[MATÍAS]
Dos semanas después
Definitivamente, cada vez que nos toca despedirnos de nuestro hijo es triste. Sobre todo, para ella, siente tanta culpa cada vez que estamos lejos de él... pero, Daniel en cambio parece entender toda la situación perfectamente. Todavía me pregunto como un niño tan pequeño puede ser tan maduro.
—Ni siquiera hemos subido al avión y ya lo extraño.— Me dice sujetando mi mano en el área de abordaje VIP que hay en el aeropuerto.
—Aun estas a tiempo si no quieres ir a Miami.— Le dejo saber y ella me mira sorprendida.
—Es que tampoco quier
[MATÍAS]No puedo dejar de admirar lo guapa que luce mi esposa mientras entramos al restaurante donde he quedado con Miguel y su esposa Jimena. Ese vestido blanco pegado a su cuerpo y dejando ver el leve bulto que por ahora es nuestro hijo, le queda precioso —Allí están.— Le digo bajito cuando los veo esperándonos en la barra de la entrada del restaurante —¡Miguel!— Hablo con entusiasmo y lo saludo.—¡Matías, bienvenido!— Dice de la misma manera y luego me presenta oficialmente a su esposa a la cual también saludo con entusiasmo.—Les presento a mi esposa Aitana.— Expreso con orgullo y la enorme sonrisa de ella me deja saber que le encanta que la presente así.
La mañana en la editorial ha sido increíble. Ya he conocido a todo el equipo y a los editores que estarán trabajando conmigo en este nuevo libro. Abro la puerta del cuarto de hotel y la veo sentada en el balcón de la habitación con un libro en sus manos. Sin que ella me pueda escuchar, salgo y le cubro los ojos. —Hola mi vida.— Le susurro intentando no reírme por el susto que le ha dado.—¡Matías!— Me exclama y lleva su mano al pecho. —¿Tú me quieres matar?— Me pregunta intentando tranquilizar su agitada respiración.—Lo siento cariño, creí que me habías escuchado entrar al cuarto.— Me defiendo de la misma manera que dice Daniel cuando lo regañamos.—No, estaba muy entretenida leyendo.— Me aclara y me muestra el libro.—¿"Perdona si te llamo amor?"— Pregunto al ver la t
[MATÍAS]Al día siguientePrimer día completo que paso en la editorial y de a pasos muy pequeños el libro va tomando forma. Estoy agotado, pero muy feliz por cómo se está dando todo. El equipo de trabajo es increíble y no puedo esperar a que este listo para que la gente disfrute de este nuevo trabajo.Ya son más de las once de la noche y hoy sí que me siento mal por haberla dejado sola todo el día, pero no podía dejar el capitulo del libro a medias. Entro a la habitación cuidadosamente creyendo que está dormida, pero para mi sorpresa me está esperando vestida con un vestido negro ajustado a su cuerpo que resalta esa pequeña pancita que adoro. Miro a
[AITANA]Abro mis ojos lentamente para poder adaptarme a la luz del sol que se cuela a través del gran ventanal que hay justo enfrente de la cama y con mi mano intento buscarlo en la cama, pero no está. Me giro sobre el colchón y me encuentro con una rosa roja y una pequeña nota."Mi amor, discúlpame por no quedarme hasta que te despertaras, pero tuve que irme a la editorial. Te veías tan hermosa durmiendo que no quise despertarte. Ya te ordené el desayuno. Te amo."Sonrió al leer la nota y no puedo creer que este en todos los detalles. Miro el reloj y son casi las diez de la mañana 《vaya que he dormido...》 Lentamente me siento en la cama y cuando estoy a punto de ponerme de pie alguien golpea la puerta. Busco el albornoz y me lo coloco para cubrir mi cuerpo desnudo e intento levantar un poco el desastre de ropa que ha quedado de anoche en el suelo. Dejo todo sobre la cama y lo cubro para lu
[AITANA] —¡Amor! ¡¿Qué haces?!— Exclamo sin poder parar de reírme cuando con una tela color negra comienza a vendar mis ojos. —Tú tranquila cariño... te dije que prepararas tus sentidos.— Me dice al oído y por alguna razón muchas películas vienen a mi mente. —No me dirás que te convertirás en uno de esos personajes de película, ¿no?— Bromeo y muerde el lóbulo de mi oreja derecha. —No estaría mal, pero no... seré Matías Mendoza seduciendo a su esposa...— Me advierte en un susurro y ya solo puedo esperar porque es lo que hará. —Vale señor Mendoza; estoy completamente preparada para todo lo que tú quieras.— Digo sonriente y puedo escuchar sus pasos en el piso de madera del yate. —Solo déjate llevar.— Me pide tomando mis manos y me jala para que comience a caminar siguiendo su guía. —Va a haber unos escalones.— Me advierte y con mis manos sobre sus hombros esta vez, voy bajando uno a uno los escalones. Me sigue guiando lentam
[MATÍAS]Quito la venda de sus ojos y observo como lentamente se va adaptando a la tenue luz del camarote. Me mira de una manera picara, muerde su labio inferior y luego se ríe provocando que ría con ella —Quien lo viera señor Mendoza...— Me dice de manera sensualy lleva su dedo índice al centro de mi torso y baja lentamente.El que yo este acomodado sobre ella con la ayuda de mis codos apoyado sobre el colchón y prácticamente me sostenga en el aire; facilita su tarea —Aitana, te había dicho antes que contigo quería vivir cosas únicas; y esto lo ha sido.— Le explico y mi mirada se centra en sus ojos a pesar de que su desnudez sigue desconcentrándome.Se sonríe —¿Te confieso algo?— Me pregunta tímidamente.—Tú confiésame todo lo que quieras... soy capaz de ser tu cómplice en todo.— Digo
[MATÍAS]Dos semanas despuésDespués de que ella ha regresado a casa, todo fue un poco más difícil. Terminar de editar el libro ha sido una experiencia única, pero el tenerla lejos estas dos ultimas semanas ha sido muy difícil. Extraño a Daniel y amanecer abrazado a mi esposa. Afortunadamente, ya estoy camino a casa y todo regresara a la normalidad al menos hasta septiembre que es cuando se supone que saldrá a la venta el libro. Intento cerrar mis ojos y descansar para poder llegar con energía a casa y disfrutar de mi bella familia.[...]El avión finalmente aterriza y me doy de prisa por bajar y reencontrarme con ellos. Según el mensaje de texto que me envió mi esposa, me estarían esperando en el aeropuerto. Camino los pasillos del lugar lo más rápido posible y solo deteniéndome para firmar algún que otro autógrafo o
[MATÍAS]—Hija, esto te ha quedado exquisito.— Le halaga mi madre a Aitana.Lleva razón, la lasaña esta increíble. —Es verdad cuñi.— Añade Javier y al ver a mi esposa esta sonrojada.—Muchas gracias.— Dice tímidamente y tomo su mano por encima de la mesa.—Es que ella es genial en todo.— Comento orgulloso y los "uhhhh" y "ehhhh" no faltan.—Mantengan esos detalles para ustedes solos.— Bromea mi hermana.《Bien, ahora mi esposa ya no está sonrojada, está prácticamente del mismo color que un tomate.》—¡Cintia!— Le reclamo y todos ríen de nuestra discusión de hermanos.Afortunadamente los niños están cenando en la mesa improvisada que hemos armado en el cuarto de Daniel mientras miran una película; a excepción de Rodrigo que aun es muy peque