*—Callen:Volver a sus viejas andanzas se sentía un poco extraño y se reía de sí misma por haberse acostumbrado tan fácil a las comodidades de la casa de Sebastián.El apartamento de Natasha era pequeño. Solo tenía dos habitaciones, un pequeño baño y la sala de estar era compartida con la cocina. Le había encantado siempre el pequeño espacio de su amiga cuando la misma se mudó allí, era tan coqueto y pequeño, pero debía de admitir que solo dos personas podían vivir allí y ellos eran cuatro.Callen y Kamille dormían juntas en la habitación extra de Natasha mientras que Kellan insistía en quedarse en el gran sofá a pesar de que estaba herido. Este reclamaba cada noche que era un hombre y que la herida en su costado solo lo iba a hacer más fuerte.Natasha estaba en el trabajo y Kamille se quedaba después de clases en la biblioteca a estudiar mientras Callen y Kellan se quedaba en el apartamento. Callen estaba usando la laptop de Natasha para hacer su búsqueda de un empleo y había estado
*—Sebastián:Se colocó de cuclillas ante la lápida de color gris que había visto mejores días.Sebastián había decidido comenzar un viaje en busca de su paz mental que le ayudara a recuperar lo que había perdido en el pasado, su viejo yo. Y aquel día había ido a visitar a la persona que había hecho de él un etcétera.No había ni una frase sobre su lapida y eso era triste.Cuando Orlidy falleció, había sido quien se había encargado de todo y había estado tan dolido por lo que pasó con ellos, que ignoró el pedido de la funeraria de pensar en algún mensaje para la misma. Además de ello, su antigua pareja no había tenido familia que la apoyara, pues su personalidad había hecho que estos se alejaran y que la misma se haya adentrado en un solitario mundo por si sola. Por lo cual, Sebastián no pudo hacer caso omiso a ello y decidió darle por lo menos un digno descanso.Sin embargo, no se había preocupado de cómo estaba su lugar de descanso, había creído que el lugar donde había sido enterrad
*—Sebastián:El hombre sonrió con una cálida sonrisa y Sebastián pudo reconocer la misma. Era como si el mismo fuera una versión muy mayor de Kellan. Ahora entendía porque el chico se veía más mayor de su edad, los rasgos de aquel hombre eran muy fuertes.Sebastián extendió una mano, esperando que la misma no esté sucia.—Es un placer conocerlo, señor Townsend —respondió Sebastián dando a entender que lo reconocía.—Llámame Klaus —dijo el hombre aceptando su mano sin importarle un comino si estuviese sucia o no. Sebastián noto que al igual que el, tenía unas manos fuertes y toscas, como si también hubiera hecho mucho uso de estas durante toda su vida.—Klaus —murmuró Sebastián viendo divertido al hombre. Su propio padre tenía el aspecto de un moderno Santa Claus, pero el padre de Callen tenía su nombre. Si Dios le permitía volver con Callen, haría que estos dos hombres se conocieran. Sebastián presentía que se llevarían muy bien—. Soy Sebastián Edevane —se presentó Sebastián, aunque s
*—Callen:Miró su reloj en su muñeca por cuarta vez aquella tarde.Estaba sentada en el área al aire libre de un restaurant elegante mientras esperaba a Natasha que llegara con un conocido que le ofrecería un trabajo a Callen. La misma se había vestido muy formal para dar una buena imagen. Llevaba un traje de chaqueta y falda de color gris que era de Natasha con una camisa negra por debajo y unos zapatos picudos negros. Su cabello estaba atado en una coleta baja y su maquillaje era uno suave.Esperaba dar una buena impresión porque Callen necesitaba ese trabajo, pero, ¿cuánto más iba a durar Natasha? Estaba cansada de esperar y tenía que ir a hacer la colada. Mientras estaban en casa de Natasha le ayudaban con los oficios y las comidas. Aunque su amiga le decía que no tenía que hacerlo, pero Callen quería ayudar lo más que podía a su amiga que les estaba tendiendo una mano en su peor momento.Soltó un suspiro y paseó la mirada por el lugar.Este lugar no se sentía cómodo para ella, ha
