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1 •Eros García•

Alana:

Mantenía apoyado mis codos sobre mis piernas, teniendo fijamente la vista en la pared de color crema que estaba frente a mí. De pronto un estruendoso ruido me hace sobresaltar sacándome de mis pensamientos. Las chicas comienzan a reírse a carcajadas. Carola y Sophia me miraron burlonas. Habían reventado un globo por detrás.

Moví mi cabeza en forma de negación y sonreí de medio lado. Estaba algo intranquila ya que sabía que en cualquier momento llegaría él...Eros García.

Claudio, el tío de las chicas le había invitado a casa, organizarían una pequeña junta junto a Spencer, Joshua y Eros. Y bueno, las chicas me habían invitado a mí también para una noche de chicas, pero le llamaremos "espiando a los chicos", le digo así ya que tanto Carola como Sophia se las traen. Y no pude rechazar la invitación ya que terminaron insistiendo, en especial su abuela Tití.

A las hermanas Rivera las conocí en la universidad, desde un principio nos llevamos muy bien y ahora nos volvimos inseparables.

Después conocí a su madre René Hidalgo, a Joy la segunda de los Hidalgo, a Jennifer, y a Claudio, el último de los Hidalgo quien es cinco años mayor que yo. Y sin olvidar mencionar a Camila Rivera, la hermana mayor de las chicas.

La castaña me mira con emoción y yo...le brindo una risa. Pasar el rato con las chicas me gustaba. No me aburría, adoraba gastar mi tiempo en este tipo de cosas.

—Lo siento .—Me disculpo—. No sé en donde tengo la cabeza .—Menciono riendo.

—Tu cabeza está en el mundo de García .—Se cruzan de brazos—. Y tú mi querida Alana, estás muy enamorada.

—¡¿Qué?! .—Exclamo—. ¡Estás loca! .—Reí—. ¿Enamorada de Eros?, ni pensarlo.

—Si claro, mencionan su nombre y ya te encuentras en el delirio .—Ambas ríen.

—Es enserio chicas .—Me uno a su risa.

—Bien, por esta vez, te vamos a creer .—Anuncia Carola haciendo comillas con sus dedos.

—Y ya se los he dicho .—Me encogí de hombros—. Eros no está a mi alcance .—Hago un pequeño puchero—. Está enamorado de Paula.

—Pero si tú realmente te la jugaras por él...las cosas serían bastante distintas .—Me reprocha Carola apuntándome.

—Además nunca te acercas para hablarle, no haces nada cuando tienes las oportunidades perfectas .—Agrega Sophia—. Si crees que mirarlo desde la distancia, llamará su atención, estás muy equivocada.

—Losé... .—Reí—. Aunque ese chico es mi príncipe gris.

—¿Príncipe gris? .—Preguntan ambas al unísono.

—Sí .—Digo canturreando.

—Aún así eres tonta .—Dicen—. Háblale .—Las miro.

—Me da mucha vergüenza .—Me rasco la punta de mi nariz.

—Y hablando del rey de Roma .—Dice Carola mirándome con una sonrisa de lado.

—¡Qué! .—Me exalto levantándome del sillón.

—¡No, tú te nos quedas aquí! .—Las dos me agarran de ambos brazos sentándome con ellas nuevamente.

—¡Chicas por favor! .—Pido a súplicas.

—No señorita Alana Garcés .—Ríe Claudio llegando con nosotras—. No es hora de que aún te vayas .—Me sonríen todos.

—¿Por qué?, ya es tarde .—Digo mirando la hora en mi móvil. Eran apenas las siete de la tarde, no hace más de una hora que había llegado.

—¿Acaso olvidas que hoy te viniste a quedar a mi casa? .—Pregunta Claudio.

—Ahora me retracto .—Bromeo.

—Si claro, con las ganas inmensas de ver a Eros, lo veo difícil... .—Comenta Sophia mirándose las uñas de sus manos.

—Jaque mate .—Digo.

—Hola hola gente .—Saluda la voz de Spencer por detrás de nosotros. Me giro lentamente y a su lado estaba Eros.

—Mierda .—Murmuro para mí.

—Hola .—Responden los demás a excepción mía.

—Alana .—Me mira Carola dándome señales de que emita alguna palabra.

