Pandora– recuerdo:
Ya habían pasado varios días desde lo del lago y mi madre no daba señales de levantarme el castigo. Solo podía salir de mi dormitorio para comer. Creí que iba a ser el peor verano de mi vida, pero algo lo cambió.− Pandora – dijo mi hermano abriendo la puerta – ven, baja a merendar, aprovecha que ni papá ni mamá están en casa, te tengo una sorpresa –− Voy –Respondí con algo de temor, pues las sorpresas de Apolo, eran justamente eso; sorpresas, así que no se sabía que esperar. Bajé las escaleras con precaución, escuché voces y risas que venían de la cocina. Con mucho sigilo me asomé tratando de que no me vieran. Mi corazón se paralizó, pues una sonrisa me deslumbró y unos ojos caramelos se clavaron en los míos. En la mism&iaRamiro – recuerdos:No tengo idea de él porque sus padres me habían cogido cariño. Tal vez vieron que su tímida hija se soltaba un poco cuando estaba conmigo, pero eso le molestaría a la mayoría de los padres, aunque si les pusieron Pandora y Apolo a sus hijos, no deben de ser unos padres muy tradicionales. Me encantó poder quedar con Pandora para pasarla a buscar e ir al centro por un helado. En mi casa me fastidiaron bastante porque hasta me bañe para la cita.− Pero mírate, bañado y perfumado, ¿quién es la afortunada? –− Anda papá, ya deja de molestarme – le respondí molesto− Ramiro, vas muy lindo hijo, la chica debe ser especial y muy afortunada para que te arregles tanto –− ¿Tú también, mamá? –Y salí dando un fuerte portazo. Es
Pandora - recuerdos:Siempre me había gustado que el sol entrara por mi ventana y me despertara en las mañana, pero ese día lo odié. Sabía que tenía que levantarme y afrontar la nueva realidad. Valeria era la novia de Ramiro, ese pensamiento torturó mi cerebro. Me desperecé y fui a darme un baño, fue caliente y largo. Dejé que el agua golpeara sin piedad mi cabeza como para matar mis pensamientos. Pero fue inútil, la imagen de Valeria besando el cuello de Ramiro me perseguiría por el resto de mi vida.Hoy lo veo con perspectiva y creo que fue ese exacto momento donde comencé a madurar y empecé a hacerme dura.Salí del baño ya dispuesta a encarar la vida y seguir adelante. Bajé a desayunar y allí estaba mi hermano con su cara de pena mirándome, le saqué la lengua.− Hola, hija, buenos d&
Ramiro – recuerdos: Cuando la vi bajar por la escalera con ese vestido negro, que la hacía tan femeninamente hermosa, creí enloquecer. Le tomé la mano y le besé el dorso de su muñeca, adoraba sentir latir su corazón a través de su pulso e imaginar que besaba su pecho en lugar de su mano. Nos fuimos rumbo a lo de Florencia, en el viaje pude notar su frialdad, o por lo menos eso quería que creyera. Cuando al fin estuvimos solos le dije que teníamos que hablar, pero prefirió que fuera luego. Yo estaba por demás deseoso de explicarle que lo de Valeria había sido una confusión total de la cual no pude escapar. Al llegar al Festival, simplemente me soltó la mano y corrió al encuentro de una chica que estaba al costado de la pista. Hablaban afablemente. De pronto me miraron las dos, Pandora cree que no me di cuenta, pero seguro hablaban de mí. Así que me acerqué y al ver su espalda perfecta no pude evitar deslizar mi dedo desde su cadera hasta su n
Narrador – recuerdos:Era la tarde del día siguiente, Ramiro y Pandora no podían dejar de pensar en el baile del Festival y en el beso en el muelle viejo. Pero estaba Valeria en el medio y Pandora no accedería a nada con él hasta que terminara su situación.Llovía torrencialmente y se venía una gran tormenta.− ¿Estás segura que estarás bien sola en casa?− Sí Apolo, estaré genial, tu ve con Florencia, aprovecha que sus padres tampoco están, si llama mamá te cubro. –− Te amo hermanita – besó a Pandora en la frente y salió corriendoLa tormenta se intensificaba y el cielo empezaba a tronar. Ella estaba un poco asustada de quedarse sola en su casa, pero su hermano se merecía estar con su novia a solas, y para allí no podían venir, pues si lo
Ramiro – recuerdos:− ¡Por fin apareces!, me tenías preocupado –− Descuida papá –− A ver si llegamos tarde y te echan antes de comenzar, a la mierda tus sueños− Eso no iba a pasar, aunque me doliera irme de lo de Pandora, no dejaría de venir por nada del mundo –− ¡Así me gusta!, ahora ve y despídete de tu madre que está hecha polvo, parece que en lugar de ir a jugar futbol vas a la guerra –Tiré mi campera y la mochila en el asiento de atrás del coche y subí las escaleras del jardín corriendo para ir a despedirme de mi madre. La pobre estaba sentada en una silla del comedor llorando desconsoladamente.− Ma, ¡qué voy a jugar al futbol a la capital!, no me voy a otro planeta – obviamente se paró y me abrazó&m
Narrador – recuerdos:Desde aquella conversación entre Ramiro y Pandora habían pasado ya 3 semanas. Él la llamó varias veces pero coincidió con que no se encontraba en su casa. Y ella no podía llamarlo al club. Así que la incomunicación era grande. Había firmado contrato con el equipo de futbol y ya era su número 9. Era un joven muy aplicado, responsable y profesional, así que no tardó en ser titular absoluto de su club.Pandora se encontraba preparando las cosas para comenzar su último año de preparatoria. Solo faltaban 2 días para que el verano tan diferente quedara atrás. De pronto Apolo interrumpe su ritual.− Pandora, a que no sabes la noticia que te traigo… - lo miró sorprendida− ¿Cómo voy a saberlo, Apolo? – éste se sentó en la cama
Pandora – recuerdos:El tan esperado domingo había llegado. El partido empezaba a las 16 horas, pero los Gancia, eran muy previsores, por ende pasaron por nosotros a las 10 horas. De esta forma iríamos de paseo y almorzaríamos en el camino.No pegue un ojo en toda la noche, seguramente sería la única con ese ataque de ansiedad, pensé un par de veces en pedirle alguna pastilla a mi mamá, pero no lo hice por dos motivos; no quería que mi madre me suspendiera el permiso para ir y no quería quedar tonta todo el día. Así que temprano me tiré de la cama y corrí al baño a darme una ducha, pues si bien el viaje era largo, quería estar bien perfumada para encontrarme con él, es que es su última llamada me había dicho que todavía olía mi perfume, era hora de reforzarlo. Me puse unas jeans aju
Pandora – recuerdos:¡Uff!, que intenso había sido el viaje, nunca me sentí tan avergonzada en mi vida. A pesar de ser personas muy dulces y amables, eran muy intensos, y Apolo aprovechaba la ocasión para divertirse conmigo. De todas formas nada logró empañar la alegría que sentía con el hecho de poder ver a Ramiro una vez más. Iba absorta en mis pensamientos cuando Apolo me interrumpió.− Mira, Pan, ya llegamos ese es el estadio – dijo pasando sobre mí y señalándolo con el dedoSimplemente mi corazón brincó, casi sale de mi pecho para ir corriendo a su encuentro.v Es bien bello – suspiré, pero en realidad me refería a RamiroJoaquín rodeó el estadio y se dirigió al estacionamiento, allí un hombre de lo más amable le preguntó su