¿Qué les parecieron estos capítulos, mis adoradas? 😍✨ ¿Qué creen que hará Grace? ¿Aceptará o no el contrato? ¡Yo estoy obsesionada con la cachetada de elegancia que le dio a Alaric! 💅🔥 ¡Qué reina! Apóyenme comentando, ya saben que amo leerlas y compartir sus teorías. 💬💖 ¿Team Grace poderosa e independiente o Team Lucien inesperadamente romántico? ¡Las leo! Un abrazo enorme, mis queridas. 🥰💌
C112- LA DECISIÓN ES TUYA.—Así que, hija… la decisión es tuya —dijo Alexander, su tono solemne y definitivo—. ¿Te casas o no con Lucien Stanton?Alexander la miraba con una ternura que contrastaba con la firmeza en sus ojos. Era la mirada de alguien dispuesto a enfrentarse al mundo entero si con ello lograba protegerla. A su lado, Lucien se mantenía de pie, pero su aparente seguridad comenzaba a desmoronarse. Había un destello de vulnerabilidad en su expresión mientras esperaba, casi conteniendo la respiración, la respuesta de Grace.Por otro lado, Alaric observaba la escena con una satisfacción apenas disimulada. Todo iba tal como lo había planeado. Si Grace aceptaba, Alexander tendría que ceder un porcentaje significativo de sus empresas. Pero si ella se negaba, Alexander enfrentaría una penalización económica devastadora: una cláusula en el contrato estipulaba que tendría que pagar una indemnización multimillonaria a los Stanton, lo que pondría en riesgo la estabilidad de varias d
C113- CRISANTEMOS.Kate estaba sentada en el sofá, mirando por la ventana mientras la lluvia golpeaba suavemente los cristales. Hacía una semana que no sabía nada de Aaron, y aunque intentaba mantenerse ocupada, la incertidumbre comenzaba a desgastarla. De repente, el timbre de la puerta rompió el silencio. Al abrir, se encontró con un hombre vestido impecablemente, con una carpeta en mano y una sonrisa profesional.—¿Señora Anderson? —preguntó el hombre, ajustándose las gafas.—Sí, soy yo. ¿En qué puedo ayudarle?El hombre extendió una carpeta hacia ella.—Soy del equipo de bienes raíces encargado de la propiedad que el señor Anderson adquirió recientemente. Estoy aquí para informarle que la casa está lista para ser decorada. Él solicitó algunas remodelaciones específicas, y ahora todo está en orden. Solo faltan los toques finales, y quería entregarle las llaves personalmente.Kate sintió que el aire se detenía a su alrededor. ¿Una casa? ¿Aaron había comprado una casa? Su corazón com
C114- VUELO A FRANCIA.Madison, temblando de rabia, se soltó bruscamente y, en un arrebato, empujó a Kate hacia atrás, haciéndola tropezar y golpearse la cintura contra el borde de una mesa, dejando escapar un jadeo de dolor.Madison se inclinó hacia ella, con una sonrisa cruel.—¿Ves? No eres tan fuerte como crees. Y Aaron no va a salvarte, Kate. Porque, al final del día, eres solo un adorno. Una esposa perfecta para mostrar al mundo, mientras él sigue siendo el mismo mujeriego de siempre.Kate se irguió, ignorando el dolor en su costado. Su mirada era de puro fuego, pero no respondió. Tomó su bolso y caminó hacia la salida. Al cruzar el umbral, sintió cómo la rabia y el dolor la consumían. La casa que debía ser un símbolo de un nuevo comienzo ahora se sentía como una prisión, un recordatorio de lo frágil que era su relación con Aaron. Pero si algo sabía con certeza, era que no iba a dejar que Madison ganara.No ahora.No nunca.Dos días después, el teléfono de Kate sonó. Era Aaron.
