Me parecia conocerla.🤔Xavier.Quedé atrapado en el maldito elevador de mi propia empresa. ¿Cómo era posible que nadie le diera mantenimiento a algo tan esencial? Miré a la chica que estaba allí conmigo. Nerviosa, casi temblando, parecía a punto de entrar en pánico. Me acerqué con cuidado, intentando calmarla. —No te preocupes, saldremos de esta —le dije con un tono firme pero tranquilo, aunque parecía que mi presencia la ponía aún más nerviosa. No pude evitar una sonrisa irónica ante su reacción. Sé que tengo un porte que llama la atención, pero en este caso, ella actuaba como si temiera que fuera a hacerle daño. Por supuesto que no soy capaz de algo así. —Mire, señorita, tranquilícese. Inhale, exhale. Intente olvidarse de este espacio pequeño, cierre los ojos y piense en algo que le guste —le sugerí. Ella asintió con la cabeza y se ubicó en una esquina, obediente pero aún nerviosa. Mientras tanto, revisé mi móvil buscando señales de respuesta de mantenimiento. Nada. Solté un g
Perdidas de medicamentos 😵AitianaLos nervios se apoderaron de mí en el instante en que vi al señor Xavier de pie en la bodega. Su mirada iba y venía entre las cajas y yo, como si buscara algo que no podía encontrar. Tragué saliva, intentando calmarme, y saqué la tableta donde tenía todo el registro. Caminé hacia él con la firmeza que mi temblorosa confianza me permitía.—Buenas tardes, señor —dije, extendiéndole el dispositivo.Él me observó en silencio antes de preguntar:—¿Es usted la encargada de este lugar?—Sí, señor. Aquí tengo todos los informes de entrega, de ventas, de lo que ha salido y lo que ha entrado.Xavier tomó la tableta, pero no miró los datos. En cambio, se la pasó al hombre que lo acompañaba.—Verifica que todo esté en orden —ordenó—. Y que sea ahora mismo, mientras yo estoy aquí con la señorita.—Claro que sí, señor —respondió el otro, desapareciendo rápidamente de la bodega.Entonces, quedamos solos. El aire se tornó pesado y mi mente me gritaba que corriera,
Injusticia 😔Aitiana.Mi corazón empezó a latir como una m*****a locomotora en mal estado. ¡Como era esto posible!—Déjeme ver —respondió El señor Xavier, tomando los documentos.Yo observaba en silencio, sintiendo cómo el aire en el almacén de medicamentos, se volvía más pesado con cada segundo. "¿Desaparecieron cajas?" Mi mente trataba de procesarlo, pero las palabras de Javier me sacaron del trance.—¿Qué me puedes decir sobre esto?—Se lo juro, señor, no sé nada de eso.—¿Con quién estás trabajando? —preguntó, su mirada clavada en mí como una daga.—No estoy trabajando con nadie. ¿Con quién voy a hacer esto? ¡No tengo tiempo para tocar lo ajeno!—¿Estás segura?—Estoy segura, señor.—Entonces, ¿cómo es posible que las cajas desaparecieran solas? No tienen pies ni alas. Esto no tiene sentido.Sus palabras eran como un martillo golpeando mi cabeza. ¿Cómo explicar algo que no entendía? Me quedé en silencio por un momento, antes de que él saliera de la oficina acompañado de su hombre
Dudas 🤔XavierLa ira me consumía mientras observaba la falta de honestidad y la hipocresía que parecían haberse arraigado en esta empresa. No entendía cómo aquella joven pudo haber sacado esas cajas sin ser descubierta. Algo no cuadraba, pero, a pesar de todo, había algo en su mirada que me decía que no era culpable. Sin embargo, no podía ignorar la posibilidad de que estuviera encubriendo a alguien más. Había miedo en sus ojos, un temor que parecía devorarla por dentro. Decidí no precipitarme. No la echaría ni la acusaría sin pruebas, pero algo estaba claro: ella sabía más de lo que decía. Fingiría que confiaba en su inocencia mientras mantenía mis ojos bien abiertos. Dejé que su cuerpo tembloroso se relajara cuando finalmente aparté mi mirada. Sus ojos, aunque devastados, tenían una belleza indescriptible. Me aparté con un gesto firme y llamé a Eros. —Tenla vigilada. Ni un error más, ¿entendido? —le ordené con tono severo.Él asintió con una sonrisa leve, como si entendiera alg
