~Nikolay~Flashes se reproducían en mi mente de lo último acontecido. Mis alarmas se disparan al recordar que aquella joven es mi mate; pero lo peor es que Mireya había conseguido llegar hasta ella, algo que mantiene mi confusión todavía, ya que ni siquiera yo había podido encontrarla todos estos años.Me zumban los tímpanos; una sequedad en la garganta me impide incluso hablar. Mi corazón palpita con premura contra mi pecho. Me siento adolorido y muy agotado, pero debo despertar; no puedo quedarme aquí eternamente, ¿no?–Eso que estás sintiendo es sed –dijo una voz a mi derecha. Haciendo acopio de todas mis fuerzas, por fin pude abrir los ojos.–¿Boris? –pregunté confuso, pues en mis 38 años jamás he visto a mi lobo de frente; desde que cumplí los 18, siempre nos hemos comunicado a través del link.–¿Quién más iba a ser? ¿Acaso no me reconoces? –preguntó con burla ante mi desconcierto.–¿Qué hago aquí? ¿Dónde estamos? –pregunté observando el bosque sombrío en el que nos encontrábamos
Nací en la manada Luna Oscura, originaria de Italia. Mi padre, Adriano Alessandro Bianchi, era el beta de la misma. Nuestro alfa Ángelo Santoro, era un hombre afable, honrado y se preocupaba más por su gente que por él mismo. Ambos entraron en una batalla que creían tener ganada contra una manada rival y juntos perecieron en la misma. Mi madre, Bianca, no soportó la pérdida de mi padre y, meses después, se quitó la vida. Yo quedé huérfano a los 14 años y reemplacé a mi padre como beta del alfa Ernesto Santoro.Con el tiempo, fui viendo qué tipo de alfa sería Ernesto: toda una vergüenza para el legado que Ángelo había dejado. Comenzó haciendo alianzas con manadas rivales. Como su beta, presencié todo, pero mis principios y lealtad se vieron comprometidos cuando Ernesto decidió dar asilo a vampiros y lobos que para nada cumplían reglas. A estos los obsequiaba con las mujeres de nuestros hombres, lo cual provocó una revuelta clara y muchos murieron. Poco tiempo después, obligaba a nuestr
~Matías~ Al rayar el alba, los primeros rayos de sol entraban por la ventana de nuestro dormitorio, dándole un brillo especial a su sedosa piel. Cautivado por su belleza, observé por un momento su sensual figura. Con suaves caricias deleitándome por sus curvas, ella se fue despertando. –Buenos días, cariño –dijo tallándose los ojos. –Buenos días, lobita, ¿cómo has dormido? –pregunté, colocando un mechón de cabello rebelde tras su oreja. –Muy bien, ya que estás aquí conmigo. –¿Ah sí? –Sí –contestó, con un ligero rubor cubriendo sus mejillas. –¿Significa que me echabas de menos? –Eres buena compañía, pero que no se te suba a la cabeza –añadió con una sonrisa burlona. –Ja, ja, está bien. Iba a decirte que hoy no iremos a clase –dije. –¿Ha pasado algo? –preguntó con el ceño fruncido. –No, nada preocupante. Será la reunión entre alfas para que me reconozcan como el nuevo alfa de Luz de luna; simple diplomacia que solemos hacer cuando hay un cambio de liderazgo –respondí
~Matías~ Me encuentro en mi despacho con un vaso de whisky en la mano a primera hora de la mañana. No pude conciliar el sueño anoche, hastiado por el altercado durante la cena; pensando en cómo hubiera terminado todo si no llego a aparecer justo a tiempo. Sabía que Adriano provenía de una manada complicada, lo que no tenía idea era que su antiguo alfa se encontraba entre mis invitados, porque si lo llego a saber, a dicho sujeto no se le hubiera permitido entrar en mi territorio. La reunión finalizó y a cada uno de ellos les di mi confianza y palabra de una firme alianza futura por el bien de las manadas; para luego encontrarme con este tipo de situación, incitada por el alfa invitado, que claramente tenía pensamientos obscenos con mi luna. Adriano, por otro lado, se pasó la noche entera disculpándose cada vez que nos cruzábamos en algún punto de la misma. Sé que no es su culpa y así se lo hice saber; pero me es inevitable sentirme molesto, y por supuesto tomaré cartas en el asunto.