C115- ¿QUIERES COMPARTIR LA CAMA CON TU CUÑADO?Lucy dejó el teléfono sobre la mesa, pero su mano temblaba ligeramente. Sentía un peso en el pecho, como si cada decisión que tomaba la hundiera más en un terreno que no podía controlar. Cuando se giró, los ojos de Eros ya estaban sobre ella, esos ojos grises que parecían leer cada uno de sus secretos.—¿Le enviaste el mensaje? —preguntó él, acercándose con pasos firmes, casi felinos.Lucy asintió.El calor subió a su rostro, aunque no estaba segura de si era por el nerviosismo o porque su presencia llenaba la habitación de una forma que la hacía sentir vulnerable.—Sí, lo hice.Eros se detuvo a un paso de ella, inclinando ligeramente la cabeza mientras sus ojos la estudiaban.—No veo por qué tenías que comunicarle nada. Dijiste que tu familia no te ayudaría.La proximidad hizo que Lucy sintiera su perfume, una mezcla sutil de madera y especias, y ese simple detalle desestabilizó su concentración. Se obligó a enfocarse en las palabras, no
C116- CONFÍA EN MÍ. Aaron se detuvo frente a la imponente puerta de madera tallada. Apenas levantó la mano para tocar el timbre, esta se abrió automáticamente, revelando un pasillo iluminado por candelabros de cristal que colgaban como joyas del techo. Su corazón latía con fuerza, pero no era momento de vacilar. Respiró hondo y cruzó el umbral, decidido a encontrar respuestas. El camino de piedras lo guió a través de un jardín perfectamente cuidado, con rosales en flor y fuentes de mármol que murmuraban suavemente. La mansión, majestuosa y de ensueño, parecía sacada de un cuento de hadas francés. Todo en ella gritaba poder, dinero y exclusividad, pero también lo hacía sentir fuera de lugar. ¿Qué hacía Lucy allí? ¿Quién era el dueño de ese lugar? Al llegar a la entrada principal, un hombre mayor, impecable en un traje negro y guantes blancos, lo esperaba con una postura rígida y casi intimidante. —¿Señor Anderson? —preguntó con voz grave. Aaron asintió, tragando saliva. —Por aquí
C117- CAMPAMENTO.Después de la reunión de accionistas, Grace tomó una decisión que le pesaba en el corazón pero que sabía era necesaria. Abandonó la mansión Stanton, y varios empleados se reunieron para despedirla. La señora Hargrove no podía dejar de llorar, aferrándose a los trillizos. Lucien, por su parte, sintió un nudo en el estómago al ver a sus hijos partir; era la primera vez que se separaba de ellos. Sin embargo, los trillizos estaban llenos de emoción y curiosidad. La idea de vivir en la casa de su abuelo, un duque nada menos, les parecía una aventura.Cuando el auto se detuvo frente a la enorme propiedad, Emma y James fueron los primeros en bajar, llenos de entusiasmo.—¡Woooaa! ¡Qué casa tan grande! —exclamó James, mirando las enormes ventanas.—Sí, parece de cuentos de hadas —añadió Emma con los ojos brillando.El chiquillo la miró con las manos en las caderas, como si fuera un pequeño adulto.—No seas tonta, Emma. ¡Estas son mejores! Mira ese jardín, es tres veces el d
C118 - EL CIELO DE LOS STANTON.El jardín de la casa Stanton parecía sacado de un cuento de hadas. Las luces colgantes parpadeaban suavemente entre los árboles, mientras las linternas proyectaban un resplandor cálido alrededor de la tienda de campaña. Una fogata chisporroteaba en el centro, llenando el aire con el reconfortante aroma de madera quemada. En el césped, varias mantas y almohadas prometían comodidad, invitando a relajarse bajo el cielo estrellado.Los trillizos correteaban emocionados alrededor del telescopio que Lucien ajustaba con paciencia. Desde un rincón, Grace los observaba con una manta sobre sus hombros. Era imposible no sonreír ante la energía contagiosa de los niños.—¡Papi, papi! —gritó James, dando pequeños saltos—. ¿Ya podemos ver las estrellas? ¿O todavía están escondidas porque les da vergüenza?Lucien, inclinado sobre el telescopio, se detuvo y fingió estar muy pensativo.—Mmm… tal vez las estrellas son tímidas porque no han escuchado su canción favorita. ¿
C118- LA PROPUESTA DEL INVERSOR.Lucien había invitado a Grace a salir un par de veces desde aquella noche en el campamento. Eran citas pequeñas, discretas, pero que los iban acercando más y más. Sin embargo, Grace todavía no terminaba de darle el “sí”. Y aunque Lucien había dicho que podía ser paciente, una cosa era decirlo y otra muy distinta era hacerlo.Aquella mañana, ambos tenían una reunión con un inversor importante. Grace, como representante de Alexander, trabajaría codo a codo con Lucien. Por eso él la esperaba en el vestíbulo, revisaba su reloj por décima vez, cuando un elegante auto negro se detuvo en la entrada.Un guardaespaldas con un porte imponente salió primero, abriendo la puerta del coche con movimientos firmes. Era un hombre alto, musculoso y con una expresión seria, de esas que intimidan al instante. Pero cuando Grace salió del auto, la seriedad del hombre flaqueó.Ella estaba deslumbrante. Llevaba un vestido rojo ceñido que le llegaba justo por encima de las rodi