Al que madruga, Dios le ayuda, con eso en mente se levantó Noelia, muy positiva y con todos los ánimos del mundo para lograr ser la elegida.
Tomo un baño rápido, poniendo un atuendo digno de una chica joven, sin mostrar tanto, su cabello cobrizo lo dejo suelto con sus ondas gruesas, maquillo su rostro algo suave, sin dejar de ser natural, aplicó un brillo y sonrió al espejo. Tomo sus llaves y bolso y bajo muy tranquila, llevaba casi una hora de anticipación, era su intención llegar temprano, el portero se sorprendió al verla bajar tan temprano. —Buenos días, nos vemos luego Ruperto —saludo muy sonriente Noelia. —Buenos días, señorita, feliz día —respondió al saludo el hombre, con una sonrisa que le deseaba lo mejor de su vida. Con una actitud positiva llegó al edificio, presentándose nuevamente, fue directamente al ascensor, antes de entrar a la oficina donde pensó que estaría la señora Cristina, pasó por un café, respiró profundo y tocó. Escucho un pase casi inaudible, entró confiada y solo se encontró con la mirada grisácea de ese bello hombre que no daba tregua con su mirada y su rico perfume la dejo idiotizada y sin habla. —Disculpe, señor, pensé que estaría la señora Cristina —Leonel observo su reloj, él había llegado temprano para adelantar trabajo y regresar antes. —Es muy temprano —habló cortante, sin quitar la mirada de Noelia. —Oh, disculpa, esperaré a la señora afuera —Noelia estaba a punto de salir con el café, incómoda por la actitud de Leonel. —Deme el café, lo necesito —le pidió amablemente, Noelia vio el café y luego a él. —Voy por otro, ya este está frío —Noelia salió antes que le dijera algo, unos minutos después estaba de regreso con otro café. —Aquí tiene, señor, espero sea de su agrado —dijo Noelia, ya que no sabía el gusto de él. Tomo un sorbo sin dejar de verla —Está bueno —murmuro él sobre el café. —Bueno, está usted —susurró bajito, Noelia, disimulando que se rascaba la cabeza. —¿Cómo? —interrogó Leonel al no escuchar bien. —¿Que si necesita ayuda?, soy algo buena organizando —mintió Noelia, aunque no estaba mal hacer algo mientras su jefa llegaba. Leonel la quedo viendo y asintió, dándole unos documentos. Aunque estaba seguro que había dicho otra cosa. —Organiza esto, son los empleados, de mayor rango a menor —pidió Leonel, sus manos tuvieron un pequeño contacto que los llevo a imaginar cosas muy acaloradas Noelia tomó las carpetas y se sentó en el sofá, hundiéndose en esas carpetas, mientras Leonel la veía a cada momento, muy concentrada en lo suyo, sus labios se movían como hablando sola, le sorprendía que prácticamente olvidó que él estaba ahí y él sin poder quitar la mirada de ella. —La chica está, Noelia, ¿no ha llegado? —se escuchó Cristina fuera de la oficina, hablando con Lola, Noelia seguía tan concentrada que no escucho nada. —Hermano... —habló Cristina al abrir, con su mirada y una sonrisa entró a la oficina, al percatarse de Noelia. — Buenos días, señora, ¿cómo está? —se levantó Noelia de inmediato. —Justo pregunté por ti, niña —Noelia le regaló una sonrisa a Cristina. —Llegue algo temprano y quise ayudar al señor... —Comunicó muy tranquila. —Soy Leonel, tráeme lo que hiciste, ve con mi hermana —le habló sin expresión alguna. —Ya terminé, señor Leonel —Noelia recogió las carpetas y se las coloco en el escritorio. — ordenadas como las pidió —Con deseo de nuevamente tocarla, se apresuró a ayudarla y nuevamente esa sensación de su piel erizada, besos con pasión y suspiro de placer. Cristina observó como su hermano veía cada movimiento de la chica, eso le dio la impresión de que llamó su atención. —Mamá, tengo hambre... —entró ámbar, sonriendo al ver a Noelia. —¡Holaaa! —ámbar abrazo a Noelia, bajo la atenta mirada de su madre