Capítulo 10La respiración de ambos se entremezclaba en el aire cargado de deseo. Matthew deslizó la yema de sus dedos por la mejilla de Amelia, ella nerviosa cerró los ojos.Su piel temblaba bajo la caricia.Amelia tomó su mano y le dió un beso en la palma, Sus ojos, se empezaron a llenar de pasión.—¿Estás segura? No voy a detenerme.Matthew necesitaba la seguridad del consentimiento a un evento que les cambiaría la vida.No hubo palabras. Amelia le dió un suave beso en los labios, sintiendo que estaba tomando la decisión que su loba interior le indicó.Sus bocas se unieron en un deseo intenso, explorando con la lengua la boca del otro, dejando un pequeño hilo de saliva entre los dosAmelia dejándose caer sobre la alfombra aterciopelada, abrió los ojos con interés Matthew la siguió con su cuerpo, arranco con sus garras el vestido por la parte delantera.Los pechos redondos de Amelia rebotaron por el impacto, ella estaba temblando.—Es mi primera vez ... Se delicado Matthew sonrió
Capitulo 11El sol entro por las ventanas de la cabaña vieja donde el Alfa de Platino pasaba su celo.Vicente se levantó con el animo en el suelo y la rabia en el cielo, quería acabar con todo, el enojo de una noche perdida. Sentado en la mesa para comer, cruza los brazos y ve al frente.Iris, nerviosa, coloca un plato con su desayuno favorito, la loba quiere ganar puntos para no perder lo que tanto le costó.—Mi Alfa, quiero hablar de lo que sucedió…La mirada de Vicente la lleno de miedo, era de rabia y desprecio.—¡Cállate, maldita! —rugió con odio.Se levantó de golpe, tirando la silla al suelo, y la miró de arriba abajo juzgandola con asco ¿Cómo pudo haber creído, aunque fuera por un segundo, que esta loba podría reemplazar a Amelia?El rostro de Iris se empalidecio, estaba triste y enojada. Toda su vida había sido la sombra de Amelia, viéndola tener todo lo que ella deseaba. Belleza, respeto, un Alfa poderoso a su lado… Todo le fue arrebatado Y aún así, como ella se lo advirt
CAPÍTULO 12Matthew se acercó al estudio con pasos pesados y cansados. Susana lo había detenido minutos antes, advirtiéndole sobre la reunión del consejo.—Los ancianos tienen varias exigencias para usted. —Su tono era de preocupación—. Dicen que han sentido la presencia de la loba blanca.Matthew se detuvo en seco.La mención de aquella criatura lo irritó profundamente. Siempre había considerado esa historia como una farsa, una vieja leyenda que los lobos contaban para mantener viva la esperanza de algo que no existía.Pero los ancianos se lo tomaban en serio.Empujó las puertas del estudio y saludó frío.El ambiente estaba cargado de tensión.Los ancianos lo esperaban algo emocionados mientras hablaban sobre su descubrimiento.Matthew se sirvió una copa de coñac—¿Que está pasando? —preguntó con frialdad—. Espero que sea importante. Deseo descansar después del celo.Uno de los ancianos, Aurelio, se acercó.—La vimos.Matthew rodó los ojos y los puso en blanco con fastidio.—No me di
CAPÍTULO 13Matthew subió a la habitación, Su cuerpo pedía descanso, pero su mente no encontraba paz. La larga conversación con Agustín lo había dejado agotado, pero no tanto como las dudas que lo consumían.Al entrar, Catalina se movió en la cama, sintiendo su presencia. Medio dormida, se giró instintivamente en busca del calor protector del Alfa, ese que siempre la reconfortaba.Pero cuando intentó abrazarlo, Matthew se apartó.Su cuerpo se tensó bajo su tacto.Catalina abrió los ojos de inmediato.—¿Pasa algo? —murmuró con voz adormilada—. Pensé que me extrañarías.Siempre que él regresaba después del celo, su instinto protector hacia ella se intensificaba. No la amaba, pero siempre la abrazaba demostrando que su pacto estaba intacto.Esta vez… algo era diferente.Matthew desvió la mirada.—Solo estoy cansado. Sabes que el celo me debilita.Su tono fue seco, frío y distante.Catalina lo observó mientras él se ponía la pijama, algo había cambiado a Matthew.El Alfa se acostó boca a
