Tres meses despuésAcostados en la inmensa cama de la habitación que tanto disfrutaban. Leonel con su cabeza en el vientre de Noelia. Deseoso de poder escuchar o sentir un movimiento de su hermoso tesoro, sólo había alcanzado a sentir dos y ahora su caza era constante.Noelia disfrutaba de cada caricia que le daba a su barriga, en ocasiones quedándose totalmente dormida.En esos tres meses, Noelia era tratada como la reina que era. Cada antojo y cada cambio de humor lo soportaban como si nada.Si antes dormía como bebé, en esa nueva etapa, era aún peor. Siendo consentida por su prometido.A todo eso, su boda estaba en manos de su querida suegra. Quién, después de años, lograba estar muy ocupada y feliz porque su hermosa nuera no puso caras sobre una boda lujosa.Porque para Noelia el dinero iba y venía y las personas importantes no duraban para siempre. No le quitaría la emoción de su suegra quien solo se dedicó a todos ellos.Para ella, la felicidad de todos, también era la de ella
Una semana después, la gran boda.La marcha nupcial resonaba en la hermosa iglesia, los presentes se ponían de pie para ver entrar la preciosa novia, vestida con un hermoso vestido, corte princesa, con encaje y pedrería en su pecho y mangas. Una larga cola que adornaba el pasillo, sin duda el centro de atención en ese momento.En el altar la esperaba un hombre que sin duda era el hombre más feliz en ese momento. Su sonrisa junto a unas lágrimas que bajaban por sus mejillas, le daban un bonito recuerdo al fotógrafo y un poco de envidia de la buena a todos los presentes.La emoción entró en el corazón de los invitados, que junto a Leonel y Noelia, lloraban de felicidad y alegría.Carlota era quien llevaba de la mano a Noelia, para entregarla a su hijo, era un honor para ella estar haciendo el papel de padre y madre, de una joven que le había enseñado mucho.—Hijo, te entrego a mi nuera, Noelia, otra hija para mí, cuídala y ámala mucho —Hablo Carlota con dificultad por el nudo en la garg
Cinco meses despuésEl tiempo pasó rápido, Noelia tenía su vientre muy grande, apetecible para que todos la tocarán e hicieran que el bebé dentro saltará de alegría.Sus amigos se habían casado un par de meses atrás y todos ellos habían asistido como la familia Kingman.Ámbar estaba por cumplir sus 18 años y por supuesto que su abuela no se quedaría con las ganas de preparar un gran evento y conocer a sus amigos.Pero ella solo deseaba ver a alguien en especial, a quien no volvió a ver después de ese arrebatado beso que sacó su primer orgasmo.Su madre aprovechó el día en casa y decidió hablar con su hija, no solo de sus planes para estudiar, también del amor, deseaba tener una relación abierta con ella, conocer sus pasos a la adultes.—¿No has decidido a donde vas a estudiar? —la pregunta de su madre la dejó pensando.Ella deseaba estudiar sistemas de juego o administración de empresas, ya tenía su cupo en Italia o Estados Unidos. Eso le recordaba que si se iba, no vería mucho a Juli
Una semana después —Eres tan pequeño y hermoso —susurró Leonel estando acostado junto a su hijo.Observando cada gesto que hacía su pequeño, el movimiento de sus labios de sus ojos, manos pies y esos pucheros que llegaban a su corazón.En ese momento se sentía como si estuviese en una montaña rusa, llena de placeres, giros y tantas cosas que lograba ese pequeño en él.Un sentimiento que jamás sintió cuando vio por primera vez a su amada sobrina.En tan solo una semana ese pequeño les había cambiado la vida por completo, noches de placeres se convirtieron en noches de velada cuidando cada respiro y llanto de él. No solo para Leonel estaba siendo una montaña rusa, también lo era para Noelia, quién estaba atravesando por una pequeña depresión posparto, viéndose al espejo y observando cómo su cuerpo había cambiado por completo. Su cuerpo había subido unos kilos que se notaban en el abultado vientre que aún no desaparecía con la faja que apretaba. Sumándole el sueño por las horas conti
