8:00 amLa fosa estaba lista para recibir el cuerpo de Eugenia, Solo esperaban que se decidiera de una vez cuando llevar el cuerpo.Noelia se acercó al ataúd y antes de llegar se regresó. Su rostro así, no era el que deseaba recordar para toda su vida.Volvió a su lugar, acompañada de Elisa. Su mirada ida y sin deseo de seguir llorando.Estaba buscando en sus pensamientos sí existió alguna foto de ella juntas, tal vez de niña no mostraba esa dura coraza frente a ella.—Los chicos consiguieron unas fotos de ella, su rostro no se ve así, lo cubrieron —Noelia se sorprendió y se acercó, las fotos eran de mucho antes de ella nacer, otras con ella en brazos y aprendiendo a caminar.—Si sonrió contigo, si te amo, solo no pudo con la presión de años —susurró Elisa viendo a quien lloraba con lamento. Su actuación era creíble o tal vez si lloraba arrepentida pero incapaz de reconocer sus errores, dejando que un ser sin corazón habite en su interior.Los murmullos nuevamente se escuchaban por
9 días despuésDías donde las lágrimas fueron su mejor compañía, la compresión de un hombre que le dio su espacio para sanar sin dejar de estar a su lado.Las visitas al cementerio cada día solo le ayudaban a entender que ya era hora de regresar y seguir con su vida, que su madre permanece en su corazón para siempre. Con un poco de ánimo se levantó, dejó un beso en la mejilla de Leonel, observando su rostro cansado, ojeroso. Sabiendo que la culpable de eso era ella.Fue a preparar el desayuno, ya eran suficientes días donde Leonel era quien estaba pendiente de que comiera bien. Alimentándose como bebé.Mientras preparaba un delicioso desayuno completo, pensaba en si ella estaría a la altura si Leonel pasara por algo difícil. Su mirada se posó en Leonel, quien entraba al comedor y su expresión preocupado cambió a una tranquila.Eso solo significaba que había pensado en la huida de Noelia al cementerio sola. —Buenos días, amor —le habló con una sonrisa.—Me diste un gran susto, Cielo
Con un sentimiento de nostalgia, bajaban del avión, Leonel no soltaba su mano en ningún momento, siendo vistos por todos con sorpresa, amor y envidia. Al estar tan desaparecido se rumoreaba que ya la pareja había terminado y que ambos habían tomado caminos distintos. Pero todo estaba lejos de la realidad Leonel y Noelia seguían en una fuerte pasión que lentamente los llevaba a Un amor profundo. Tomaron la maleta y ya en la entrada los esperaba una camioneta, Leonel le ayudó a subir y luego entró el, el celular de trabajo de Leonel sonaba sin parar, mensajes de Ramón y sus administradores de los hoteles. Noelia no dejaba de verla y preguntarse si hizo mal en quedarse con ella, descuidando su trabajo. Pero sentir el calor de la mano de Leonel en su pierna, le daba esa seguridad de que él lo hizo con todo su amor. —Algún día conoceré a ese Ramón y lo voy a amenazar si te obliga hacer anuncios con modelos que solo quieren tocarte —Declaró Noelia muy seria. Eso sin duda llamó
Dos años después—¡Cielo! —Gruñía Leonel, al sentir la mano fría de su novia en su parte baja, sus niveles subían y cada movimiento lo excitaba más, llevándolo a ya querer estar dentro de ella o tal vez recibiendo placer.Noelia no estaba satisfecha con que solo su mano disfrutará. Lentamente, fue adentrándose por debajo de las sábanas hasta quedar arriba de él.Su abdomen sentía lo duro de la erección de Leonel, una sonrisa traviesa le dio ella antes de sentarse y liberar sus dos melones que Leonel tomó entre sus manos, acariciando suavemente mientras su mirada se llenaba de deseo.Masajeaba y tocando sus botones, eso provocaba que Noelia mordiera su labio inferior por la sensación que emanaba a su cuerpo, llenándola de deseo y ganas de mover sus caderas, Leonel trabajaba en sus senos viendo moverse desesperada. El momento se volvió mágico, lujurioso, con besos y caricias delicadas y fuertes al mismo tiempo, ambos se entendían perfectamente.Completamente desnudos y unidos en un sol