—Hola .—Digo apenas.

—Bueno...creo que es hora de que nosotras subamos a la habitación .—Dice Sophia y Carola me agarra del brazo llevándome en dirección al dormitorio.

Sophia se va al dormitorio dejándome a solas con Carola. Lo que más me gustaba de Sophia es que solía ser la chica más callada y antisocial, pero cuando ocurría un problema era la primera en dejar a todos callados, observaba a cada persona sin juzgarla pero luego arrojaba la bomba sin importarle si provocaba algún daño o no.

—¿No crees que sería bueno espiar? .—Pregunto con curiosidad. Primero quería huir y ahora quiero espiar, ¿quién me entiende?.

—¿Quieres hacerlo? .—Eleva una ceja mirándome con una sonrisa de lado.

—Claro, ¿por qué no? .—Hago una pequeña pausa—. Además, tú quieres ver a Spencer ¿no?.

—Sí, pero sabes que hace poco he terminado con Lukas y no quiero hacerme ilusiones Alana .—Dice cabizbaja. Lo había olvidado, Lukas y ella habían terminado su pequeña relación de meses hace unas tres semanas atrás. La verdad es que no me gustaba verla desanimada pero no podía permitir tampoco que se quedara estancada en el pasado.

—Ven aquí .—Le otorgo un abrazo—. No estés triste, luego se dará cuenta que estuvo equivocado .—Murmuro con intentos de animarla.

—Tienes razón, inclusive no pienso quedarme en el pasado como una tonta .—Sonreí.

—Esa es la actitud .—Mencioné—. Vamos a espiar al gnomo y a la jirafa.

—Spencer es más alto que yo .—Carcajea Carola—. Y Eros es gigante. Pareces un bastón a su lado.

—Sí .—Soltamos una carcajada.

—Vamos antes de que estés danzando en las nubes respirando aire de unicornios .—Ríe.

—¿Qué tiene de malo respirar ese aire? .—Pregunto caminando con ella hasta las escaleras que daban al primer pavimento.

—Shhh...escuchemos .—Ríe y prestamos oídos a la plática de los chicos.

—No entiendo...¿cómo fue que mi sobrina comenzó a gustarte? .—Mire a Carola con picardía y esta se sonrojó.

—A veces pasan este tipo de cosas sin querer .—Murmura Spencer—. Tratas de respetar los códigos pero aún así, no puedes intervenir en lo que el destino te quiere preparar...y si Carola es lo que el destino me ha puesto en el camino, no pienso renunciar a aquello.

—Es una ternura contigo .—Le doy un leve codazo a Carola provocando que esta se sonrojase.

—A veces me das risa como hablas Minion, pero si haces sufrir a Carola, yo mismo soy capaz de hacerte la vida de cuadritos .—Ese lado de Claudio, a veces daba miedo.

—¿Y tú Eros? .—Presté oídos a la conversación nuevamente.

—¿Yo qué? .—Dice riendo.

—¿Qué piensas al respecto de Alana?, la amiga de las chicas .—Pregunta Claudio.

—No me gusta, me gusta Paula, además es muy virgen para mí .—Sentí como mi corazón se hacía añicos, mis ánimos se fueron por la borda pero luego reí bajo.

—Lo voy a matar .—Murmura Carola.

—Me refería a como la encuentras, no si te gusta.

—Que iluso es este chico.

—Es loca y divertida .—De todas maneras daba igual, era muy virgen para su tipo, ya lo había dicho—. Y debo agregar que es muy alegre .—Carola me da un codazo ahora a mí.

—Tú sabes que tú le gustas a ella ¿me equivoco? .—Claudio, cállate.

—Sí, lose...pero a mí me gusta alguien más .—Las chicas me miran en forma de disculpa.

—Eres un idiota, estás perdiendo una perla por recoger piedras .—Carola y yo nos miramos sorprendidas ante la inesperada respuesta de Claudio. Cabe decir que fue muy tierno por su parte.

—A veces es mejor la piedra, la perla da dolores de cabeza porque todos se pelean por ella.

—¿Eso quiere decir que te conformas con migajas? .—Pregunta Spencer. Eros se queda callado.

