Parte 1...

Adriano se estiró e intentó darse la vuelta, pero su brazo quedó atrapado bajo la cabeza de Bianca, su esposa durante más de tres años.

Ni siquiera lo creía. Pronto él, que estaba en contra del matrimonio, fue feliz con ella y se sintió felizmente casado.

De hecho, ese mes cumplirían cuatro años. Se volvió de lado y la agarró, oliendo su cuello.

Era difícil de creer que después de horas de intentar que ella creyera y aceptara su amor, lo había logrado. Y había sido allí mismo, en esa habitación del castillo, donde él le prometió que la haría feliz si le daba la oportunidad de seguir casada.

Tenía miedo de que ella lo dejara después de un tiempo si se enteraba que no lo amaba, pero eso no sucedió y la duda se había disipado y una noche lo sorprendió al regresar de la empresa.

_¿Bianca? – la llamó al entrar al apartamento. Todo estaba en silencio.

_ Buenas noches esposo.

Miró a un lado de la sala de estar y allí estaba ella. Sentada en una silla con las piernas elevadas sobre