Adara corría frenéticamente en su forma humana hacia ese aroma, intentaba controlar su lado lobuno, puesto que no quería destrozar su vestido. Si lo hacía; al regresar al castillo iba a estar completamente desnuda, y aunque eso fuese prácticamente normal entre los lobos, ella no deseaba quedar expuesta ante su lobo. Bajo ningún concepto haría lo mismo que su padre hizo con su madre.
Ni se quería imaginar el grado de bochorno que tuvo que haber sido para su madre siendo una humana.
Cuando se concentró nuevamente en ese aroma que la estaba enloqueciendo, confirmo sus sospechas, ese era su lobo, ¡al fin lo había encontrado! Y justamente tuvo que venir del castillo del rey, una relación más complicada y se moría.
Al caer al suelo, de inmediato, el aroma de su lobo comenzó a aproximarse a ella. Lo que indicaba que la atracción fue mutua. Cada vez estaban más cerca y su corazón palpitaba de la emoción.
En cuanto la joven llego a un claro en medio de la nada, se detiene, su pecho subía y bajaba con fuerza. Ella miraba en todos los ángulos posibles, el aroma de ese lobo estaba por todos lados. Se había vuelto sumamente penetrante; la estaba envolviendo, seduciendo, cautivando, enloqueciendo. Y conforme pasaban los minutos, ella se alteraba más.
Era un poco nueva en eso, así que no daba con la ubicación exacta de su lobo… hasta que lo detecto, estaba detrás de ella, escondido entre la maleza, observándola. Adara volteo de inmediato y miro aquellos enormes ojos escondidos entre los altos arbustos.
¡Por dios!
Era increíblemente hermosa en su forma humana, la mujer más bella que jamás hubiera podido ver. Su luna era perfecta, delicada, pero se le notaba que era resistente. Y aquellos ojos marrones brillaban con intensidad, Bardas quedo completamente cautivado con su luna.
Había sido bendecido con esa mujer, estando a punto de cruzar aquel claro, ella apareció de la nada en su forma humana y él no se atrevió a salir hasta mirarla con detenimiento. Estaba gozando de su increíble hermosura, hasta que ella lo pillo. Al principio parecía no dar con él, le costó un poco, pero lo logro.
Era bastante joven, mucho más joven que él…
—Sal de allí, por favor —Le pide con aquella voz tan dulce, que le eriza los pellos de la nuca.
Bardas obedeció a la castaña y salió de entre los arbustos, mostrando su poderío. Era como dos metros más alto que ella en su forma lobuna, tanto así, que la joven inclino la cabeza hacia arriba para poder verlo a los ojos.
—Pero si eres…
Adara se quedó sorprendida al ver aquel enorme lobo albino ante ella, era tan majestuoso, tan hermoso. Todo un espécimen, la joven pestañeo, y se atrevió a tocar el pelaje de su lobo. Quien le permitió el contacto.
El contacto la hizo sonreír, era tan suave, tan peludo…
—¡Eres tan esplendoroso! —Susurra.
A bardas le fascinaba la voz de su luna, era cálida, sutil e inocente. Toda ella era perfecta, su corazón estaba a punto de estallar. El lobo inclino un poco el morro hacia el rostro de la joven, y ella aprovecho para tocar sus orejas.
—¿De verdad tu eres mi lobo? —Pregunta con aquella inocencia que derretía el corazón del joven príncipe —. No puedo creer que un ser tan fascinante como tu sea mi lobo.
Bardas lame la mejilla de su luna y le gusta su sabor, su piel era dulce y adictiva. Él la ve sonreír por la caricia, y al lobo le provoca verla en su forma lobuna, y es cuando se pregunta.
—“¿Por qué no ha aparecido en su forma de lobo, Bardas?” —Su lobo interno se pregunta curioso.
—“Es extraño que estuviera corriendo por el bosque ella sola. Ya has visto las prendas que trae, ¡son tela fina!” —Le responde Bardas mirándola fijamente a los ojos.
—“Debe ser la hija de algún alfa, no existe otra explicación”
—“¿Será que aún no se ha transformado?”
En eso, el príncipe, observa como su luna se aleja un poco de él. Y lo mira fijamente, estado en ese estado, le era imposible hablar con ella, a menos que estuviera marcada. Pero ese no era el caso.
Si regresaba a la normalidad, estaría completamente desnudo ante ella. No era buena idea conocer a tu luna por primera vez en ese estado. Era un príncipe, debía mantener la postura. Sin embargo, necesitaba hablar con ella, saber quién era y de donde venía.
—Me llamo Adara —La castaña sonríe abiertamente, mientras que sus ojos brillaban más de la cuenta.