—¿Qué están haciendo? .—La voz de Sophia nos hizo alterar y ambas caímos de trasero por las escaleras hasta tener contacto con el suelo de cerámica llamando la atención de los chicos. Todos estaban ahí, incluyendo a...¡Francis!. Me sorprende que su novia por fin lo haya soltado de las cadenas. Joshua, el otro amigo de Claudio me sonríe y me saluda en señas. Yo hago lo mismo.

—¡Hey! ¿estaban espiando? .—Pregunta Claudio con una sonrisa de medio lado. Eros miraba en dirección nuestra y los nervios no tardaron en apoderarse de mí. Su expresión era seria.

—No, sólo veníamos por unos vasos de zumo, pero Sophia nos asusto y bueno...aquí estamos en el suelo .—Contesta Carola—. ¿Verdad Alana? .—Me mira.

—Sí .—Reí.

—Oh...está bien .—Sonríe Claudio provocando que se le formaran sus hoyuelos.

—Hola Carola .—Saluda Spencer.

—H-hola...Spencer .—Se sonroja. Su timidez me supera y a mí me dice que yo soy la tímida.

—¿Qué haces aquí? .—Pregunta Francis dirigiéndose a mí.

—Estoy con las chicas .—Contesto poniendo distancia entre nosotros—. Me han invitado a quedarme a dormir a su casa .—Francis es mi ex y digamos que debo colocar cierta distancia entre nosotros, ya que aún piensa que sigo enamorada de él.

—Lo he notado, te ves muy linda .—Elevo una ceja. ¿Este imbécil me alaga?.

—¿Acaso debo agradecerte por ese halago? .—Pregunto aturdida. Observo a Eros y este miraba de vez en cuando a mi dirección—. Debo irme, adiós .—Camino con Carola hasta la cocina y me subo a una silla para abrir el mueble y sacar dos vasos. Ella saca la jarra con jugo de la nevera y nos la llevamos hasta la habitación, sin embargo nos devolvimos a las escaleras para seguir escuchando la interesante charla.

—Vaya, creo que te ha sorprendido .—Spencer se dirige a Francis.

—¿Cómo dices? .—Pregunta.

—Alana está muy cambiada .—Menciona Claudio riendo—. Lástima que Eros no se fije en ella.

—Ni que lo haga, no te lo recomiendo .—Dice Francis cruzándose de brazos.

—¿Por qué? .—Claudio frunce sus cejas y yo hago lo mismo. ¿Y este imbécil quién se creía?.

—Es su ex novia .—Contesta Spencer. Y aquí vamos de nuevo.

—Eso ya lo sabía, y no tiene nada que ver, tanto Eros como Alana tienen derecho a estar juntos .—Me defiende Claudio.

—Y te vuelvo a aclarar que a mí no me gusta Alana .—Ah, caray. Idiotas como este hay por doquier.

—Que sensacional es tu tío .—Le digo a Carola en un susurro.

—Es que tiene mucha razón, tú puedes estar con cualquier chico, incluyendo a Eros. Francis es algo...celoso ¿no crees? .—Asiento.

—Me lo dices a mí .—Reí bajo—. El imbécil es un estúpido celoso que por cierto me engañaba como un simio yendo detrás de cualquier falda .—Mencioné burlona—. Y no ha cambiado en nada, cree que porque lleva 10 años con la chimpancé de su novia, le soportaré que siga hablando estupideces.

—Es un idiota .—Asiento.

—Oh, lo siento debo irme, mi novia me necesita en estos momentos, adiós .—Francis se levanta del sillón y se dirige a la salida principal.

—Adiós .—Se despiden todos, quedando Joshua, Claudio, Eros y Spencer.

—Creo que aún debe sentir algo por Alana ¿no? .—Dice Spencer riendo.

—No lo sé, actúa como imbécil .—Reímos.

—¿Escucharon eso? .—Pregunta Claudio. Paramos de reír quedándonos nuevamente mudas.

—Vámonos de aquí antes de que nos pillen .—Susurré y subimos las escaleras de puntillas sin hacer ruido.

—Eso estuvo cerca .—Dice Carola colocándose una mano en su pecho.

—Sí .—Reí—. Estuvo cerca, casi nos descubren.