Con una sonrisa que solo un hombre enamorado tenía, salía de la prestigiosa joyería, guardando muy bien la bajita donde estaba el precioso anillo.Sabía que había escogido muy bien, no sé cansaba de sonreír, Subió a la camioneta y conducía con una sonrisa que no dejaba de reflejar lo feliz y emocionado que estaba de solo pensar en la cara de sorpresa de su Cielo.Porque así era Noelia, cada regalo que le daba Leonel, para ella era maravilloso, no importaba si era caro o no, la hacía sonreír y gritar de emoción y a él, le llenaba el corazón de amor.Carlota aprovechó el momento en donde ambos tenían algo importante que decir, organizando una cena especial, nadie sospechaba de su repentina idea ya que a ella le encantaba preparar esa cena para tener a su familia reunida.La mansión irradiaba alegría y nervios, Noelia no dejaba de teclear en su teléfono, obviamente le escribía a sus amigos, quienes saltaban de alegría. Uno más que el otro burlándose de que por fin Leonel sería padre a s
Tres meses despuésAcostados en la inmensa cama de la habitación que tanto disfrutaban. Leonel con su cabeza en el vientre de Noelia. Deseoso de poder escuchar o sentir un movimiento de su hermoso tesoro, sólo había alcanzado a sentir dos y ahora su caza era constante.Noelia disfrutaba de cada caricia que le daba a su barriga, en ocasiones quedándose totalmente dormida.En esos tres meses, Noelia era tratada como la reina que era. Cada antojo y cada cambio de humor lo soportaban como si nada.Si antes dormía como bebé, en esa nueva etapa, era aún peor. Siendo consentida por su prometido.A todo eso, su boda estaba en manos de su querida suegra. Quién, después de años, lograba estar muy ocupada y feliz porque su hermosa nuera no puso caras sobre una boda lujosa.Porque para Noelia el dinero iba y venía y las personas importantes no duraban para siempre. No le quitaría la emoción de su suegra quien solo se dedicó a todos ellos.Para ella, la felicidad de todos, también era la de ella
Una semana después, la gran boda.La marcha nupcial resonaba en la hermosa iglesia, los presentes se ponían de pie para ver entrar la preciosa novia, vestida con un hermoso vestido, corte princesa, con encaje y pedrería en su pecho y mangas. Una larga cola que adornaba el pasillo, sin duda el centro de atención en ese momento.En el altar la esperaba un hombre que sin duda era el hombre más feliz en ese momento. Su sonrisa junto a unas lágrimas que bajaban por sus mejillas, le daban un bonito recuerdo al fotógrafo y un poco de envidia de la buena a todos los presentes.La emoción entró en el corazón de los invitados, que junto a Leonel y Noelia, lloraban de felicidad y alegría.Carlota era quien llevaba de la mano a Noelia, para entregarla a su hijo, era un honor para ella estar haciendo el papel de padre y madre, de una joven que le había enseñado mucho.—Hijo, te entrego a mi nuera, Noelia, otra hija para mí, cuídala y ámala mucho —Hablo Carlota con dificultad por el nudo en la garg
Cinco meses despuésEl tiempo pasó rápido, Noelia tenía su vientre muy grande, apetecible para que todos la tocarán e hicieran que el bebé dentro saltará de alegría.Sus amigos se habían casado un par de meses atrás y todos ellos habían asistido como la familia Kingman.Ámbar estaba por cumplir sus 18 años y por supuesto que su abuela no se quedaría con las ganas de preparar un gran evento y conocer a sus amigos.Pero ella solo deseaba ver a alguien en especial, a quien no volvió a ver después de ese arrebatado beso que sacó su primer orgasmo.Su madre aprovechó el día en casa y decidió hablar con su hija, no solo de sus planes para estudiar, también del amor, deseaba tener una relación abierta con ella, conocer sus pasos a la adultes.—¿No has decidido a donde vas a estudiar? —la pregunta de su madre la dejó pensando.Ella deseaba estudiar sistemas de juego o administración de empresas, ya tenía su cupo en Italia o Estados Unidos. Eso le recordaba que si se iba, no vería mucho a Juli