Todo el día en el trabajo lo pasó pensando en lo que Cameron le dijo ¿Por qué no ir a esa fiesta? No se estaba comprometiendo a nada, además ya le había dicho que si a Takeru sería grosero de su parte hacer aquel desaire al japonés, después de todo las últimas semanas había mostrado un gran cambio. Una mujer entró a la tienda Noa abrió sus ojos a su máxima expresión en cuanto la vió corrió con Cameron, no dejó a la chica pronunciar palabra alguna. —Oye Nini ¿Qué te ocurre? —preguntó la pelirroja soltandose del agarre de su amiga—. ¿Por qué me traes a este lugar? Aún tenemos mucho trabajo por encima amiga, si nos escondemos la jefa va a creer que no queremos trabajar...—Cameron escúchame —interrumpió—, no puedo atender a esa mujer por favor cúbreme está vez, esa mujer no puede verme aquí. —Suplicaba en un susurro para que Cameron lecayudase sin hacer preguntas. Cameron frunció su ceño ante lo dicho por la pelinegra, dió unos pasos vió a la rubia conversar con Jamie la administradora
Al escuchar esa voz colgó la llamada se le hizo conocida, pero aún así no logró identificar a la dueña de esa voz, últimamente no tenía muy claro quién era, tampoco tenía recuerdos de él. —¿Ya pudo hablar con esa persona?, ¿o aún nada? Él negó como respuesta a la pregunta de la muchacha de vestimenta blanca. —¿Aún no recuerda su nombre? —inquirió la acercándose a la cama. Volvió a negar como respuesta, no sabía quién era, tampoco sabía si tenía familia solo la recordaba a ella. —Al menos sabemos que llamaste a una persona en Estados Unidos. Abrió los ojos sorprendido al escuchar aquello, quizás eso era una pista para dar con la respuesta acerca de quién era. —Puede que yo sea de allí ¿Usted lo cree? —tenia esperanza en esa respuesta quizás allí estaba su familia, o la respuesta de quién era él. —Bueno como te dije es posible que seas americano, me encargaré de dar todos esos detalles a la policía, por ahora será mejor que descanses. —Sugirió la amable enfermera. Quedó solo en
Se dió la vuelta para continuar su camino aquel chico le dió los ánimos necesarios para continuar; subió el primer escalón recordando las palabras de Cameron «Noa todo estará bien», sabía que era posible verlo en esa velada aún así estaba decidida a seguir adelante. —Pensé que ya no vendrías. Alzó la vista buscando al dueño de aquella voz, lucía más atractivo de lo usual con aquel sobrio esmoquin negro. —No me lo perderia por nada, además no podría ser tan descortés contigo después de como te has portado conmigo. —Respondió Noa con una sonrisa cómplice mostrando un par de tiernos hoyuelos en sus mejillas.—Entremos el frío aquí está muy fuerte ya. —Agregó Takeru extendiendo su brazo para que Noa lo tomara. —Si —ella aceptó el gesto de Takeru desvió la mirada, últimamente al estar con él Noa estaba confundiendo la compañía con otro sentimiento el cual no quería ponerle nombre—, Tienes razón está haciendo frío. —Secundó Noa del brazo de Takeru. Entraron al ascensor para dirigirse
El camino a casa iba en completo silencio, Neta estaba sentada a su lado en el asiento trasero del auto, solo quería llegar a casa y olvidar de una buena vez el amargo recuerdo de esa mujer, ver a Noa con Shinomoto le confirmó lo dicho por Neta y el dueño del club.Noa era una bailarina ambiciosa. Solo aguardaba para conseguir a un hombre y sacarle dinero, la Noa dulce y cariñosa que él conoció era una fachada para atraerlo a su trampa algo que solo una mujer oportunista haría maldecía el día que puso sus ojos en esa mujer. —No teníamos que irnos por culpa de esa mujer Alex, por cierto se veía espantosa —comentó la mujer con desden en sus palabras—, aunque luzca los mejores trajes a esa vulgar bailarina se le nota lo corriente a kilómetros creía verse bien...—Neta no quiero seguir hablando de esa mujer, ya es suficiente no quiero hablar de ella —espeto cansado Alexander del la lista de insultos que la mujer a su lado destilaba sobre Noa, aquello también lo enojaba se veía jodidame