Tanto el príncipe como su lobo se quedan mudos de pensamientos, luego de unos segundos, se preguntan si fue casualidad o ella…
—Puedo oírte, príncipe Bardas —Contesta tan tranquila —. Puedo oír lo que hablas con tu lobo. Quiero que sepan, que ambos son increíblemente hermosos.
—“¿Cómo puedes oírnos? Estás en tu forma humana, es imposible”
—No lo sé, solo sé que puedo oírte en mi cabeza.
—“Yo no puedo oír tus pensamientos, Adara”
Ella guarda silencio un momento, muerde sus labios y observa sus pies…
—No entiendo porque soy diferente, pero me alegra mucho poder oírte en tu estado lobuno.
—“Quisiera regresar a mi estado humano, pero no creo que sea el mejor momento”
—Estoy de acuerdo —Ella sonríe con gracia.
—“¿De dónde has venido?”
—Soy Adara Dallas, hija del alfa de luna azul Ethan. Hemos venido a ver a tu padre, el rey.
Bardas queda sorprendió por lo mucho que ella sabía de él.
—No sabía quién eras hasta que comenzaste a conversar con tu lobo, al escuchar el nombre, supe que eras el príncipe.
—“Con que la hija de Ethan, ¿así que están de visita?”
—Mi padre tiene asuntos importantes que conversar con el rey.
Bardas se preguntó qué tipo de asuntos serian esos, por supuesto, tenía la habilidad de guardar sus pensamientos para él. De ese modo, nadie intentaría escucharlos.
—“Me parece que, debemos regresar al castillo. Tendré que hablar con tu padre”
La castaña palidece de inmediato, no estaba preparada para esa conversación. Sin embargo era necesaria, el príncipe era su lobo. Justamente tuvo que ser el príncipe.
—De acuerdo, regresemos.
—“¿Subes a mi espalda? Estamos algo retirados, llegaremos más rápido si yo te llevo”
Entusiasmada, la joven castaña sube a la espalda de su lobo. Se inclina hacia adelante y recuesta su cuerpo y reposa el rostro en la enorme cabeza de su príncipe.
—“Esto se siente muy bien, Bardas”
—“Concuerdo contigo”
Ambos hablaban protegiendo sus palabras, lo que menos deseaban era quedar en vergüenza delante de su luna.
[…]
—Estoy seguro de que tu hija estará bien, Ethan. No debes preocuparte, enviare a una cuadrilla a por ella.
—Le advertí que no saliera del castillo sin mi compañía, sabes los peligros que ronda el bosque, y más cuando se trata de una loba albina.
—Vamos, recuerda que Adara no es la única loba albina descendiente de un alfa.
—Deisy sabe cuidarse muy bien, Eren. Eso debes saberlo, además, sus dominios son una fortaleza. Lucían jamás se atrevería a atacarla. Pero a una loba indefensa como mi hija sí.
Los dos alfas caminaban por los corredores de los pasillos del castillo en busque de la joven loba albina. Pero no daban ni con el rastro de su olor, su padre comenzaba a preocuparte por ella.
—Salgamos del castillo, quizás fue a correr por los alrededores.
El rey y su amigo se apresuraron a salir al exterior del castillo, cuando a lo lejos, ambos alfas observan venir a un enorme lobo albino. En su lomo llevaba a cuestas a Adara, quien se encontraba recostada.
—Adara —Susurra el padre.
—Bardas —Musita el rey. A lo que Ethan lo ve.
—¿Tu hijo mayor?
—¡Así es!
Ambos padres se aproximan a la pareja que se acercaban pacíficamente a la entrada del castillo, siendo objeto de todas las miradas.
—Hijo, ¿Qué ha ocurrido?
—Adara.
—Padre —Contesta ella bajándose de su lobo y corre hacia su padre.
—¿Pero dónde te has metido, niña?
—Es que yo…—Baja la mirada, no sabía cómo decírselo a su padre.
En eso, Bardas gruñe, Eren levanta la vista y observa a su muchacho atónito.
—¿Qué has dicho, hijo? —El rey observa a Adara con admiración.
—¿Eren, qué es lo que ocurre?
Ethan no comprendía lo que decía el príncipe a su padre, pero si podía intuir lo que si estaba sucediendo. Su hija perdida, luego aparece sobre el lomo de un príncipe, no era de mucha lógica que digamos.
No obstante, no contaba con ese asunto en esos momentos, era algo con lo que realmente no disponía de tiempo para lidiar.
—Mi hijo Bardas me informa que tu hija es su luna, Ethan. Y él es el elegido para ser el lobo de Adara. Es lo que está pasando.
