El ambiente estaba cargado de tensión. Las cazadoras se habían dividido en tres frentes, cada una enfrentándose a una de las brujas en distintos puntos de la ciudad.

Emma y Nathan, junto con un grupo de cien cazadoras, se encontraban en el punto en dónde estaba la bruja líder, algo que no todos sabían era que las brujas podían controlar todos los elementos de la naturaleza.

Las brujas comenzaron a lanzar hechizos poderosos, creando tormentas de fuego y viento que amenazaban con devorar a las cazadoras. Las cazadoras se agruparon y lucharon con todas sus fuerzas, desplegando sus habilidades mágicas para contrarrestar los hechizos de las brujas. Emma y Nathan trabajaron juntos, luchando codo a codo en el campo de batalla.

Las brujas se movían con una elegancia poco natural, como si estuvieran en comunión con la naturaleza misma. Controlaban el fuego y lo usaban como arma, creando muros de llamas que impedían el paso de las cazadoras. La bruja líder, en particular, controlaba el clima, h