C118- LA PROPUESTA DEL INVERSOR.Lucien había invitado a Grace a salir un par de veces desde aquella noche en el campamento. Eran citas pequeñas, discretas, pero que los iban acercando más y más. Sin embargo, Grace todavía no terminaba de darle el “sí”. Y aunque Lucien había dicho que podía ser paciente, una cosa era decirlo y otra muy distinta era hacerlo.Aquella mañana, ambos tenían una reunión con un inversor importante. Grace, como representante de Alexander, trabajaría codo a codo con Lucien. Por eso él la esperaba en el vestíbulo, revisaba su reloj por décima vez, cuando un elegante auto negro se detuvo en la entrada.Un guardaespaldas con un porte imponente salió primero, abriendo la puerta del coche con movimientos firmes. Era un hombre alto, musculoso y con una expresión seria, de esas que intimidan al instante. Pero cuando Grace salió del auto, la seriedad del hombre flaqueó.Ella estaba deslumbrante. Llevaba un vestido rojo ceñido que le llegaba justo por encima de las rod
C119- UN OSO Y SEGUNDAS OPORTUNIDADES.Desde aquel día, todo cambió entre Lucien y Grace. Ella solo le hablaba cuando era estrictamente necesario, con un tono frío y distante que lo hacía sentir como un extraño en su propia vida. Cada vez que sus ojos se cruzaban, él podía ver la barrera que había levantado. Lo había arruinado, y lo sabía.Sentado en su oficina, Lucien pasó los dedos por su cabello, frustrado. No podía concentrarse. Sus pensamientos giraban siempre alrededor de ella, de lo que había perdido. Había sido un idiota, lo sabía. Había dejado que sus inseguridades se apoderaran de él, viendo amenazas donde tal vez no las había. ¿Pero cómo no hacerlo? Solo la idea de que alguien más pudiera acercarse a Grace lo volvía loco. Ella era la única persona capaz de desarmarlo, y su miedo a perderla había convertido ese amor en algo tóxico. Grace tenía todo el derecho de estar enojada.El timbre del teléfono lo sacó de sus pensamientos. Contestó sin ganas:—¿Sí?Del otro lado, su sec
C120-BIENVENIDOS A GRECIA.El avión aterrizó suavemente en el Aeropuerto Internacional Eleftherios Venizelos de Atenas. La escalinata se desplegó, y Lucien Stanton se ajustó las gafas de sol oscuras con un gesto natural. Aquel día no llevaba sus típicos trajes ejecutivos de diseñador, sino un atuendo que irradiaba poder sin esfuerzo: una camisa blanca perfectamente ajustada que dejaba entrever la línea de su torso, jeans oscuros que parecían hechos a medida y mocasines italianos de cuero impecable.Informal, pero indiscutiblemente caro.Su reloj de lujo brillaba al sol, recordando a cualquiera que lo mirara que no era un hombre común. Se giró hacia Grace, extendiendo una mano con la misma elegancia que lo caracterizaba. Ella lo miró, intentando no dejarse intimidar por su presencia arrolladora, y sonrió antes de tomar su mano.—Qué eficiente, señor Stanton… —murmuró, con una pizca de provocación.Lucien dejó escapar una risa baja y seductora.—El señor Stanton, ¿eh? Me gusta cómo suen
C121- OSITO LUCIEN.Cuando Lucien y Grace llegaron al hotel, el lujo los envolvió de inmediato. Los altos techos del vestíbulo, las lámparas de cristal y el aroma sutil a jazmín creaban una atmósfera sofisticada y acogedora. Lucien se adelantó a la recepción, listo para pedir dos habitaciones.—Buenas tardes, quisiera… —comenzó, pero Grace lo interrumpió.—Una sola habitación, por favor —dijo con una sonrisa traviesa.Él se giró hacia ella, sorprendido.—¿Una?Grace ladeó la cabeza, divertida, y añadió:—Gracias a "Osito Lucien" —dijo, refiriéndose al peluche que él le había regalado—, te has ganado ese privilegio.Lucien parpadeó, incrédulo.—¿Qué? ¿No quieres? —preguntó Grace, acercándose lo suficiente como para susurrarle al oído. Su voz fue suave y coqueta.Lucien tragó con dificultad, su cuerpo reaccionando ante la cercanía de ella. Finalmente respondió, con una sonrisa que mezclaba humor y deseo:—Por supuesto que quiero. Tendría que ser de palo para no querer.Grace soltó una c