—¿Hija?
—Es cierto padre, he percibido su aroma. Por eso me adentre en el bosque, el príncipe Bardas me encontró y me ha traído de vuelta al castillo.
Su padre observa esos ojos marrones y le recuerda a su querida esposa Shery. Eran los mismos ojos de ella, tan cristalinos e inocentes de maldad. Pero ahora su niña ya no era una niña, puesto que ya había encontrado a su lobo.
—Me parece que hemos sido bendecidos mi viejo amigo —Le dice el rey palmeando su hombro.
—Padre, ¿Es muy necesario que tengamos que marcharnos?—Adara, entiendo el motivo por el cual quieres quedarte, pero comprende que debemos volver con tu madre. El viaje que debo hacer será muy peligroso, no me puedo ir sin despedirme de ella.—Pero estoy en el castillo del rey, ¿no podría quedarme? —Suplica la joven con aquellos ojos centellantes de angustia por alejarse de su lobo.—Eso no será posible, tu madre me mataría si sabe que te he dejado aquí sola. Regresemos a casa, Adara.La joven asiente, sintiendo que su corazón se parte en dos. No esperaba encontrar a su lobo, y tener que alejarse de él ese mismo día.Sin poder hacer otra cosa, la loba acato las ordenes de su padre. Guardando las esperanzas de poder encontrarse con Bardas cuando su madre mejorará, al parecer su relación no sería como las de cualquier otra pareja de lobos; la distancia que los separaba era una clara señal de que tendrían muchos problemas.[…]—Espero que tu viaje sea exitoso y logres encontrarla, Ethan.
—Te amo, Shery —Se arrodilla al lado de la cama —. Y prometo que te curaré, tenga lo que tenga que hacer, te juro que te salvaré —Añade, a lo que ella lo mira con dulzura.—¿No conseguiré que desistas verdad?—No.—Ethan, yo deseo que estés a mi lado estos días. Por favor, no me dejes sola.—Te doy mi palabra que no me demoraré casi nada, regresaré antes de que te des cuenta. Y lo mejor de todo, será con buenas noticias.—Ethan —A ella se le aguan más los ojos, hasta llorar le producía tanto dolor, la presión en su cabeza era insoportable, pero no tenía el valor de confesarle la verdad de su estado.—Shhh…Ethan besa sus pálidos y resecos labios con ternura, ambos cierran sus ojos y al acabar aquel beso juntan sus frentes.El lobo creía fielmente que no era una despedida, prometió que regresaría con la cura y lo haría…—Te amo, Ethan… siempre te amare, aun cuando ya no este físicamente en este mundo —Le dice entre sollozos.—No, no, no te despidas. Por favor, no lo hagas, amor mío.El
—“Debemos continuar” —Insiste el alfa a su lobo,Como pudo, logro ir introduciéndose en aquel túnel espinoso, los primero pasos que dio fueron fáciles; pero a medida que avanzaba sentía las espinas rozar su cuerpo. Hasta que…Las puyas comenzaron a atravesar su cuerpo sin piedad alguna, con mucho dolor el alfa aguantaba el martirio. En su mente estaba reflejado el rostro sonriente de su esposa y eso lo motivaba a continuar sin importar que.—“Ethan, estamos perdiendo mucha sangre. Nos costará sanar las heridas si continuamos avanzando”—“Seguiremos, ya vamos alcanzando el final”Pero con cada arrastre de su cuerpo, el lobo aullaba del dolor. Los gruesos aguijones no tenían piedad de él, eran implacables y cada vez aparecían muchos más.El alfa protegía su rostro y sus patas, era lo único que necesitaba para seguir adelante… cuando el túnel le pareció interminable, pensó en detenerse un momento para descansar, pero sabía que si lo hacía se desangraría.Así que continuo obligando a su c
Eren corría por el bosque haciendo su recorrido habitual en la búsqueda de Lucían, por lo general siempre estaba acompañado de su hijo; pero esa noche no era el caso. Los guardias y él tendrían que apañárselas en caso de que encontraran el escondite de ese bastardo.Pero esa noche parecía imposible de que eso sucediera, puesto que a Lucían parecía que se lo había tragado la tierra.Cuando de la nada, una brisa extraña envuelve el cuerpo peludo del rey. Eren se detiene en seguida y comienza a olfatear. No le agradaba para nada lo que le estaba ocurriendo a Ethan, algo no estaba bien con ese lobo.El lobo alfa se posiciona en dirección a la montaña en la que ese lobo tenía que estar, fija la vista en la cima y se da cuenta de que un acontecimiento nuevo ocurría allí. Hacía muchas lunas que nada sucedía en ese lugar.El lobo gruñe…Ethan no estaba bien, le preocupaba la vida de su amigo. Si no sabía nada de él en tres días, tendría que ir a por él.El rey sigue mirando ese lugar, luces v