Una noticia inesperado 🫨AitianaLlegué a casa y dejé caer las bolsas de la compra al suelo sin siquiera mirar dónde caían. Mi cuerpo temblaba de agotamiento y frustración, pero no había tiempo para detenerme a pensar. Caminé directamente al baño, cerré la puerta y me metí bajo la ducha. El agua caliente comenzó a correr por mi piel, pero no aliviaba la presión que sentía en el pecho. Las lágrimas se mezclaron con el agua, y me aferré a la pared de la regadera, intentando no gritar. ¿Cómo había llegado a este punto? Todo estaba cayendo sobre mí, como si el universo hubiera decidido que era el momento de castigarme por errores que ni siquiera había cometido. Me enfrentaba a acusaciones de fraude en el trabajo, humillaciones que prefería olvidar, y un jefe que manipaludor ¿Por qué no renuncié aquella vez? No, tenía que insistir, tenía que rogarle que me dejara quedarme por la situación de mi hermana, no obstante detrás de eso firmé sin leer los documentos que me pusieron frente a los
Deseos de estar con él. 😋Josean Estaba feliz. Mi futuro esposo, Xavier, me daba todo lo que siempre soñé. Era hora de que mi vida cambiara, de que yo viviera como merecía. Aunque en el pasado mi corazón perteneció a Eros, ahora quería estar con Xavier. Quizá suene cruel o egoísta, pero deseaba explorar todo de él, incluso en la intimidad. Por eso le mentí, asegurándole que era virgen. No pensé en las consecuencias de esa mentira, pero su deseo de casarse conmigo se intensificó. A pesar de que no sentía un amor profundo por él, sabía que era lo mejor para mí. Tuve que meterle a otra mujer para no defraudarlo, pero desde que paso aquello aún yo no había estado con el íntimamente.Mi corazón había pertenecido a Eros, sí, pero ahora todo lo que deseaba estaba en Xavier: su amor, su dinero, su farmacéutica, su vida entera. Quería vivir como una reina porque, después de todo, me lo merecía. Mi infancia había sido un desastre. Mis padres murieron cuando yo era solo una niña, dejándome al
Xavier.Me encontraba ya más de dos meses en Rusia, inmerso en un curso intensivo de capacitación farmacéutica. Este tiempo no solo fue una oportunidad para expandir mis conocimientos sobre medicamentos, sino también una excusa perfecta para mantenerme lejos de la farsa de mi "prometida". Necesitaba distancia, claridad y algo de paz, y este viaje cumplió con todos esos objetivos. La capacitación incluía todo lo relacionado con la creación de medicamentos: pastillas, jarabes, pomadas y tratamientos para enfermedades terminales, pediátricas y crónicas. Entre los participantes se encontraban propietarios de pequeñas y grandes empresas farmacéuticas, cada uno aportando perspectivas únicas. Este intercambio de ideas era enriquecedor, pero también un recordatorio de mi responsabilidad hacia mi propia empresa. El curso me había enseñado desde el desarrollo de fórmulas para combatir infecciones hasta los tratamientos más innovadores para el cáncer y enfermedades cardiovasculares. Me sentí en
Planes 🥸Narrado por ErosMaldita sea. ¿Cómo iba a hundir a los socios confidenciales de mi hermano sin que esto me explotara en la cara? Las cosas se estaban complicando más de lo que había anticipado. Mandar a sacar esas cajas de pastillas fue un riesgo calculado, pero si Xavier llega a descubrirlo, estoy acabado. Perdería todo lo que he logrado hasta ahora, incluso mi ascenso en la empresa farmacéutica. Aitiana, esa pobretona sin gracia, es la única que podría delatarme, pero ya le dejé claro que no abra la boca. Si lo hace, le irá muy mal.Cometí demasiados errores en el pasado y esta vez no puedo permitirme otro. Todo salió de control. Xavier, con su astucia y esa impertinente rectitud, se ha vuelto un obstáculo. Ahora, tener al maldito de Damián investigando cada movimiento en la empresa es un verdadero dolor de cabeza. Con él vigilando, será imposible sacar las cajas y venderlas.Resoplé con frustración. Necesitaba recuperar el control antes de que todo se desmoronara. Sabía q