En la mansión de la familia Kingman donde vivía la solitaria Carlota, llegaban sus dos únicos hijos acompañados de su familia. Cristina junto a su esposo e hija y más atrás Leonel cargando a su pequeño Leonardo y tomado de la mano con su amada esposa. Esperando llegar y ver que su familia adoraba a su hijo, ser padre le estaba regalando tantas cosas maravillosas que hacía que su amor por su esposa creciera mucho más. No solo le dio alegría, pasión, amor, también se convirtió en padre.Carlota los esperaba con una sonrisa radiante, ámbar y Cristina se peleaban por llegar a los brazos de la mujer que solo esperaba abrazar al pequeño que tenía su corazón completamente robado. Eso sinceramente hacía reír a Noelia y Leonel, verlos como niños peleando por un dulce. La mesa del comedor estaba lista para recibir a su familia, cierto no estar dentro el móvil de ella sin duda sería muy sensible puede buscar disgusto recordaba su madre y pequeñas oraciones de tu vida pasan por su cabeza com
Las noticias inesperadas traería grandes problemas a quienes ya tenían planes. Leonel salió muy temprano de su hogar, después de dejar un beso en la frente de su hijo y otro en los labios de su esposa.El tema de Ramón, era algo que ya había pensado mucho antes y aprovecharía que el contrato estaba expirando.Llegó a la agencia en compañía de uno de sus guardaespaldas, dirigiéndose inmediatamente a la oficina de Ramón. —Amigo mío qué sorpresa —lo recibió Ramón muy entusiasmado verlo ahí le sorprendía bastante, ya que era él siempre quien lo buscaba y le pedía que fuera a verlo.—Necesito hablar contigo ¿Tienes tiempo? —preguntó inmediatamente, ignorando totalmente a la mujer que se encontraba ahí.—Claro que sí, justo estaba hablando con perla, es la modelo del próximo anuncio —comentó Ramón muy entusiasmado, señalándole a la mujer para que le dedicara una mirada o tal vez un saludo.—Mi contrato expiró y no lo voy a renovar —acabó Leonel con su cara de alegría, no le interesaba salu
Siete semanas despuésEl gran evento donde Ramón seguía insistiendo en que Leonel lo acompañara y así seguir siendo respetado por todos los de la industria de modelaje estaba a solo un dia.Era su última petición ya que Leonel seguía firme en su decisión de no renovar ese contrato. Ya eran dos meses disfrutando de su pequeño y estaba feliz de no perderse cada cambio que tenía. Mientras él seguía terminando unos pendientes en su oficina no ahí le recibía la visita de su querido amigo, ese que seguía estando cerca y todo gracias a la llama que lo seguía encendiendo.El pequeño Leonardo disfrutaba estar en brazos de su tío Julián, quién le hacía morisquetas para que riera. La niñera estaba a un lado pendiente para tomarlo una vez que el tío se aburriera.Sobre su depresión posparto ya se sentía mucho mejor al ver que su vientre hinchado había disminuido dejando su hermosa figura.Noelia no perdió la oportunidad y decidió interrogar a su querido amigo, se acercó donde estaban Julián y s
Un nuevo día, y otro más viviendo la experiencia de ser padres, acostumbrados ya a su nuevo horario de dormir, de tomar un baño y de comer. Y por supuesto que también de darse de vez en cuando una escapadita a la habitación para revivir la pasión que los había unido.Leonel admiraba a su esposa, Porque Noelia era la madre más paciente, quién más había cambiado su forma de vivir, Leonel también sacaba tiempo para acompañarla en cada cambio y paso de esa nueva aventura. Tener dinero y una niñera disponible prácticamente las 24 horas, no era motivo de olvidar su papel como los padres del pequeño Leonardo.Sentados en el comedor disfrutando de una deliciosa comida, los esposos charlaban amenamente mientras su bebé dormía plácidamente en su coche a un lado de ellos. Ver su carita mientras se metían cada bocado a su boca le sacaba una sonrisa a cada instante. El teléfono de Leonel no dejaba de timbrar con mensajes repetitivos de Ramón.—Si no voy a ese evento Ramón no me dejará en paz —