Sus ojos se abrieron con dificultad, la luz matinal entraba completa por el ventanal de cristal iluminando la habitación. Intentó tapar su rostro con el antebrazo pero fue imposible moverse unos brazos afianzados a su cuerpo se lo impidieron. El recuerdo de lo sucedido la noche anterior llegó a su cabeza como una película que iba muy rápido. Con suavidad quitó el brazo de su compañero para levantarse de la cama y salir de ahí y no volver, jamás el vestido que traía puesto quedó arruinado la parte de arriba estaba rasgada, rápidamente tomó una sábana para cubrirse. —Es más cómodo que uses mi camisa —hablaba una voz masculina adormilada—. ¿A dónde vas?Se dió la vuelta no quería despertar a Takeru pero su plan había fallado, suspiró resignada a tener que usar su ropa y enfrentar su situación. —Buenos días —dijo con una sonrisa forzada se despojó de la sábana para tomar la camisa que el japonés dejó tirada anoche, tenía razón era más cómoda que andar envuelta en esas enormes sábanas —
El día iba tranquilo era lunes en el poco tiempo que tenía trabajando ahí era normal, salió a su hora de almuerzo con Cameron como ya era costumbre fueron al almacén a comer. —¿Y...?—Y nada más pasó solo lo que te conté Cameron. —Decia Noa dando una mordida a su sandwich.—Yo pensé que te habías comido esa fiesta con tu presencia y ese lindo vestido naranja que estaba de impacto amiga; además pensé que el alemán estuvo ahí y te vería y tú le mostrarías a ese frío iceberg europeo de lo que se perdió por imbécil. —Refutó Cameron con la boca llena de comida. Noa reía ante las ocurrencias de la telenovela de Cameron, creía que su madre era la única dramática. —Amiga, ¿qué haces vendiendo zapatos? Lo tuyo es ser novelista serías una muy buena. Rodaba los ojos ante el sarcasmo de la morena —Nini habló enserio tú no le mentiste Alexander por interés, Noa ese hombre no sabe a la mujer que perdió. —Dime algo Cameron ¿No eras tú quién me decía que no me enamorara de Alexander?, ¿no eras t
Tenía toda la noche dando vueltas por lo que hablamos en la tarde, se sentó en la cama abrazándose a sus rodillas, desde que supo que estaba en cinta evitaba el tema, sabía que tenía quen la cama, conciliar el sueño era una tarea imposible, se había propuesto ir temprano a la cama ya casi era media noche y aún no lograba dormir.—Nini —susurraba Cameron acariciando los lacios cabellos de su compañera—. Amiga dime ¿Estás así por tomar una decisión. No tenia mucho tiempo y ese bebé iba creciendo, su idea al inicio era interrumpir ese embarazo pero había estado postergandolo y ya no estaba tan convencida de ello y también comenzaba a encariñarse con ese pequeño. —Cameron quiero tenerlo pero también tengo miedo —confesaba la pelinegra hundiendo su rostro en sus rodillas pues seguia abrazada a sus piernas—; no se si vaya a ser una buena madre, amiga tengo días sin dormir pensando en muchas cosas, hasta por mi mente se ha pasado la idea de cuando lo tenga darle en adopción pero no puedo
—Alex nunca te había visto así, ¿En serio me quieres primo? —la risa del castaño hizo a Alexander deshacer el afectivo abrazo—, oh primo lo digo en broma yo también te quiero, me contaron que estoy vivo de milagro, aunque honestamente no recuerdo nada de ese accidente. —Frans no recuerdas nada en absoluto...Él negó ante lo dicho por su primo, tomó el celular que Alexander le había prestado para mostrarle las fotos de su matrimonio. —Alex no recuerdo nada de esto y si no es porque tú me lo estás mostrando yo no te lo creería primo. —Liliana está preocupada por ti Francisco ella... —Ella me va a odiar Alexander, cuando vuelva a verla seguramente va a golpearme —reía el castaño con desgano—. Lo último que recuerdo es ir y despedirme de Cameron. —Eso estaba por preguntar, ¿quién es Cameron? —cuestionaba el rubio con curiosidad—, la doctora Moretti me dijo que al despertar solo llamabas a esa persona incluso recordabas su número de teléfono. El castaño dió una bocanada de aire tenía