[AITANA]
Días complicados, si que los hay, pero esto es lo que más amo de mi profesión. Me quito los guantes y salgo a la recepción para dejarles saber a los dueños de Neo que su amigo de cuatro patas está muchísimo mejor. Ver las sonrisas de los niños de la familia al saber que su cachorro está bien hace que nunca quiera dejar de hacer esto. No solo elegí ser veterinaria por el amor que tengo hacia los animales, pero también por lo hermoso que es poder salvar a una mascota que significa tanto para una familia. Siempre dije que son parte de la familia y lo sostengo.
—Muchísimas gracias, Doctora Di Luna. — Me dice feliz el señor López.
—Ha sido un placer, Neo podrá irse a casa en un par de horas, pero tendrán que seguir algunas instrucciones. — Le explico.
—Las que usted nos indique. — Afirma sonriente.
[MATÍAS]Al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, el ahora segundo nuevo habitante de la casa se echa a correr ansioso hacia la entrada para darle la bienvenida. —¡Danko! — Exclama mi preciosa prometida cuando el ahora un poco más grande monstruo le salta. —¡Pero, que feliz se te ve! ¿Te gusta tu nueva casa? — Le pregunta acariciándolo en el lomo.—Dice que si. — Interrumpo entre risas y ella fija su mirada en mí. —Amor, espero que no te moleste que lo haya traído. — Comento algo preocupado ya que ni le he pedido autorización.—¡Para nada! Si es que mira este guapetón... — Responde feliz y se sienta en el piso para jugar con él. —Eres tan lindo... — Le dice y ahora sí que me pongo celoso.—¿Más que yo? — Le pregunto acercándome a ella.—&iqu
[MATÍAS]Aitana me mira y me doy cuenta de que los nervios que le consumen. No sé si deba de ser yo quien inicie esta conversación, 《¿Y si empeoro las cosas?》—¿Quieres empezar tú? — Le pregunto bajo la atenta mirada de Daniel.Ella me lanza una sonrisa y mueve su cabeza de un lado al otro —Supongo que me toca porque por lo visto tú no te animas. — Dice y si, se está burlando de mi.《¿Para qué negar lo innegable?》—Mejor. — Comento tímidamente.—¿Qué sucede? — Pregunta nuestro hijo ya ansioso.Ella se acomoda un poco mejor a su lado y acaricia su espalda tiernamente —Cariño, ¿recuerdas cuando hablamos de donde salen los bebes? — Le pregunta de la manera más tierna que jamás he escuchado.Él la mira atentamente y asiente. —Si mami, me dijis
[AITANA]Lo observo dormir a mi lado y no puedo más que perderme en todos esas pecas y lunares que cubren esa espalda que me he aprendido de memoria y es de la cual me aferro cada vez que siento que moriré de placer. 《Se ve tan pero tan guapo.》 Aun no sé cómo alguien como él, se ha fijado en alguien como yo. Mucho menos puedo creer que me haya elegido la madre de sus hijos. Apoyo mi espalda en el respaldar de la cama y sin dejar de mirarlo, llevo mi mano sobre mi vientre. 《Un bebé de él.Seguramente será igual de lindo que Daniel, pero vamos con un padre como Matías, es imposible que un niño no sea un encanto.》 Sonrió ante mis pensamientos y una revolución interna invade mi ser haciendo que deba tocarlo. Me acomodo a su lado y rozo su espalda con la yema de mis dedos comenzando por los lunares en la parte superior y lentamente voy bajando hasta su cintura, para luego ir más abajo donde t
