¿Qué era lo que sentía Conrad?…Lo primero que sintió fue un fuerte pinchazo en su mejilla izquierda, su rostro se había volteado hacia un lado ante la fuerte cachetada que Hannah le había proporcionado. La piel de su rostro se encontraba de una tonalidad roja, sus ojos se encontraban igual y sus lágrimas bajaban en silencio mientras su mirada se encontraba pagada.Hannah necesitaba desquitar su enojo con algo o alguien, y le resultó fácil haberle dado aquellas tres cachetadas a su hijo mientras le reclamaba su traición. A Conrad ya no le importaba los gritos de su madre, tampoco el maltrato físico que estaba recibiendo de ella, se había cansado de todo.— ¿¡Cómo te atreves a arrodillarte ante esa maldita mujer!?… — Le reclamo a Conrad entre gritos sin poder evitar soltar algunas pequeñas gotas de saliva, Hannah se encontraba enfadada, Dominik no había hecho nada para que Katherine no fuera alabada por la manada.— ¡Eres mi hijo!, ¡Tú debes de apoyarme a mí y no a ella, Conrad!…— ¿Aca
Durante dos días Dominik miraba impotente como las personas de su manada buscaban a Adelaida para todo, ellos pedían su presencia y consejos en los nuevos métodos de ataque con aquellas criaturas. Dominik ahora se encontraba pintado en una pared, ya no servía de nada, ya no era importante para la manada. Sin embargo, Hannah en cierta parte no le preocupaba esto, ella sabía que su pareja seguiría siendo el Alfa de la manada.Sin embargo, Dominik se encontraba receloso. La mayoría de las personas podían estar cerca de Katherine, pero él no, ella lo alejaba o lo evitaba. El Alfa quería besarla, abrazarla y acariciar cada parte de su pálido cuerpo, pero solo podía ver cómo Aarón y Noah lo hacían al frente de él. Dominik sabía que ellos lo estaban haciendo a propósito para causarle aún más enojo, y lo estaban logrando. La obsesión que Dominik tenía por su alma gemela era notable, no podía dejar de pensar en ella y querer alejar a todos los que estaban a su alrededor. El Alfa quería manten
La nostalgia y la tristeza se habían apoderado por completo de Phoenix, quien aún se encontraba insegura de entregarle alguna pertenencia de Atha a Katherine. La mente de la Diosa aún seguía torturándola haciéndole recordar los momentos más felices que tuvo con su difunta amada, odiaba no poder tenerla a su lado.Por otro lado, Katherine miraba con impaciencia a Phoenix, esperaba que la deidad suavizará su corazón y le entregará lo que estaba buscando. La rojiza mano de la deidad se extendió ocasionando que algunas cadenas de oro con piedras preciosas hicieran leves sonidos entre ellas, por un momento la mano de la Diosa brillo con intensidad y de la nada apareció una espada junto con su vaina.La espada era mucho más larga que una normal, su vaina emitían un brillo especial como si nunca se hubiera usado. Los pentagramas rojos rodeaban por completo la vaina, la cual era de un color negro junto con algunas pequeñas piedras preciosas incrustadas. Una correa de cuero negro se encontraba
Katherine se encontraba empapada ante la fuerte lluvia, pero eso no la detuvo. Sus pasos se marcaban en la madera oscura del suelo, necesitaba ir hacia la antigua biblioteca que se encontraba en aquella mansión porque sería el único lugar en donde nadie la interrumpiría. En el momento en que entró a la biblioteca las luces se encendieron ante su presencia, habían pasado varios años y todo seguía en perfecto orden.Los dedos de Katherine se movían con agilidad ante la pequeña magia que estaba haciendo, velas rojas eran encendidas y colocadas al alrededor del pentagrama dibujado en el suelo, las lámparas se apagaron y solo la nítida luz de las velas rojas eran quienes alumbraban el sitio. La Antigs aún no había hecho el hechizo y sentía como su corazón latía con rapidez, sentía una pequeña sensación de ansiedad ante lo que pudiera ver y pasar.Con mucho cuidado dejo la espada de Atha en el medio del pentagrama, se arrodilló al frente de este y dejo sus manos extendidas para así comenzar