*—Sebastián:No había estado tan nervioso en mucho tiempo.Una risita salió de él.Bueno, sí, cuando contrajo nupcias con Callen había estado muy nervioso, pues su amada era una mujer difícil de leer y en el momento tuvo miedo de arruinarlo todo con ella, aunque al final si lo arruinó, pero aquel día sus nervios no tenían que ver con Callen, si no con su hija.Sebastián tamborileó los dedos sobre la baja mesa del restaurante donde había citado a su hija para que por fin hablaran como la familia que eran. Como era un día normal de semana, su pequeño huracán le tocaba ir a la escuela e ir hacia sus clases particulares, por lo cual, Sebastián le había pedido a su chofer que en el instante que Chloe terminara con estas, la llevara a aquel lugar.Este era un restaurant japonés que había encontrado luego de husmear en las redes de su hija. Si, tuvo que llegar a este punto para comprender que era lo que le gustaba a su pequeña ahora. Sus gustos eran muy variados. Había dado con este cuando a
*—Sebastián:—Siento no ayudarla —se disculpó Sebastián después de un largo silencio—. Es que… —se interrumpió a sí mismo y volvió a mover la cabeza. Quería que su hija entendiera que tomó esas decisiones para protegerse a sí mismo y que no lo hizo por mal. Si hubiera sabido que Orlidy terminaría muriendo por esa decisión, hubiera hecho todo lo posible para evitarlo, pero no podía devolver el tiempo atrás.—Lo entiendo —se apresuró a decir Chloe—. No tienes que explicarte —dijo su hija, pero Sebastián no podía dejarlo pasar.—Le di todo lo que tenía, lo cual era poco, y aun así no supo valorarlo —Sebastián bajó la mirada—. Y cuando al fin estaba superándola, venir a mí a chantajearme y a usarme, fue lo que más me enfado —Sebastián volvió a mirar a su pequeña—. Una parte de mi si quería ayudarla, porque sentía que se lo decía —dijo—. Sin embargo, la otra parte, aquella que había sufrido fue la que tomó la decisión de ignorarla, y… —Sebastián suspiró—. No tenía idea que tu madre haría t
*—Callen:No podía creer lo que estaba viendo.Su esposo se acercó a su padre y lo saludó como si estuviera saludando a un viejo amigo. Parecía que estos ya tenían una especie de amistad establecida.Sebastián luego fijó la vista en ella y el corazón de Callen dio un vuelco en su pecho. Se veía tan guapo con su traje hecho a su medida. Ese día tenía un aspecto más de hombre de negocios, como si hubiera ido a cerrar un trato, solo que su sonrisa cálida cambiaba la imagen fría que esté siempre daba cuando andaba trajeado. Callen notó que todo estaba en su sitio, desde su pelo negro echado atrás con gomina, su rostro libre de barba y su traje bien colocado.Callen movió la cabeza.No debía de estar allí babeando por su esposo. Estaba muy enfadada con él y no entendía por qué estaba allí. ¿Qué era lo que Natasha había tramado fingiendo que le había conseguido una entrevista de trabajo? Eso fue de muy mal gusto. Había tenido tantas esperanzas por esta.Se cruzó de brazos y le dio una mirad
*—Callen:Los ojos de Callen se salieron de sus órbitas al ver la fachada exterior del lugar. Era la misma fachada que había tenido su tienda la última vez, pero de una forma más elegante. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas al ver todo tan diferente, pero de igual forma igual y cuando vio el nombre de su tienda de una manera más llamativa, las lágrimas al fin escaparon de estos.Lo exterior era como Callen una vez lo había imaginado y no podía creer que su sueño fuera palpable ahora. Más bien, lo exterior era como Callen lo había imaginado.Miró hacia Sebastián quien estaba a su lado muy sonriente.—Sebastián… —susurró su nombre, emocionada porque él mismo hubiera preparado todo esto.¿Cuándo lo había hecho? ¿Quién lo había ayudado? Tenía tantas preguntas por hacer, pero no podía salir de su ser. Estaba asombrada y si esto era lo exterior, no sabría qué pasaría cuando viera el interior. Tal vez se desmayaría.Sebastián extendió una mano hacia la entrada de la tienda.—¿Desea entrar?