mente el peligro en el que el rey estuvo, la ayuda de Gerald… El vino que bebió y entonces le dijo a Vilda. —¿Se puede hacer hechizos con bebidas? —Es lo que más se usa… Rob entonces le dijo: —Una mujer se acercó con un garrafón de vin
“Acsa amor mío… ¿Dónde estás?” El rey Leolas miraba a través de su telescopio y de repente vio venir una parvada de aves huyendo a tropel, de repente todo Thamore se vio cubierto por sendas aves que huían. Entonces consultó a los sabios y estos miraron como el cielo se puso de un tono púrpura y luego gris… —Señor, eso significa guerra—dijeron. —¿Guerra? Miró todo tan gris y supo que debía proteger a su reino de todo lo malo que se avecinaba. Fue al trono y llamó a todos sus consejeros y generales. —El tiempo ha cambiado, el aire tiene impregnado el olor de sangre y no quiero que Thamore se vea afectado. —Debemos preparar al ejército para defender a Thamore—dijo uno de los generales. El rey Leolas entonces dijo: —Quiero que revisen los túneles de escapes, además de que guarden provisiones, si se viene algo contra todos debemos estar listos para sobrevivir a toda costa. Ordenó a sus magos que trajeran la copa de adivinación, entonces tomó del río sagrado, un río en donde el agua
“Estás enamorado de una mujer que puede matar a nuestra familia. —Le daré mi fe a su amor” Fueron llevadas inmediatamente ante el rey Leolas que recibía los movimientos de Abner en esos momentos y uno de sus soldados la anunció: —Señor, la reina de Vlaeron está con nosotros. Eso llamó la atención de Giselle y del rey que la recibieron, esperaba verla con escolta y no solo con una doncella. Cuando Giselle la vio se quedó impresionada de ver a la bella joven con porte de reina y con una serenidad muy grande. —La encontramos intentando vender esto—mostró las joyas. Giselle se acercó a ver las joyas, inmediatamente las reconoció, eran joyas que su exesposo le había dado tiempo atrás. Leolas preguntó: —¿Eres la reina de Vlaeron? —Sí, señor. Leolas miró en derredor y preguntó: —¿Y tu escolta? —Todos murieron, señor, solo mi doncella y yo escapamos. Eso era inaudito, poco común y Leolas le dijo: —¿Tu esposo te envió con pocos soldados? —Me envió con 20 guardias… Giselle entonce
“Vi algo terrible que iba en dirección a Vlaeron” Aistari llegó al reino de Abner y vio a su hermana con la corona de reina: —Tú no pierdes el tiempo. —Abner es un hombre poderoso, podrá vencer a Edward y a su ejército—dijo ella. —Escucha bien, Edward tiene el apoyo de cientos de reinos y de miles de ejércitos y crees que ganarán. Astrid entonces le dijo a su hermana: —Tengo fe… El lado oscuro está de mi lado. —El lado oscuro es traicionero, no te fíes de él, además qué paso con lo del hijo. Ella señaló su vientre: —Puede que tenga en mi vientre la semilla de Abner y la ofrenda para el señor oscuro. Aistari le dijo entonces: —Ten cuidado, me dices que Abner es poderoso y espero que sea así, pues no quiero perder… No nos conviene perder. En los planes de Astrid no estaba perder solo la venganza y no descansaría hasta conseguirla. Traición Abner había enviado cartas a otros reyes que tenían descontento con la autoridad de Edward y esos reyes decidieron reunirse con Abner
“Batallaremos contra poderes que nos sobrepasaran y necesito gente enfocada en la victoria y no en malas tretas” Todavía no podía creer que Acsa estuviera a su lado, la veía dormir plácidamente mientras curaban su herida, cuando todos salieron se acercó a ella y le dijo: —Volviste a mí… Los dioses te trajeron de vuelta—acarició su cabello y la vio despertar—Acsa, ¿estás bien? Al ver sus ojos azules plomizos Acsa pensó que soñaba, volvió a cerrar los ojos y luego los abrió y él seguí allí, se incorporó con dificultad y se vio en Vlaeron y ella mirando todo con sorpresa. —Estuve preocupado por ti, ¿dime Acsa dónde has estado? Ella se dio cuenta de que él era real y le dijo: —¿Edward? —Sí, amor soy yo…—sonrió. —Es que no entiendo, estaba… Yo estaba en Thamore y ahora. —Llegaste justo para salvarme. Ella pensó que había soñado todo aquello y él le dijo: —Pero ya no es necesario, cuidaré de ti y del bebe. —¿Bebe?—lo miró con horror. —Estás embarazada. No entendió nada, entonce
“Quiero hacer lo correcto y lo correcto es la justicia, no sé si lo logre… Pero lo intentaré”. Después de la reunión, Acsa intentó comunicarse con su primo que practicaba arduamente: —Miren, ya lo domino…—decía mientras hacía que el río lo llevase a la otra orilla sin mojarlo—a este paso lograré muchas cosas… Amber comentó: —¡Tonto! Fue en ese momento que escuchó: “Gerald” “Acsa…”. Se cayó al agua. Amber le gritó burlonamente: —¡Bravo chico! ¡Eres el mejor! Gerald salió del agua todo mojado y se sentó: —¿Acsa? “Gerald… Primo… Estoy con Edward, indirectamente cuando esas criaturas atacaron una parte de mí, quiso estar a su lado y abrí un portal hacia él”. —Entiendo… “Gerald… Abner tiene las tablas y las usa con maldad, necesitamos ayuda para equiparar las fuerzas…” —Acsa, es que no entiendo… “Necesitamos a los demás para poder proteger los reinos de Abner” Gerald se vio en un predicamento y solo le dijo: —No te prometo nada, aquí hay mucho… dolor en medio de todo. Cua
“Edward Vlaeron, acabas de ser derrotado por tu propia abuela” Abner tomó las tablas y pasó su mano por ellas, su cabello plateado se alzó debido a la energía que emitió y trazó una señal y de repente las nubes bajaron como torbellinos y cuando se retiraron quedaron cuatro horrorosas criaturas que simbolizaban los 4 elementos. Abner les gritó: —Aquí les presento a los Eliment, veamos que hacen contra ellos. Las 4 imponentes criaturas delante de ellos, daban miedo, tenían la altura de un árbol y grandes cabezas con ojos saltones de mirar imponente. Edward no se iba a amilanar. Una de ellas gritó con fuerza y de su aliento salieron vientos huracanados que hicieron retroceder a todos. La otra criatura hundió su mano en la tierra y parte del ejército de Edward fue enviado metros atrás elevado por la tierra. —¡Maldito!—espetó Edward—¡no, nos van a amedrentar! Se fueron contra ellos y a la tercera criatura su vientre se le iluminó y lanzó fuego por la boca, ellos se cubrieron con sus