Parte 1...

Bianca...

Creo que me congelé. No puedo entender lo que ha dicho. Mis oídos tienen un extraño zumbido, suena como esa música de una película de terror. Tal vez sólo era un poco lento como siempre me dijo.

Creo que abrí y cerré la boca varias veces sin hacer ruido porque me miraba con impaciencia.

— ¿Entiendes lo que digo? - arqueó una ceja.

— No"- negué con la cabeza. Me bajé de la silla y le miré fijamente.

— No, yo no soy este tipo de hombre, no estoy bromeando. No de este tipo.

— Entonces te has vuelto loco de remate - me di la vuelta para marcharme y saqué mi bolso, que había dejado en la silla de al lado — Es mezquino por tu parte hacerme venir a tu casa, de noche, para reírte de mí - lo sentí mucho — Vivo lejos, he tenido que venir aquí desde otra cita y ¿me haces esto?

— Bianca, no es eso - el se levantó.

— Sólo puede ser - me tragué las ganas de llorar. Ya me sentía deprimido por culpa de Emilia y él me hizo esto. — ¿Y desde cuando me llama de Bianca... ¿Y esa extra