[MATÍAS]
Coloco la bandeja con el desayuno que hemos ordenado sobre la cama y vuelvo a acomodarme junto a ella. Haberla recuperado ha sido un milagro. Tenía tanto miedo de que no pudiese perdonar las duras palabras que le he dicho...
—¿Y qué tal esta? — Le pregunto mientras prueba las tortitas con sirope.
Parece que lo está disfrutando muchísimo... —Tengo tanta hambre que así estuviesen fatales las comería igual. — Dice riéndose.
—¿Tanta energía te he quitado? — Cuestiono sonriente.
—¡Matías! — Exclama y me da un pequeño golpe en el pecho.
—¿Qué? ¿Acaso no es cierto lo que digo? — Pregunto haciéndome el inocente y tomo mi taza de café.
—Un poco si... — Responde tímidamente y toma de su café. La observo detenidamente y no
[MATÍAS] La observo colocarse el traje de baño y no entiendo cómo puede estar tranquila. Yo solo la puedo observar y pensar que puede que este embarazada. Con tan solo eso mi corazón late más rápido de lo normal y una sensación de nervios invade mi estomago. Me acerco a ella sin dejar de mirarla y me sonríe —Guapo, ya... detengámonos un momento y vayamos a la playa. — Me dice entre risas al creer que la llevare nuevamente a la cama para seguir amándonos como dos locos. —Estoy de acuerdo que necesitamos un descanso, pero más que nada por algo biológico. — Comento entre risas y luego la abrazo contra mí. —Pero, no te miro así solo porque muero por volverme a perder entre las sabanas contigo, si no po
[MATÍAS] Después de dos días maravillosos los dos solos en Barcelona, ha llegado la hora de buscar a nuestro hijo para que ellos dos se regresen a su casa, aunque estoy deseando poder quedarme con ellos esta y todo el resto de las noches. —Mueres de ganas de verlo, ¿no? — Le pregunto antes de abrir la puerta de la casa y ella me mira fulminándome con la mirada. —Matías... por favor. — Me dice seria. —Es hora de vengarme por todo lo que me has hecho estos dos últimos días. — Me defiendo con una media sonrisa malvada en mi rostro. Me mira totalmente confundida y me encanta —¿De que estás hablando? — Pregunta finalmente. —¿No sabes de que hablo? — —No... — Dejo la llave puesta en la puerta y la tomo por la cintura para que no haya distancia entre los dos —Hablo de que me estás haciendo morir de la curiosidad con lo de si seremos padres o no... y segundo, tuve que soportar a tu amiguito Leonel toda la cena anoche. — Me quej
[MATÍAS] Dejo las maletas en la sala de su casa mientras que ella acuesta a nuestro hijo en su cama ya que se ha quedado completamente dormido en el camino. Voy hacia la habitación de él y solo me quedo mirándolos bajo el marco de la puerta. —Buenas noches mi príncipe. — Le dice dándole un beso en la frente y lo cubre con la sabana. Ella camina hacia mí y me abraza sin movernos de aquí. Enredo mis brazos en su cintura y me pierdo en su aroma. —Me encanta el perfume de tu piel. — Le susurro al oído provocando una sonrisa de sus labios. —Te amo mucho Matías... — Dice y me abraza con más fuerza. —Y yo a ti cariño, pero no estés nerviosa, todo saldrá bien. — Aliento sabiendo que desde que salió de la farmacia donde nos detuvimos camino aquí, ha estado más nerviosa que nunca. —Admiro lo tranquilo que estás. — Me dice entre risas mientras caminamos abrazados por el pasillo. —Ni tanto... estoy muy ansioso. — Le confieso. —Ahor
