[MATÍAS]
—Ya regreso. — Me dice después de darme un corto beso, y baja del auto.
Tal como lo ha pedido, me quedo aquí dentro esperando a que busque a Daniel y la observo caminar hacia la puerta de la casa mientras me enamoro de sus andares 《es tan pero tan bella...》Unos pocos minutos después un hombre bastante joven sale y empieza a hablar con ella 《¿Ese es el padre de Javier Se ve demasiado joven, pero no se dé que me sorprendo si yo tengo 28 y soy padre de un niño de seis años. Lo que me extraña es la forma tan interesada en la que el habla con Aitana 《supuestamente está casado, ¿no?》
Ya me estoy cansando de esperar aquí... pero veo a Daniel salir de la casa y después de abrazar a Aitana se echa a correr hacia aquí. Le abro la puerta del coche desde adentro y él se sube al asiento de atrás. —¡Hola, campeón! ¿C&oa
[AITANA]—¡Daniel, por favor deja de brincar! — Le regaño al ver que no se queda quieto mientras esperamos para abordar el avión.—Tienes muy poca paciencia... — Bromea burlándose de mi Matías.—¿Y tú? ——Tengo tres sobrinos... me toco aprender. —Explica entre risas.—Que bien, al menos ya vienes entrenado. — Remedo.—¿Acaso soy un perro ahora? — Me pregunta haciéndose el ofendido.—No me hagas responder eso guapo... Además, te veo todo así camuflado y no encuentro a mi novio por ninguna parte. — Digo mirándolo detenidamente. Gorra, lentes, una sudadera... —¿No tienes calor con la sudadera? ——Claro que si, pero si me ven tomando un avión contigo y con Daniel, en tres minutos estará una gran noticia en los titulares de
[MATÍAS]Vamos caminando por el aeropuerto de Orlando para ir a buscar las maletas en el área de reclamo de equipaje y solo puedo observar lo feliz que esta mi hijo, quien parece que las horas de vuelo no le han afectado.—¡Mami mira eso! — Dice señalando uno de los tantos carteles publicitarios de los parques de diversiones que hay aquí. Aun recuerdo cuando vine para la presentación de mi libro el año pasado y lo único que tengo son recuerdos excelentes y muy conmovedores de cómo la gente respondió a mi libro.—Si cariño allí iremos. — Le responde con una enorme sonrisa y creo que esta igual de feliz de verlo tan entusiasmado. —¿Y a ti que te sucede? — Me pregunta mirándome con sus ojos entrecerrados.—Aquí recordando la presentación del libro en esta ciudad. — Respondo con melancolía.<
[MATÍAS]Me meto al agua después de él y solo puedo mirarlo como el padre orgulloso que soy mientras que nada de aquí a allá en la piscina hasta que finalmente se acerca dónde estoy yo —Papi, quiero ir a lo hondo. — Me dice y de a poquito mi corazón se va estrujando. 《Se siente tan bonito que me llame así...》— Hijo, es peligroso, te puedes acalambrar. — Le advierto.—Pero, si vas conmigo no. — Negocia con una sonrisita que es capaz de convencerme de lo más absurdo.—Vale, yo voy contigo, pero no me sueltes la mano, ¿sí? — Le dejo saber.—No lo hare. — Responde y toma mi mano con la suya que es tan pequeña aún.De a poco comenzamos a nadar hacia el área más profunda de la piscina y es este momento en mi vida en el cual puedo sentirme realizado. Es claro que no tenía
