Al bajar al primer piso, recibo una llamada de Ethan, quien está a punto de llevar a mis hijos al colegio. Esa información me pone nervioso, pero decido seguir el plan tal como se había acordado y le aviso que iré a mi departamento. —De acuerdo, nos veremos allá —dice antes de colgar. —Todo tien
—Mi niño, eres tan bueno con esto —susurro. Los dibujos no son perfectos, como es natural en un niño de su edad, pero él tiene noción de lo que significa dibujar algo lo más apegado a la realidad posible. Si seguimos alimentando su talento, seguramente lo perfeccionará y llegará muy lejos, más de
Aria Aunque trato de ocultar mi preocupación, Jack nota que algo raro me está pasando. Cuando se trata de mis hijos, soy incapaz de disimular, y la mayor prueba está en que ahora Alec sepa sobre ellos. —Mami, ¿por qué no me quieres decir qué pasa? —me pregunta Jack mientras lo visto con cuidado,
Alec Mientras conduzco, las palabras de ese infeliz se imprimen en mi mente como una marca a fuego. Afortunadamente, no se trata de un caso de acoso sexual hacia mi pequeña, pero eso no evitará que siga a ese malnacido. Ethan ya logró identificarlo y me dio una descripción física, ya que este tambi
Aria Al ver la cara llena de rabia de Alec, sé que debo hacer caso a lo que me dice. Volteo hacia la sala y entiendo el motivo de su conflicto: Juliett está sentada en las piernas del doctor Harris. Para mí, eso no tiene nada de malo porque es su pediatra, y nunca ha sucedido así estando sola. Sin
Aria Alec intenta que hablemos, pero estoy en una negación total y consigo irme en un taxi. Durante el camino, no puedo dejar de llorar, pero trato de calmarme para que mis hijos no me vean así, especialmente Juliett. A pesar de que ahora mismo odio a Alec con todas mis fuerzas, no pienso envenenar
Alec Aunque tengo un deseo enorme de buscar a Aria, no lo hago. Ella me miró con tanto odio que sé que, si me acerco ahora, huirá y todo se irá al infierno. Posiblemente, las cosas ya se hayan ido al abismo, pero debo aferrarme a una última esperanza. Y mi última esperanza es la abuela.Mientras l
—Hablas como si tuvieras experiencia —murmuro. —Es que la tengo. —Le da una ligera palmada al dorso de mi mano—. No voy a entrar en detalles, ya que eres mi nieto y esto es muy desagradable, pero no quiero que te suceda lo mismo que a mí. —¿Amaste a alguien que…? —Sí, hijo —responde, con los ojos