Sus ojos se abrieron con dificultad, la luz matinal entraba completa por el ventanal de cristal iluminando la habitación. Intentó tapar su rostro con el antebrazo pero fue imposible moverse unos brazos afianzados a su cuerpo se lo impidieron. El recuerdo de lo sucedido la noche anterior llegó a su cabeza como una película que iba muy rápido. Con suavidad quitó el brazo de su compañero para levantarse de la cama y salir de ahí y no volver, jamás el vestido que traía puesto quedó arruinado la parte de arriba estaba rasgada, rápidamente tomó una sábana para cubrirse. —Es más cómodo que uses mi camisa —hablaba una voz masculina adormilada—. ¿A dónde vas?Se dió la vuelta no quería despertar a Takeru pero su plan había fallado, suspiró resignada a tener que usar su ropa y enfrentar su situación. —Buenos días —dijo con una sonrisa forzada se despojó de la sábana para tomar la camisa que el japonés dejó tirada anoche, tenía razón era más cómoda que andar envuelta en esas enormes sábanas —
El día iba tranquilo era lunes en el poco tiempo que tenía trabajando ahí era normal, salió a su hora de almuerzo con Cameron como ya era costumbre fueron al almacén a comer. —¿Y...?—Y nada más pasó solo lo que te conté Cameron. —Decia Noa dando una mordida a su sandwich.—Yo pensé que te habías comido esa fiesta con tu presencia y ese lindo vestido naranja que estaba de impacto amiga; además pensé que el alemán estuvo ahí y te vería y tú le mostrarías a ese frío iceberg europeo de lo que se perdió por imbécil. —Refutó Cameron con la boca llena de comida. Noa reía ante las ocurrencias de la telenovela de Cameron, creía que su madre era la única dramática. —Amiga, ¿qué haces vendiendo zapatos? Lo tuyo es ser novelista serías una muy buena. Rodaba los ojos ante el sarcasmo de la morena —Nini habló enserio tú no le mentiste Alexander por interés, Noa ese hombre no sabe a la mujer que perdió. —Dime algo Cameron ¿No eras tú quién me decía que no me enamorara de Alexander?, ¿no eras t
Tenía toda la noche dando vueltas por lo que hablamos en la tarde, se sentó en la cama abrazándose a sus rodillas, desde que supo que estaba en cinta evitaba el tema, sabía que tenía quen la cama, conciliar el sueño era una tarea imposible, se había propuesto ir temprano a la cama ya casi era media noche y aún no lograba dormir.—Nini —susurraba Cameron acariciando los lacios cabellos de su compañera—. Amiga dime ¿Estás así por tomar una decisión. No tenia mucho tiempo y ese bebé iba creciendo, su idea al inicio era interrumpir ese embarazo pero había estado postergandolo y ya no estaba tan convencida de ello y también comenzaba a encariñarse con ese pequeño. —Cameron quiero tenerlo pero también tengo miedo —confesaba la pelinegra hundiendo su rostro en sus rodillas pues seguia abrazada a sus piernas—; no se si vaya a ser una buena madre, amiga tengo días sin dormir pensando en muchas cosas, hasta por mi mente se ha pasado la idea de cuando lo tenga darle en adopción pero no puedo
—Alex nunca te había visto así, ¿En serio me quieres primo? —la risa del castaño hizo a Alexander deshacer el afectivo abrazo—, oh primo lo digo en broma yo también te quiero, me contaron que estoy vivo de milagro, aunque honestamente no recuerdo nada de ese accidente. —Frans no recuerdas nada en absoluto...Él negó ante lo dicho por su primo, tomó el celular que Alexander le había prestado para mostrarle las fotos de su matrimonio. —Alex no recuerdo nada de esto y si no es porque tú me lo estás mostrando yo no te lo creería primo. —Liliana está preocupada por ti Francisco ella... —Ella me va a odiar Alexander, cuando vuelva a verla seguramente va a golpearme —reía el castaño con desgano—. Lo último que recuerdo es ir y despedirme de Cameron. —Eso estaba por preguntar, ¿quién es Cameron? —cuestionaba el rubio con curiosidad—, la doctora Moretti me dijo que al despertar solo llamabas a esa persona incluso recordabas su número de teléfono. El castaño dió una bocanada de aire tenía