y tio. —Mamá, ella es quien me regaló las galletas ayer, ¿puedo ir con ella a desayunar? —Cristina volteo a ver a Noelia y sonrió, el día anterior quedó muy contenta con Noelia, solo le preocupaba que fuera impuntual, pero al verla tan temprano y ayudando a su hermano, la tranquilizó y sumando que ayudó a su hija. —¿Puedes ir por tres desayunos Noelia? —Pregunto Cristina. —Sí señora, ya regreso —respondió Noelia muy formal. —Yo voy con ella —Ámbar no espero ah que su madre respondiera, salió tras Noelia muy entusiasmada. —El dinero, ¿se fue sin dinero? —Cristina recordó el dinero cuando ya Noelia se había ido. —Esperemos que regrese por él —hablo Leonel, esperanzado de que volviera rápido. —Oye, no te gustan las asistentes, pero te vi cómodo con ella —indagó Cristina con una sonrisa llena de picardía. —No imagines cosas, solo me agrada porque trabaja en silencio y muy concentrada —aclaró Leonel, desviando la mirada. —Lo mismo opino, creo que me la llevaré —anunció Cristina. —¿Llevarla a Argentina?, ¿Y no es para tener a alguien aquí? —indagó Leonel. Aunque su corazón dio un vuelco de solo imaginar verla más seguido. —Aquí tengo a Lola y dejó a la otra chica —recalcó Cristina. Eso por alguna razón le agrado a Leonel y ni él sabía. Pasaron veinte minutos y Noelia llegó junto a Ámbar que estaba feliz. —Mamá, Noelia te conoce perfectamente, creo que te ama más que yo —bromeó Ámbar. —¿Con qué pagaron? —interrumpió Leonel. —Lola me dio la tarjeta de la empresa para pagar, no quiso que yo lo hiciera —respondió Noelia. —Está bien eso y cuéntame más Noelia, ¿cómo es que me conoces tanto? —indagó Cristina. —La verdad estar a su lado es un sueño, no importa el tiempo que dure, estoy feliz —Noelia sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. —Vez hermano, está decidido, quiero que te vengas conmigo a Argentina. —Anuncio Cristina dejando a Noelia en shock. —¿Algún problema, niña?, ¿Tienes tú visa vigente? —indagó Cristina con algo de esperanza. —No puedo creer que esto me esté pasando, tengo todo en orden —susurró Noelia entre llanto. —Ve a tu casa y prepárate, mañana por la tarde salimos —le dijo Cristina, Noelia salió aun procesando la noticia, esa sería la noticia más grande para su amiga, ya su sueño se estaba cumpliendo, después de tanto tiempo y todo eso se debía a su compañera de trabajo, quien fue la atrevida de llevar ese currículum que guardaba en su teléfono. Llamada —More, me voy a Argentina —le soltó Noelia al tomar la llamada. —¿Cómo? —quedo confundida la chica. —¡Gracias a ti, me aceptaron y me voy con Cristina kigman a Argentina, trabajaré con ella, no sabes lo feliz que estoy! —exclamó Noelia feliz. —Todo gracias a ti. —¡Aaaaahh! No lo puedo creer —se escuchaban los gritos eufóricos de la morena. —Esto nunca lo voy a olvidar, te prometo pagarte algún día —aseguro Noelia muy emocionada. —Lo sé, no olvides mandar tu carta de renuncia y consígueme una foto de ese papucho de Leonel Fijan —bromeó la chica. Termino de hablar con la responsable de cumplir su sueño y decidido llamar a sus amigos, llorando todos de alegría, el momento de ella ser feliz había llegado y solo empezaba. Las sorpresas llegarían a su momento, sin duda su nueva vida la llenaría de muchas emociones.La noticia de su repentino viaje a Argentina era motivo de felicidad para Noelia y estaba segura de que si le contaba a sus amigos, también estarían feliz, pero para una persona en especial, no lo era. Su madre, que aun teniendo marido, dependía de su hija.Noelia muchas veces le explico sobre sus sueños y eso tampoco era importante para ella, así que no le quedó de otra que dejarla sin ella saberlo, mientras su cuenta tuviera dinero mensual, no había motivo para buscarla.La noche avanzaba y ya sus maletas estaban listas, solo le quedaba una cosa por resolver y para eso debía llamar a quien ya no volvió a ver por un año en persona, Lo cito en un restaurante para hablar.—Vine en cuanto me llamaste, ¿pasó algo?—preguntó de inmediato Luke al llegar a su lado. Su mirada la inspeccionó en busca de algún daño físico, sabía las veces que su madre trató de herirla por mencionar su posible ruptura, su madre seguía pensando que ellos podían estar juntos.—Me voy a Argentina —soltó Noelia si