CAPÍTULO 14El silencio en la habitación era angustiante.Amelia estaba acostada en la cama, pálida, con la respiración débil, sus labios morados.El médico de la manada, quien por suerte era parte del consejo, la atendía con urgencia.Matthew se quedó de pie junto a la ella, con el corazón acelerado, sintiendo el dolor de su Mate.—¿Qué le pasa? —preguntó con voz quebrada.El médico frunció el ceño, revisando el pulso de la loba.—Ha sido envenenada.El aire se volvió denso.—¿Qué?El médico lo miro preocupado.—Le dieron Draven.Matthew abrió los ojos aterrado.El Draven era un veneno prohibido, letal para cualquier lobo que lo consumiera.Solo los lobos con linaje Alfa habían logrado sobrevivir a su efecto.Matthew sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies.Se llevó las manos a la cabeza.—¡Sálvala! Haz lo que sea necesario, y tendrás siempre el favoritismo de tu Alfa.El médico se apresuró a inyectarle el único antídoto existente pero fue claro:—Le he dado el suero, pero ust
CAPÍTULO 15Matthew irrumpió en el estudio, jalando con firmeza la muñeca de una Catalina asustada.Por primera vez, desconocía a su esposo.El Alfa que siempre la había protegido, que la trataba con ternura, ahora era un patan furioso.Catalina llevó una mano a su pecho, su respiración se hizo dolorosa.—¡¿Qué pasa contigo?! —exclamó con debilidad. Su cuerpo no estaba en condiciones para soportar una discusión.Pero Matthew no se detuvo.—¿Por qué tomaste esa decisión sin mí? —su voz estaba enfurecida.Sus manos estaban tensas, las venas de su frente se marcaban por la rabia contenida.Catalina no se inmutó.Sabía lo que estaba haciendo.—Era lo mejor para Amelia. —Su tono fue sereno —. Una ex esclava casada con el hijo de un Alfa, el hermano de un Alfa… saldrá beneficiada.Se acercó a él con cautela y tomó sus manos entre las suyas.Lo miró directo a los ojos, buscando al lobo que amaba.—¿Qué está pasando contigo? —susurro. —Desde hace días te noto extraño… y no me agrada tu sobrep
CAPÍTULO 16—¿Qué prefieres? —La voz de Phillippe era baja, pero venenosa.—Ser esposa… o amante.Su sonrisa maquiavélica dejó claro que, sin importar su elección, él sentía que ya había ganadoAmelia tembló.Su amor por Matthew la había cegado, la había desviado de su propósito.Recordó el día en que su padre murió."Juro por su memoria que el apellido Santorini recuperará su honor y Juro que Vicente tendrá que limpiar mi nombre ante la manada Platino."Su respiración se era pesada, Mantuvo la mirada firme en Phillippe.—Está bien —Las palabras le supieron a amargas —Pero no quiero que le digas a Matthew ni a nadie la verdad sobre mi origen.Phillippe rió con cinismo, satisfecho.—Por supuesto.Se cruzó de brazos, mirándola con burla.—Y ya que hablamos de verdades… dime, ¿por qué insistes en casarte conmigo? —Amelia gruñó.Phillippe rio con superioridad.—Primero, porque me encantas.Dio un paso más cerca, su aliento rozó la piel de Amelia.—Quiero domarte.Ella frunció el ceño.Per
CAPÍTULO 17Los días pasaron....La manada se preparaba para celebrar el compromiso del hermano del Alfa.Catalina quería que el evento fuera espectacular, presentia que era su último evento como Luna.Mandó invitaciones a varios Alfas de la Unión Lobuna, asegurándose de que el compromiso de Phillippe y Amelia fuera en grande.La organización le estaba costando más de lo que imaginó, su cuerpo frágil se debilitaba con cada día que pasaba.Y Amelia lo notó.—Luna, deberías descansar.Catalina sonrió con esfuerzo.—¿Y perderme la preparación de la fiesta? —Tomó la mano de Amelia, llevándola a su habitación—. Después de todo, es para ti.Amelia mantuvo su expresión neutral.—Sí… gracias. —Su voz fue seca, sin emoción.Catalina la observó fijamente.Y en ese momento, supó que debía enfrentar la verdad.—¿Sientes algo por Matthew?Amelia se sorprendió de inmediato.Retrocedió un paso.—¿Por qué hace esa pregunta? —titubeo.Catalina no apartó la mirada.—Porque él fue tu primera vez —La fra