[MATÍAS]Abro mis ojos lentamente y verla abrazada a mí, es el mejor amanecer que podría haberme imaginado. Los recuerdos de la noche de anoche vienen a mi mente haciéndome sonreír, su cuerpo el mío... que combinación tan perfecta. Acaricio su larga cabellera y me pierdo mirándola, se ve tan hermosa, tan angelical, pero a la vez tan sensual que me desarma por completo.—¿Qué tanto me miras? — Pregunta sorprendiéndome.—¡Pero, que tramposa eres! — Le reclamo apretándola contra mi pecho haciendo que ambos nos riamos.—¡No me has respondido! — Me demanda sin parar de reírse.Dejo de estrujar su cuerpo contra el mío y solo me quedo mirándola a esos ojos que me hacen perder la noción de todo. —Observaba lo perfecta que eres, pensaba en lo perfecta que fue la noche de anoche. — E
[MATÍAS]Afortunadamente después de todo lo que le hemos hecho pasar ayer, ella no me ha enviado a dormir al sofá, sino todo lo contrario. Es otro día más que amanezco a su lado y solo puedo observarla mientras que duerme plácidamente. Me da mucha lástima despertarla, realmente debe de estar cansada.—¡Mami! — Entra gritando mi hijo a la habitación y se trepa rápidamente a la cama.《Perfecto, ya la ha despertado.》 Pienso internamente.—¡Hijo! ¿Qué sucede? — Dice algo dormida mientras gira su cuerpo y me mira con una sincera sonrisa que también me sabe a acusación.—¡No ha sido mi idea eh! — Me defiendo.—¿Seguro? ——No mami, no ha sido su idea. — Afirma abrazándola.—¿Entonces? — Pregunta confundida.—Vine a de
[AITANA]Después de la insistencia de Daniel y de una situación un tanto incomoda que hemos vivido junto a Matías, por fin estamos disfrutando de este maravilloso día. Me siento en uno de los muchísimos bancos que hay cerca de la atracción donde han subido Matías y Daniel y me los quedo esperando. Hay momentos donde decido no ir con ellos para que puedan acercarse más uno al otro. Sé que Daniel está aceptando a Matías de una manera increíble, que le diga papá ya es demasiado hermoso, y no me quiero ni siquiera imaginar cómo será cuando se entere que él es realmente su padre, tengo la sensación de que será muy feliz con la noticia.Por el otro lado no puedo dejar de pensar en lo buen padre que ha resultado ser Matías, pero como no iba a serlo si es un hombre súper especial. Desde que entro a mi clínica lo ha cambiado todo. Ll
[MATÍAS]La cara de felicidad de mi hijo después de haber subido a Soarin es algo que no quisiera olvidar nunca y es que la sensación de haber volado en parapente ha sido increíble.—¡Que guay que estuvo! — Dice brincando en medio de toda la gente.—¡Si, ha estado muy guay! — Respondo de la misma manera.Aitana permanece en silencio y sé que aún sigue preocupada por lo ocurrido hace unos instantes. Lo que ella no entiende es que si fuera por mi le gritaría al mundo entero que soy el padre de este niño tan increíble.—Mami, ¿te ha gustado? — Le pregunta tomándola de la mano.—Si cariño, ha estado muy bueno. — Le responde posando su mejor sonrisa.Camino hacia su otro lado y la tomo de la otra mano con una enorme sonrisa tatuada en mi rostro. —Cariño, ¿Qué sucede?
Es bastante tarde y al llegar al hotel nos percatamos que Daniel se ha quedado profundamente dormido. —Bueno, creo que hoy lo puedes cargar tú. — Me dice sonriente.—Cariño, ¿sabes cuantas veces he cargado a mis sobrinas? — Explico demostrando toda mi experiencia.—Vale, entonces esto no será nada. — Bromea y baja del auto.Mientras bajo del auto, ella abre el maletero y baja la mochila que habíamos llevado al parque. —Pesa muchísimo, ¿No? — Me pregunta caminando hacia mi mientras bajo a Daniel del auto y lo cargo.—Más que mis sobrinas seguro. — Digo en un susurro para no despertarlo. —¿Cómo hacías para bajarlo tu sola? — Cuestiono mientras vamos caminando hacia el hotel.—Con una masajista que recuperaba mi espalda después de cargarlo. — Responde con una media sonrisa.Sus p