Al ver que la vida de su beta, una parte muy importante de él, podría ser arrancada. Xander sintió como una opresión en su interior que parecía aumentar con cada latido de su corazón, lo envolvía en una jaula invisible que amenazaba con extinguir su esencia. Con un salto poderoso, una bruma negra y
El dolor físico era insignificante en comparación con el dolor emocional que Xander sentía en ese momento y sus ojos se llenaron de lágrimas a medida que miraba a Isa, sintiendo una profunda tristeza y arrepentimiento. —Mi luna, entiendo tu enojo y tu decepción. Sé que mis acciones han causado un d
…….. Al llegar a la manada, Isa vio como los alrededores estaban más vigilados que nunca, los guerreros caminaban de un lado a otro, y se notaba la pesadez en el ambiente, pero no preguntó qué ocurría. —Alfa…— Billy que abrió la puerta de la camioneta para que Xander se desmontara, dejó de hablar
—Las brujas, cuando nos enamoramos, entregamos nuestra magia junto con nuestro corazón —, prosiguió Hope con voz llena de dolor y amargura—. Perdí todo eso cuando él me echó de su manada. Intenté recuperarlo, luché por ello, pero no fue suficiente. En el proceso, perdí mi magia y pasé 800 años en el
En el jardín principal de la casa se encontraban Xander y Maximus haciendo de ese lugar su cuadrilátero de entrenamiento y sus cuerpos estaban cubiertos de sudor, polvo y músculos tensos, mientras combatían cuerpo a cuerpo. , le record
—Alfa, ahora que estamos en problemas, nuestro pueblo espera que marques a nuestra luna, deberías hacerlo —, le sugirió Maximus y Xander se volvió hacia él, con su expresión dura. —No la voy a reclamar, únicamente para fortalecer a nuestro pueblo. Solo la voy a marcar cuando ella así lo quiera. Se
—¡¡Mujer mala, no lastimes a mi abuela!!—, le había gritado Lily a Isa, y ella se apartó, confundida y aturdida. En ese momento, Xander y su padre entraron en el salón, corriendo hacia Susan cuando vieron su estado. —Madre, ¿estás bien? —, le preguntó Xander, con gesto preocupado. Susan asintió
—Más no podía pedir, definitivamente estás hecha para mí—, comentó Viktor fascinado y lascivo, mientras que Miranda se sentó sobre su regazo, rodeándolo con sus piernas y él empezó a frotarse de nuevo. —Me encanta esta posición. Ella no dijo nada, sino que poco a poco comenzó a notar como cada vez