—¡Eros que sorpresa! .—Carola abre los ojos, me giro rápidamente y no había nadie, la miro mal y comienza a reirse fuerte—. Ay Alana, ¡debiste ver tú cara!, no cabe duda de que estás muy enamorada de García.

—Me vengaré .—Reí maliciosa—. ¡Spencer! .—Comencé a gritar y bajé las escaleras con torpeza.

—¡Nooo! .—Carola me logra detener a la mitad de las escaleras—. Tú eres una niña muy buena.

—Lo sé .—Batí repetidamente mis pestañas y esta solo ríe. Parecíamos unas niñas pequeñas pero realmente nunca olvidaría estos momentos cuando envejeciera.

—¿Pasa algo chicas? .—Pregunta Jennifer preocupada.

—Nada importante .—Dije con una sonrisa—. Sólo queremos un poco de...de...¿gaseosa? .—Menciono haciendo una mueca.

—¿Quieren algo más? .—Pregunta Claudio llegando al lado de Jennifer.

—Carola quiere un beso de...Spen... .—Carola me pega—. ¡Aish!, quiero decir, quiere comer.

—Sí...la verdad es que mi estómago no aguanta más .—Se queja la castaña por detrás.

—Justo vamos a encargar algo para comer, ¿qué quieren?, ¿pizza, sushi u otra cosa? .—Ríe el castaño.

—¡Sushi! .—Interviene Sophia emocionada bajando las escaleras.

—Sería bueno sushi .—Apoya Carola.

—Entonces sushi será .—Sonríe y se forman los hoyuelos que tanto le envidio.

—¿Van a pedir algo? .—Pregunta Eros llegando a nuestro lado.

—Claro, ¿por qué?, ¿vas a pagar? .—Bromea Jennifer.

—Muy chistosa .—Se cruza de brazos riendo.

—Oh Eros .—Manifiesta Carola—. Alana se preguntaba si...te gustaría ir a la exposición de sus cuadros en el Museo, le han dado una gran oportunidad y hemos repartido algunos flyers a nuestros compañeros de universidad, y obvio aquí a todos los de la familia .—Mierda, lo había olvidado, dentro de unas semanas será la exposición de mis cuadros.

—Carola...creo que ya hemos invitado a mucha gente, no será necesario invitar más .—Sonreí—. Además no podemos obligar a nadie a ir, el que quiere irá y el que no, pues también me parece.

—Vaya...que respuesta tan inteligente has dado Alana .—Eros se cruza de brazos y lo dice con normalidad.

—Esta bien .—Interviene Jennifer, pudo notar la fuerte tensión que había por aquí—. Llamáremos.

—Ambas me miran con picardía y yo me limito a subir escalón por escalón con algo de tranquilidad hasta que llegué a la habitación. Las risas detrás de mí se escuchan. Carola me miraba divertida. ¡Maldita loca que la amaba!. ¡Siempre le gusta dejarme en vergüenza!.

—¿Te pusiste nerviosa? .—Asiento haciendo una mueca.

—Literalmente...si, demasiado .—Digo.

—Opino que deberías bajar e ir a besarle de una buena vez .—Niego un par de veces.

—No me gustaría hacer eso. No sería correcto .—Manifiesto.

—Pero Alana, si no haces algo ahora, no conseguirás nada antes de que comience el verano .—Me encogí de hombros—. Y tú quieres estar con él, ¿no es así?.

—Mmmm...no lo sé .—Siento un zape en mi cabeza por parte de Sophia—. ¡Auch! ¡ya déjame pensar con claridad! .—Pedí riendo.

—Y pensar que antes te gustaba Chris y tampoco hiciste nada... .—Susurra en mi oído Sophia.

—Cállate, no menciones el nombre de él o te mato .—Reí.

—¡Chr... .—Le cubro su boca.

—¿Qué? .—Jennifer eleva una ceja.

—Nada, nada .—Intervengo yo antes de que Sophia abriera su boca—. Tu sobrina está loca .—Reí nerviosamente.

—Bien...si tú lo dices .—No estaba muy convencida de mi respuesta. Jennifer comenzaba a sospechar. Sin embargo Chris ya no es un tema importante para mí. Pero Eros sí.

Solo esperemos que el verano pueda cambiar ciertas cosas antes de que las chicas se vayan de vacaciones.

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