Ethan mira un punto fijo, lo que esa bruja le estaba pidiendo no era un trato justo. Por supuesto que no era imposible, pero…—¿Por qué piensas tanto en responder, lobo? —Ella se aleja de él y vuelve a reposar su cuerpo de aquel estante de pociones —. ¿No quieres salvar la vida de tu amada humana?—Lo que me pides no es justo, y lo sabes.—Es un trato bastante justo, ni te imaginas lo que tendré que hacer para darle el don a tu mujer de convertirse en una loba —Acaricia su largo cabello negro —. Tendré que dedicar mucho poder en ello, me parece que la cabeza de ese lobo es más que justa por mi trabajo.—Con todos los poderes que tienes, tu misma puedes encargarte de eso, bruja. Debe existir otra cosa que desees.Ella lo mira fijamente, sin sonreír, sin pestañear, con esa expresión sombría que la caracterizaba como la perfecta bruja de la montaña.—Tengo mis propias razones para no hacerlo yo misma, ahora no me hagas perder el tiempo, lobo. ¿Lo harás o no lo harás?El alfa le mantiene
—Ethan, si no tiene problema alguno me quedare en la manada para ayudar con cualquier cosa que se presente —El príncipe añade, a lo que Ethan levanta la mirada.—Por supuesto, será de gran ayuda para mi gente, príncipe Bardas.Los hombres asienten, Ethan sabía que su pueblo estaría a salvo si el hijo de Eren estaba para protegerlos. Sobre todo a su hija Adara, era a quien más le preocupaba dejar sin protección. Era una loba albina, y ya se había escuchado muchos rumores acerca de las lobas albinas.Por esa razón Deisy fue a por ella, creía que estando en su manada de lobos blancos iba a estar mejor protegida, pero el alfa pensaba lo contrario.—Quiero que cuides mucho a mi hija durante mi ausencia, Bardas. Estará bajo tu cuidado.—¡La cuidaré! Se lo prometo.—Padre —Adara salió de la casa —. Mi madre ya está lista, debes comer algo y cambiarte de ropa —Añade.—No necesito ropa, solo comer y beber algo. Me iré cuando haya terminado.Más tarde…Ethan se encontraba repuesto de sus herida
Aquellos relámpagos brillantes en el pico de la montaña le resultaban interesantes. Hacia tantas lunas que no observa ese tipo de movimiento en ella que ese día especialmente llamo su entera curiosidad.Nunca le había dado importancia mirar hacia esos lados, puesto que no le importaba en lo más mínimo. Pero ese evento que sucedía no podía dejarlo pasar por alto.Lucían sonríe abiertamente, mientras observa los acontecimientos de lo más alto de la cima.—Me pregunto, ¿Qué es lo que estará haciendo? ¿Por qué esta tan inquieta? —Sonríe aún más, al mismo tiempo que introduce las manos en sus bolsillos.En vista de que los avistamientos de luces continuaban, Lucían se dio la vuelta y regreso sobre sus pasos.La profundidad de la nieve cada día se hacía más honda, sus pies se hundían hasta casi a la altura de sus rodillas. Eso significaba que estaba atravesando la estación más fría del año, lo que conllevaba a que sus planes estaban a poco tiempo de cumplirse.Lucían comenzó a correr por la
Ethan llego al castillo de Eren mucho más rápido de lo que pensó, anunció su llegada para que se lo hicieran saber a su rey.Mientras que Ethan hacia acto de presencia, Eren conversaba con su esposa Valentina en la sala de juntas. Ambos discutían por el poder de su pequeña hija, cuando son interrumpidos por el beta de Eren.—Mi señor, mi señora —Saluda —. El alfa Ethan de luna azul se encuentra afuera, solicita su presencia mi rey.Eren se pone en pie, su regreso había sido muy rápido. ¿Shery estaba curada?—Ese viaje fue rápido, querido, ¿Qué habrá pasado?—Iré a averiguarlo —Planta un beso en la frente de su esposa y se aleja.Un poco nervioso, Eren apresura el paso hasta el exterior… no más al llegar afuera, se fija en el enorme lobo negro que se encontraba dando vueltas de un lado al otro.—“Ethan, ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué has bajado tan rápido?”—“Ven conmigo, Eren”El rey no se lo piensa dos veces, y corre hacia su amigo para transformarse en un enorme lobo blanco. De la mi