Al ver el plato frente a ella formó una mueca de asco que hizo a Cameron cruzarse de brazos reprendiendo a Noa con la mirada. —Sabes que no me gusta el hígado. —Espetó rodando los ojos hastiada del plato frente a ella. —Pues de malas no lo hice para tí, lo hice para el bebé así que cómetelo. Además lo preparé de una manera en la que te va a gustar. Miraba el platillo frente a ella no convencida de las palabras de Cameron. —Noa ya deja de jugar con la comida y mirar con cara de asco al hígado; solo comelo porque te aseguro que frío sabrá horrible. —Dijo Cameron fastiada de la infantil actitud de la pelinegra. —Esta bien tú ganas me comeré “el rico hígado" —dijo con ironía haciendo comillas con sus dedos—. Cambiando de tema ¿Cuando iremos por nuestro pago a la tienda?—Nini, ella ya pagó, con eso pagué el hospital y ayudé a Nick a pagar los servicios. —Respondiá Cameron con desinterés. —Entiendo —no era muy alentador su estado actual, sin empleo, sin dinero y embarazada nadie la c
Hace una semana que había ocurrido lo del hospital, Nick y Cameron le pidieron descansar pero para ella esa tarea se había vuelto una tortura, más porque estos últimos días estaba sola en casa Nicholas iba a trabajar y Cameron a buscar empleo a pesar de la insistencia de Nick en que mejor se quedara cuidando de ella. Aún así Cameron insistió en buscar trabajo no sería una carga y vivir en Nueva York no era barato precisamente.En su automático andar por el centro comercial llegó a una tienda de bebé, aún era muy pronto para pensar en ropa de bebé, aún no sabía si sería niño, o niña pero no podía dejar de ver esa preciosa ropita de bebé. De solo imaginar que en unos meses tendría una personita que vendría al mundo a cambiarlo todo la llenaba de ansias y emoción. Entró a la tienda maravillada con cada cosa que veia, Noa llegó al área de cunas, su corazón comenzó a latir acelerado una cuna en especial llamó su atención, de un azul cielo con detalles en blanco caminaba hasta detenerse en
Llegó directamente a la cocina de la mansión su jefe traía una cara de enojo que se notaba a kilómetros, Alexander llamó al chófer para que esté fuese a recoger a la pequeña Luna en el centro comercial. La niña emocionada le contaba a Nicholas que había visto a Noa, la pequeña Luna le relataba a Nick lo mucho que le gustó ver a su niñera, de un momento a otro la sonrisa de la chiquilla desapareció pues fue sustituida por una cara larga y triste. Nick vió el semblante de la chiquilla a través del espejo retrovisor, al castaño le dió lastima ver así a Luna le había tomado cariño a la pequeña que diariamente le alegraba los días con sus ocurrencias y juegos, quería contarle a la niña que Noa estaba bien, también pasó por su cabeza el llamar a la morena para que hablara con la niña y así animar a Luna, pero optó por guardar silencio su buena acción podía meterlo en problemas. Sin darse cuenta llegó a la mansión, bajó del auto luego abrió la puerta trasera y así la pequeña castaña bajara
Estaba que no creía lo que escuchaba, no tenía palabras para agradecerle al hombre frente a ella. Él la miraba confuso la morena no decia nada, estaba ansioso por escuchar su respuesta, exactamente estaba esperando una respuesta afirmativa si Noa rechazaba su ofrecimiento quedaría claro que con la ex bailarina no tenía ninguna oportunidad. —¿Y bien Noa qué me dices? —arguyó el japonés sacando a la nombrada a la realidad. —En realidad estoy muy interesada, Takeru nunca nadie me ha dado esa oportunidad, desde siempre ese fue mi sueño y que además tú te ofrezcas para ayudarme...—¿Entonces aceptas? —volvió el japonés a preguntar. ———Al despertar y salir de su habitación, el departamento emanaba un delicioso aroma que invadió todo el lugar y olía un poco también a quemado. Se preguntaba si Mamoru estaba cocinando una voz desde la cocina le instó a ir a ese lugar no solo quedó maravillado con el olfato, también lo estaba con la dulce voz de la morena en la cocina que iba de un lado a