El Sol radiante dio inicio a un nuevo día, uno maravilloso e inolvidable, las horas pasaron y Noelia ya no sabía qué hacer, faltaban tres horas, las cuales no quería esperar ahí; decidió irse ya, llamo a luke para entregarle las llaves e informarle la decisión que había tomado, después de pensarlo mucho.—Lo pensé y puedes darle la mitad del alquiler del apartamento a mi madre, este es su número de cuenta, no le digas que eres tú, por lo que ya hablamos —informó Noelia, debía mantener tranquila a su madre, así no le traía problemas.—Está bien, ¿te llevo? —se ofreció a llevarla, su mirada suplicante logro que Noelia aceptara.—Está bien —acepto ella, Luke no dejaba de verla, ya ni él sabía por qué su amor dejo de funcionar.—¿Qué nos pasó? —musitó Luke casi como un susurro.—El amor dejó de ser la prioridad, te enfocaste más en que estudiará y saliera de esa casa que de nosotros —confesó Noelia después de meditar mucho sobre su relación.La llegada no dio tiempo a que Luke dijera algo
Un nuevo amanecer para Noelia, sentada sobre la cómoda cama que sus amigos prepararon para ella, estiró sus brazos con una sonrisa en sus labios. Antes de tomar un baño, decidido buscar lo que se pondría en su primer día, sencilla pero bien presentable.Con tantas cosas en mente, tomo un relajante baño, lavo sus dientes y se preparó, un maquillaje muy suave y su cabello suelto en ondas, un conjunto de falda con un body que marcaba sus pechos pero sin revelarlos tanto.Aseguró su pequeño bolso con sus cosas personales y su célular, esperando que su jefa le asignara otro. Ya lista, salió donde sus amigos estaban haciendo el desayuno entre besos y risas.—Cuidado con tanto dulce —los interrumpió Noelia sonriendo de ver tanta felicidad en ellos.—!¡Amiga! —exclamó Elisa dando vuelta sobre ella.—¡Estás hermosa! —finalizó su inspección con un alago.—Vamos a desayunar o llegaremos tarde —las interrumpió Anyel.Mientras Noelia reía de las cosas que sus amigos les decían, Cristina ya estaba
El reporte que daba Noelia a Cristina era excelente para ella, lo que Noelia demostraba era más de lo que ella esperaba para tan corta edad. El trabajo con ella era muy tranquilo y suave. sus rapidez y concentración le encantaba.Noelia estaba nerviosa por el dichoso vestido, rogando a Dios que no le preguntará sobre el modelo, no sería capas de mentirle, mejor que ya se diera cuenta cuando ya no tuviera otra opción más que usarlo y la culpa cayera en su querido hermano.—Disculpa si mi hermano te hizo sentir incómoda, su seriedad y silencio molestan, ¿cierto?— Dijo Cristina burlona, aun así, Noelia no dijo nada, solo sonrió a su jefa, aunque pensaba muchas cosas sobre su comentario.“¿Serio y callado?, Si me preguntó de todo un poco y hasta me involucró en la elección de un vestido que no va con su estilo de vestir”, pensó para ella, casi suspirando frente a su jefa, incapaz de decir una palabra para no sentirse aún peor.—¡Niña por Dios!, no me has recordado sobre el apartamento— re