[AITANA]Otro día laboral que termina, uno menos estresante que ayer claro está, pero la incomodidad que genera Cristian aun sigue ahí. Sé que me ha dicho que todo estaba bien, que no insistiría, pero es que él saber lo que le sucede conmigo es incomodo. Quito mi bata medica, me despido de todos, y salgo de la clínica. Al cruzar el portal, me encuentro con Matías y Daniel sonriéndome.—¿Y ustedes dos que hacen aquí? — Pregunto sin entender nada.—¿Le dices tú? — Le pregunta Matías a Daniel mirándolo.—Mami, la abuela Paula nos ha invitado a cenar. — Me explica mi hijo y creo que me he perdido de algo.—¿Cena familiar? — Cuestiono mirando a Matías.Él se hace el desentendido y me sonríe. —Vale, ya que todos saben la noticia... ya sabes... ¿por qu
[MATÍAS]—Mi mami se ve muy feliz. — Me dice mi hijo mientras buscamos una guitarra en la oficina de la que era mi casa.Sonrió ante las palabras de Daniel, porque tiene toda la razón. El verla hablar con mi familia, verla sonreír y hablar con ellos acerca de nuestro bebé, me hace entender lo mucho que esto significa para ella. —Es muy lindo verla así, ¿no? — Le pregunto antes de salir del estudio.Él me lanza una enorme sonrisa —¡Si papi es súper lindo! — Dice de manera exagerada haciéndome reír. —Y ahora lo será mucho más. — Termina de decir y da brincos de alegría por toda la habitación.
[MATÍAS]Después de haber acostado a Daniel en su cama y de haber sacado a caminar a Danko, finalmente mi prometida y yo entramos a nuestra habitación. La observo cambiándose apoyado contra la pared y puedo solamente apreciar el espectáculo que es su figura. Me pierdo mirándola y evidentemente ella se ha dado cuenta de esto.—¿Qué haces? — Pregunta con una enorme sonrisa en su rostro.—Te miro. — Me limito a responder e intento no reírme de los gestos que ha hecho.—¿Y te vas a quedar toda la noche mirándome desde ahí? — Pregunta mordiendo su labio inferior.—Ese plan suena estupendo. — Digo sonriente al notar lo frustrada que esta porque no me he acercado a ella.—Vale. — Refuta evitando reírse y al parecer he echado más leña al fuego. Sin mirarme esta vez, ella se termina de de
[MATÍAS]Una semana despuésNunca había tenido una conversación tan seria con mi equipo de trabajo y con la editorial, pero, es que tampoco nunca les había dicho que tenía decidido que un hijo mío llevara mi apellido y que no me importaría nada el que dirán. Era claro que todos estarían aterrorizados con la noticia y las repercusiones que esto tendría a mi imagen publica, pero cuando todo parecía no poder empeorar para ellos, les anuncie el embarazo de Aitana y nuestro casamiento. Tuve suerte que no se desmayaran o que les diera un pre infarto, lo que si no pude evitar fueron sus regaños y gritos. Sé muy bien que estoy poniendo muchas cosas en riesgo con esto, pero no creo que mi carrera deba ir por encima de mi familia; una que me llego de manera sorpresiva, pero creo que la vida es así.Entro a la oficina del doctor Reveron y me siento en la silla del
[AITANA]Comienzo a cortar la cebolla, los pimientos, y luego los pongo en una sartén con un poquito de aceite para comenzar a dorarlos. Tengo a mi guapísimo novio abrazándome desde atrás con sus manos sobre mi abdomen. —Definitivamente tú eres una excelente cocinera. Esas pastas van a quedar exquisitas. — Me susurra al oído y luego besa mi cuello.—Amor... así no puedo. Tu aliento en mi cuello y la manera que me acaricias van a hacer que me queme. — Me quejo entre risas.Al parecer mis palabras le han hecho gracia. —Primero que nada, hermosa, estoy acariciando a nuestro hijo, segundo, es inevitable no besarte. Estoy demasiado enamorado de ti. — Me dice y de verdad que es un dulce.—Vale, entonces no hagas que me mueva porque me voy a quemar. ——Yo te ayudo. — Propone tomando el cucharon para mover el contenido mientras que de a poco voy agr