C122- SOLO PARA TU PLACER.La lujosa suite del hotel era el escenario perfecto para la pasión desenfrenada que estaba a punto de desatarse. Lucien, ahora arrodillado entre las piernas de Grace, devoraba su coño con una intensidad que reflejaba su deseo reprimido. La habitación, con su cama de sábanas sedosas y la suave luz que entraba por la ventana, era testigo de la lujuria que los envolvía.Grace, arqueó su espalda, entregándose por completo al placer que Lucien le proporcionaba. Sus manos agarraban las sábanas, arrugándolas con fuerza mientras sus caderas se movían en un ritmo frenético. La espera había sido larga, y ahora, finalmente juntos, la tensión sexual entre ellos era palpable, se había desatado.Las manos de Lucien recorrían los suaves muslos de ella, apretando la suave piel mientras su lengua experta bailaba alrededor de su clítoris hinchado. La sensación de tenerla así, abierta y vulnerable ante él, lo hacía sentirse poderoso y deseoso de complacerla. Grace, emitía gemi
C123- SABOTAJE.Lucien y Grace estaban en la sala de conferencias, con enormes ventanales que ofrecían una vista impresionante del mar Egeo. La atmósfera era tensa pero profesional; el presidente de Olympus ocupaba la cabecera de la mesa. A su lado, varios ejecutivos revisaban papeles y susurraban entre ellos. Lucien, impecablemente vestido y con una presencia que llenaba el lugar, observaba cada movimiento con calma calculada.Grace comenzó la presentación con seguridad en su voz, aunque no pudo evitar ajustar nerviosamente la pila de documentos frente a ella. Las primeras diapositivas proyectadas en la pantalla parecían ir según lo planeado, pero pronto Lucien notó algo. Frunció el ceño casi imperceptiblemente al percatarse de que algunos datos clave estaban mal. Peor aún, había números y gráficos completamente eliminados, lo que hacía que su propuesta pareciera desorganizada y poco profesional.Demetriou, con un suspiro pesado, alzó la mano para interrumpirla.—Señorita Blackwell,
C124- PODEROSO.Lucien mostró en la pantalla el contenido de uno de los correos. Era directo y comprometedor: alguien estaba compartiendo información confidencial de Olympus con la competencia, incluyendo datos estratégicos y detalles de negociaciones. El remitente era anónimo, pero el lenguaje del mensaje dejaba claro que quien lo escribió despreciaba a Lucien y Grace, y estaba vendiendo los secretos de la empresa por dinero.Los murmullos comenzaron en la sala. Los ejecutivos intercambiaban miradas de incredulidad, mientras Demerius, que hasta ese momento había estado tranquilo, ahora parecía incómodo.Lucien señaló la pantalla.—Este correo fue enviado desde una dirección interna de Olympus. Y logré rastrear su origen.Demerius intentó interrumpir.—Esto no tiene sentido. No pueden pensar que...Lucien lo cortó, sin alzar la voz.—Los datos no mienten. Y todo apunta a una oficina en particular.Lucien mostró el rastro digital en la pantalla. Los correos estaban vinculados directame
C125- AMARLO MÁS.Lucien ajustaba suavemente la venda que cubría los ojos de Grace. Ella no podía evitar sentirse ansiosa y curiosa, pero también divertida por la situación.—¿Falta mucho? —preguntó con una sonrisa juguetona, intentando no tropezar mientras él la guiaba.Lucien se inclinó hacia su oído, su aliento cálido rozando su piel como una caricia invisible.—Ya casi llegamos —susurró.Grace rió entre dientes, intentando adivinar qué era lo que él había planeado, pero no podía imaginarlo. Finalmente, él detuvo sus pasos y colocó sus manos con suavidad sobre los hombros de ella, como si fuera la cosa más preciosa que hubiera tocado jamás.—¿Lista?Grace asintió, mordiendo su labio inferior con una mezcla de nervios y emoción. Lucien retiró la venda con cuidado, permitiéndole abrir los ojos. Y lo que vio la dejó sin palabras.—Dios... es... es hermoso, Lucien —murmuró.Frente a ella había un invernadero lleno de vida. Las paredes de cristal reflejaban la luz de las pequeñas guirna