En solo horas sería la celebración, una fiesta muy esperada por muchos.Carlota acostumbraba a dejar a todos muy satisfechos con cada evento que hacía. Noelia estaba que ya no podía con sus nervios. “Se molestará”, “Me enviará a Venezuela” eran las preguntas que se hacía Noelia en todo el transcurso de su preparación.Leonel mantuvo ocupada a su hermana y de esa manera no tendría tiempo de cambiar el vestido. A esa broma, se unió Carlota, que aún estaba molesta por no obtener respuesta de Braulio.Para ella, era muy importante que su familia estuviese y Braulio, también había parte de ella, solo esperaba que en algún momento, se diera cuenta que estaba por perder lo más importante que tenía. Su familia.—Oye, ¿no había otro apartamento más cerca? —preguntó Cristina en tono burlón, Leonel trataba que su hermana no comentará nada frente a su madre o sería blanco de preguntas que ni él sabía que responder.—¿De qué hablan? —preguntó Carlota.—Mi querido hermano quiere cambiar de apartam
La noche iba de maravilla, Carlota conoció a Noelia y no puso queja, estaba tan ocupada que no tenía tiempo para ver algo inquietante o molesto para ella, tampoco era consciente del interés de su hijo por esa joven y bella mujer.Eso logró que no estuviese un poco tranquila, disfrutando de tanto glamour en ese lugar.Eso sí, siendo el centro de toda la atención de Leonel. Su mirada se pasaba en cada centímetro del cuerpo de Noelia, sus pequeños movimientos que le mandaban un fuerte deseo por descubrir cosas en ella. Quién tampoco dejaba de observar, disfrutando su mirada en ella, con ese deseo de seguir ese juego que despertaba una profunda pasión en ella.No sabía de dónde le salía tanto deseo por descubrir lo que pasaba por la cabeza de ese hombre.—¡Oh por Dios! —exclamó Ámbar, estando junto a Noelia y Leonel, que solo tenían una guerra de miradas.—¿Qué pasa? —Se asustó Noelia, por lo pálida que estaba la chica, olvidando de momento pasional.—Llegó el admirador de mi madre y mi
Noelia conducía la camioneta del hermano de su jefa, seguía sin poder creer eso, en una ciudad que ella no conocía en lo absoluto. Por segundos observaba a un supuesto Leonel dormido, llevaba rato preguntándole su dirección y seguía sin responder, no sabía si reír o decirle unas cuantas palabras a ese hombre tan guapo e infantil.Su corazón latía sin parar, solo pensar en que podrían estar solos en un mismo lugar.—No se haga el dormido —reclamó Noelia por vigésima vez, esta vez en tono molesto.—No me hago, lo estoy —musitó con los ojos cerrados, sacando una carcajada de Noelia.—Ja, ja, ja, ja, no me haga reír, señor —Noelia quitó el cinturón de seguridad, ya habían llegado al edificio donde estaba el apartamento de ella. Tampoco pensaba conducir por toda la ciudad hasta que él se dignara a responder.—¿Dónde estamos? —preguntó algo desorientado, reconocía el estacionamiento del edificio de su apartamento y donde estaban, sabía que no era.—En mi apartamento, señor, pero no sé preo
Una noche realmente diferente, llena de sorpresas y declaraciones que cambiarían la vida de todos. Un beso apasionado que cambiaba toda la situación entre dos personas muy diferentes y aún más si la cobardía llegaba en el momento menos indicado.Cambios que traerán mucho estrés en quien ya estaba acostumbrada a estar sola en diferentes ocasiones importantes, restándole importancia el poco valor que le daba quien no se daba cuenta de lo mucho que tenía a su lado.Aunque eran muchas cosas difíciles para los involucrados, a una personita le haría feliz saber que todo se estaba arreglando entre sus padres y su tío, por fin sería feliz con una mujer que a ella le agradaba, eso sí él daba rienda suelta a sus sentimientos, a la pasión que llevaba dentro.A todo eso, con una jaqueca y un peso encima, despertó Leonel Kigman, abrió los ojos con dificultad y lentamente su vista se vio visible, una pierna y un brazo sobre su cuerpo, observó el rostro de quien se trataba y su corazón dio un vuelc