—Aria tiene razón en ir a la panadería, de los pretendientes me encargaré después —repito.Mi pequeña se tapa la boca para reírse.—Papi parece hipnotizado —se burla Alec, sonriendo levemente—. Como ese programa que vimos en la televisión.—Papá no está hipnotizado; está aprobando el examen de ingre
Aria Trato de no llorar mientras me llevan al hospital, pero es inevitable. La piel de mi espalda me arde mucho y estoy angustiada por cómo quedará. Sé lo que significa sufrir por una deformidad en la piel, y es una de las cosas más horribles que he sentido.Sobre todas las cosas, no quiero que mis
Alec Ver lastimada a Aria es insoportable, pero verla angustiada es aún peor. Incluso yo me siento mal por lo que está ocurriendo con Jackson, así que apenas puedo soportar el dolor que ella siente.—Tengo mucho miedo —me confiesa Aria cuando el doctor se marcha—. No quiero perder a mi hermano.—No
Aria La salida del hospital es un poco vergonzosa, ya que no puedo olvidar lo que pasó. Pienso en mi hermano y en por qué Alec me cubre como si fuera un tesoro nacional. No puedo culparlo, porque voy prácticamente descubierta, pero no es agradable que todo el mundo me esté mirando.—Necesito ir a l
—¿Ah, sí? —pregunto, impresionada.—Sí, y el bebé se movía mucho —se ríe—. Mami, ¿vas a tener otro bebé?—No lo sé, mi amor —le respondo—. Papá y yo queremos eso, pero lo más importante es que ustedes también lo deseen.—Sí, quiero más hermanitas para que Juliett no me obligue a jugar al té, es abur
Alec El alcalde no tarda demasiado en traerme los antiguos documentos que acreditan que, en efecto, la persona que encuentre el lingote de oro será la dueña de Ravenswood. Al principio, me cuesta aceptar la nueva realidad, pero cuando tengo el documento oficial en mis manos, puedo sentir el poder…
JacksonMi hija está bastante triste desde que se fueron sus primos, pues está muy acostumbrada a ir a su casa cada tarde o cuando podemos llevarla. Sin embargo, no tengo el valor de ir a seguirlos al pueblo, no ahora que mis cambios físicos comienzan a notarse. Sé que en algún momento tendré que en
AlecAria está muy nerviosa cuando llegamos a la casa de su hermano, horas después de haber salido del pueblo. Honestamente, yo también lo estoy, pero no estoy dispuesto a irme de aquí con negativas, ni voy a permitir que él trate a Aria de forma despectiva para echarla de aquí. Si bien detesto la i