La Antigs sentía que el destino la odiaba, desde aquella noche que su madre había muerto, su vida había cambiado a peor. Vivir con su padrastro le repugnaba, había llegado a pensar que quizás el maltrato iba a disminuir, pero no fue allí. Su padrastro no podía evitar sentir asco cada vez que veía a Atha, y la razón era porque su rostro junto con sus ojos se parecían a los de su difunta esposa. Si las cosas hubieran sido diferentes, el hombre sentiría nostalgia, pero luego de haberse enterado que su esposa era una prostituta la odio profundamente.Él le había dado un anillo que significaba lo mucho que la amaba, aunque era el más barato quería tenerla solo para ella. El mismo había construido aquella casa de madera, no tenían el dinero suficiente para comprar una en mejor estado. Sin embargo, se tenían el uno al otro.Hasta que aquel día había llegado...Aquella mujer no había querido mencionar que el bebé que estaba esperando era de otro hombre, un hombre que era su cliente habitual
Un vacío agonizante fue lo primero que sintió Katherine al volver a la realidad, por alguna razón, no sentía ninguna emoción en ese momento, pensar en sus hijos, parejas o su familia no la hacía sentir nada. Ninguna emoción se presenciaba en su rostro, sin embargo, el último recuerdo de Atha paso por su mente, fue allí que sintió algo dentro de ella. Una tristeza insaciable comenzó apoderarse de ella, sus lágrimas en ningún momento se retuvieron en sus ojos, estaban bajaban con desesperación por el rostro pálido de la mujer.El nudo en su garganta no la dejaba soltar alguna palabra, de sus labios solo soltaban ligeros jadeos llenos de dolor, un dolor emocional que no podía retener u olvidar. Katherine, aunque había entendido lo que pasaba con Bianca ahora, no podía evitar sentir lástima por Atha. Pero no cualquier lástima, le había desagrado y dolido como Atha había sufrido en su infancia, cómo esta fue traicionada por alguien cercano y como no pudo vivir más tiempo amando a Phoenix.
Dominik miraba con cierta molestia a Noah, el cual lo había detenido en ir hacia Katherine. König aún a pesar de que Katherine ya no quería nada con él seguía insistiendo, todo porque la quería a su lado. Noah confiaba plenamente en Katherine y Aarón, sin embargo, el odio hacia Dominik crecía mucho más. El Beta no podía evitar sentirte disgustado al ver que Dominik no respetaba la decisión de su pareja, el Alfa noto como los ojos azules del Beta se habían oscurecido y este mantenía su ceño fruncido observándolo fijamente.— ¿Qué coño crees que haces?… — La voz del Beta sonó profunda y gruesa, llegando a sorprender al propio Dominik, el cual pensó que Noah estaba actuando como un Alfa muy dominante.— Solo quiero hablar con ella, sigue siendo mi esposa. — Dominik en el fondo le gustaba restregarle a Noah el que Katherine aún fuera su esposa, sin embargo, el Beta notaba como este solo le recordaba aquello como si su pareja fuera una propiedad.— Ella puede seguir teniendo el título de t
El destino para algunas personas estaba escrito, en ellos se podía leer como llevarían una vida monótona sin ninguna emoción, más que la felicidad de las cosas comunes y la tristeza de la soledad. Sin embargo, había otras personas que su destino no estaba escrito, ellos tenían la posibilidad de escribir su propio futuro sin que nadie pudiera detenerlos, el sentimiento de libertad era lo que más destacaba en ellos.Sin embargo, hubo dos personas que habían cambiado su destino ya predeterminado. La primera había sido la gran reina Atha, su destino desde pequeña había sido escrito, en él se podía leer que seguiría sufriendo los maltratos de su padre hasta que la casará con un conde, el cual se había enamorado de la palidez y la inocencia que poseía Atha a simple vista. Sin embargo, Atha no hubiera tenido un final feliz, el conde no era más que un perverso entre las sombras, este la hubiera torturado en las madrugadas junto con otros miembros de una secta que buscaba el poder de una deida