[AITANA]《Aun no puedo creer que vaya a ser mamá.》 Es una sensación demasiado especial la que me invade. Es una mezcla de felicidad y pánico. Sé que no será muy diferente a haber criado a Daniel porque soy su mamá desde el día que nació, pero este miedo es diferente. Es un miedo a lo que me espera estos próximos nueve meses, miedo al parto... 《No quiero ni pensar en ello.》 Siento la yema de los dedos del papá de mi hijo acariciando mi vientre mientras esta acostado a mi lado después de haberme hecho el amor. Sus dedos siguen dibujando círculos en mí, y yo solo puedo llevar mi mano a su cabello y enredar mis dedos en su cabello que tan enamorada me tiene por su desordenado estilo.—¿Qué haces guapo? — Le pregunto al ver lo concentrado que está en su tarea y que no deja de mirar su mano y mi abdomen.—Estoy contemplando este milagro. &m
[MATÍAS]La observo dormir plácidamente a mi lado en este nuevo amanecer juntos y no puedo dejar de pensar en me hará padre. Es una sensación tan extraña, con Daniel me ha tocado asumir que ya soy padre de un niño de seis años, me ha tocado describir como es, que le gusta, que cosas compartir con él, pero no pude formar parte de sus primeros años. Si bien Aitana me ha mostrado fotos de él de bebé, no es lo mismo, me hubiese encantado vivir la experiencia que estoy viviendo ahora, aunque sé también que no hubiese sido lo mismo. Después de todo, lo de Carla y yo ha sido una simple noche, quizás la hubiera acompañado en el proceso, pero no sé si hubiese formado algo con ella. Son tantos los sentimientos que me invaden en este momento y tanta mi confusión que no sé si
[MATÍAS]Al día siguiente—Cariño, ¿Y tú dónde vas tan deprisa y sin desayunar? — Le pregunto al verla tomando su bolso.Ella camina hacia Daniel y yo algo apurada —Me ha llamado Cristian, tenemos una cirugía urgente que realizar. — Me dice y le da un beso en la frente a Daniel.—Entiendo, pero no te puedes ir sin desayunar. — Comento bastante preocupado.—No es la primera vez que lo hago. — Explica y me planta un corto beso.—Sí, pero las cosas ya no son iguales. — Informo muy seriamente y ella sabe muy bien porque se lo estoy diciendo.—Vale, cuando termine la cirugía como algo. Te deje un juego de llaves sobre la mesa de la entrada, trae tus cosas cuando gustes. — Relata mientras camina hacia la puerta y nos deja.《Tanto escándalo que hizo cuando había quedado de llevar a Daniel
La mirada expectante de toda mis hermanos y mis padres sobre mí, me están poniendo más nervioso de lo que debería estarlo. Me acomodo sobre el sofá e intento poner en orden todo lo que les quiero decir en mi mente.—¡¿Puedes hablar de una vez?! — Me exige Cintia.—Vale, es que lo que les quiero decir es que... bueno, que me mudare con Aitana y Daniel. — Digo finalmente sin importarme mucho ese orden de ideas que tenía en mi cabeza.—¡¿Qué?! — Exclaman todos.—¿Pero porque esa decisión tan repentina, hijo? — Pregunta mi madre algo seria.—Es que madre, yo ya no aguanto estar tan lejos de ellos dos, y no quiero cambiar al niño viniendo a mi casa— Miento.—Dinos la verdad, no aguantas dormir lejos de ella. — Dice Cintia entre risas.—También, pero va un poco m
[AITANA]Días complicados, si que los hay, pero esto es lo que más amo de mi profesión. Me quito los guantes y salgo a la recepción para dejarles saber a los dueños de Neo que su amigo de cuatro patas está muchísimo mejor. Ver las sonrisas de los niños de la familia al saber que su cachorro está bien hace que nunca quiera dejar de hacer esto. No solo elegí ser veterinaria por el amor que tengo hacia los animales, pero también por lo hermoso que es poder salvar a una mascota que significa tanto para una familia. Siempre dije que son parte de la familia y lo sostengo.—Muchísimas gracias, Doctora Di Luna. — Me dice feliz el señor López.—Ha sido un placer, Neo podrá irse a casa en un par de horas, pero tendrán que seguir algunas instrucciones. — Le explico.—Las que usted nos indique. — Afirma sonriente.