~Ethan~Scott Weston sin duda cometió un error al dictaminar mi muerte sin antes comprobarlo. Para mi suerte, la bruja que servía al alfa Oliver Miller me salvó la vida, con una pequeña aportación de Mireya, la vampira de la que tanto se habla. Personalmente, no es que me gusten los vampiros, pero esta mujer me ha dado a tomar de su sangre y ha sido más que clara en el cambio que experimentaría, justo antes de partirme el cuello sin aviso. Cuando desperté con un inmenso dolor de cabeza, al instante me di cuenta de las mejoras de mis capacidades; ya que alcanzaba a escuchar claramente la conversación de ellas en el segundo piso de la vivienda en la que nos encontrábamos. Subí a encontrarme con ambas, y estas me ofrecieron una alianza que no podía rechazar; acordaron despejarme el camino para convertirme en el único alfa de Camden. Por supuesto, con una condición: Matías Weston era mío. En este tiempo oculto, he pensado mil y una maneras de vengarme de ellos. ¿Y cómo lastimas a un a
Me llamo Matías Weston Ivanov y voy a cumplir 18 años. Resido en Camden, Maine, donde vivo con mi padre y mi hermano pequeño de 8 años. Perdimos a mi madre, Alisa, cuando nació Eloy; él sobrevivió, pero a ella no pudieron salvarla a tiempo.Papá no logró adaptarse a su ausencia; todo le recordaba a ella. Ocho años después, mi hermano pequeño, la manada, papá y yo nos mudamos para buscar un nuevo comienzo.Soy un hombre lobo, un alfa, y mi manada se llama Luz de Luna. La familia Weston ha liderado la manada por generaciones. Mi padre, Scott Weston, sigue siendo el alfa porque todavía me falta un mes para cumplir la mayoría de edad y relevarlo.Me siento ansioso porque llegue ese día; siempre quise ser como él y será todo un honor ocupar su lugar.Nos gusta disfrutar de la naturaleza y, en caso de perder el control, el bosque nos ayuda a no exponernos ante los humanos. Por eso hemos construido una aldea en la zona norte del bosque de Camden.Hoy ha comenzado el nuevo año escolar, algo q
~Matías~ Llegamos a la primera clase justo a tiempo. Look empezó a sentirse ansioso y la vi con otras tres chicas que entraban en el aula, abrazadas a sus libros y conversando animadamente. Pensando en sentarme al lado de Connor, me di cuenta de que los chicos ya se habían ubicado cada uno en un lugar, y no había espacio para mí.–Adelante, alfa. Da el siguiente paso –dijo Connor por link.De alguna manera tenía que ser, ¿no? Me puse de pie a su derecha y, cuando me decidí a hablarle por primera vez, comencé a tartamudear nervioso.Iba a volver a hablar, esta vez con más claridad, cuando justamente entró el profesor al aula, con Ethan detrás de él. Al cruzar nuestras miradas de soslayo, Ethan se dio cuenta de que ella estaba sentada a mi izquierda. Una sonrisa malévola iluminó su semblante, reconociendo lo que sería, de ahora en adelante, mi debilidad. Tras una larga bocanada de aire para calmar mi nerviosismo, me giré de nuevo hacia ella y le pregunté:–Hola, ¿puedo sentarme aquí?–
~Matías~Esa noche, Alessandra me contó más sobre ella y su niñez. Ahora sé que su madre es enfermera y que contrajo matrimonio muy joven con su padre, Henry. Cuando Alessandra tenía seis años, él comenzó a ausentarse, llegando a casa borracho a altas horas de la madrugada. Un día, simplemente no regresó más, hasta once años después, que fue el motivo por el que salieron huyendo.Cuando su mamá, Anna, se negó a que él se metiera en sus vidas, Henry intentó convencerla de que había cambiado. Se atrevió a ir a ver a Alessandra a su anterior instituto, pero los profesores, a petición de Anna, no lo dejaron llevarse a su hija, obligándolos a llamar incluso a la policía. Eso fue la gota que colmó el vaso para Henry. Días más tarde, Anna no regresó a casa al salir del trabajo; fue encontrada inconsciente por uno de los guardias de vigilancia del hospital donde trabajaba.Tras ese escándalo público y el acoso de Henry, pasando noches en la puerta de la casa, las chicas se mudaron desde Roma