El rostro del director de Recursos Humanos se llenó de sorpresa, pero encontró que la posición de la señora Viteri era firme y decidida, entonces llamó a su secretaria y le pidió redactar una carta de despido para Madeleine Lawson.
A partir de ese momento la satisfacción de Bianca Viteri solo fue creciendo, cuando la carta estuvo lista se fue con el director en busca de Madeleine, quiso la mala suerte que Lucía Carolina los viera caminando por el pasillo porque de inmediato se pegó a ellos, al llegar al área de asistentes de vuelo, fue Bianca quien pidió la presencia de Madeleine.
–¿Qué quiere ahora señora Viteri?
–Ya vas a bajar ese tono, dígale usted director –ordenó petulante.
&nbs
Renán dejó al hombre con la boca abierta, la secretaria temblaba cuando él salió y le lanzó una mirada nada complaciente. Román iba a su lado como mudo testigo de sus acciones, pero respaldando con su presencia cada una de ellas.El CEO se encaminó hacia su oficina donde fue recibido por una sonriente secretaria quien no podía disimular su felicidad al verlo: –Buenas tardes Renán, no creí que vinieras hoy. –Debiste saber que al enterarme de lo que hizo mi madre, seguramente con tu ayuda, vendría de inmediato para saber qué pasó aquí. –No Renán, un momento, yo no supe nada hasta que estuvimos en la oficina de las asistentes.
Efectivamente Renán no se equivocaba con respecto a su abuelo, quien en ese momento estaba reprochándole airadamente a su nuera su actitud displicente. –¿Cómo es posible que te comportes así Bianca?, tú lo estás empujando al matrimonio y ahora te encargas de interferir. –Porque esa chica no es apropiada. Solo nos hará pasar vergüenza. –¿Te imaginas que mi difunta esposa y yo hubiéramos tomado esa misma posición contigo?, jamás te hubieras casado con Randy, parece que has olvidado cómo y dónde te conoció mi hijo, se enamoró y decidió hacerte su esposa; por su bienestar lo apoyamos en todo momento, ¿por qué no pue
Madeleine (Maddy) Lawson, corría usando todas sus fuerzas y con la angustia inundando su cuerpo, había recibido la llamada de una vecina a quien le pidió cuidar de su amiga Diane, ya que no se había sentido muy bien y estaba en el último trimestre de su embarazo; lamentaba haber perdido el autobús y no tenía dinero suficiente para un taxi, así que tomó la opción más viable.La acogió en su diminuto apartamento para estar más cerca del hospital; subió los escalones sin detenerse a tomar aliento, llegó jadeando al tercer piso y abrió la puerta bruscamente, encontró a su amiga tendida en el sofá con la vecina colocándole compresas frías en la frente. –Está ardiendo de fiebre –señaló la amable señora. –Llamaré a una ambulancia –anunció Maddy.Los paramédicos le tomaron la temperatura y la presión arterial, antes de colocarla en la camilla para trasladarla al hospital, seguidamente notificaron que llevaban una paciente con 40 grados de temperatura corporal, presión
A continuación, tuvo que encargarse del funeral. Diane nunca mencionó a algún familiar ni siquiera lejano, siempre fue muy hermética en ese aspecto, así que hizo todo sola y al terminar con la funeraria fue a la casa de su amiga para revisar la habitación que había dispuesto para los que creía serían gemelos.Estaban las dos cunitas, de inmediato pensó en que mientras resolvía lo del dinero para los niños, los pondría a dormir de a dos en una de las cunas; sabía que su amiga había contactado a un abogado, pero siempre evitaba esa conversación, ahora lo lamentaba, tendría que revisar sus cosas para ver qué encontraba.Había pasado por alto un sobre que estaba en el piso detrás de la puerta, lo vio justo antes de salir, al revisarlo encontró una notificación del abogado, agradeció mentalmente por eso y tomó nota para ir al siguiente día a su oficina.***Dos meses después, se encontraba Maddy Lawson, una chica de 19 años, frente a los trillizos que tendría a su cargo ya que su mejor ami
No tuvo tiempo de nada, porque una compañera se colocó entre el CEO y ella para saludarlo. –Buenos días señor.Él solo asintió con la cabeza, pero sus ojos estaban siguiendo a Maddy quien, ante la interrupción de la otra asistente de vuelo, se dedicó a colocar bandejas en el mesón para comenzar a preparar bebidas. –¿Viste quién nos acompaña? –preguntó Edison. –¿Quién? –interrogó haciéndose el desentendido. –La asistente más hermosa y esquiva de todo el equipo, quien debe dormir en su casa cada noche, lástima. –Edison, sabes muy bien que es absolutamente inapropiado lo que acabas de insinuar. –Te lo estoy diciendo aquí en nuestro santuario privado, sin testigos. –¿Estás seguro?, yo acababa de abrir el parlante, quería anunciarle a la tripulación que se prepare para el despegue. –¿Qué?, no, ¿estás loco? –cuestionó con los ojos desorbitados.Renán ni siquiera sonrió, solo se limitó a disfrutar
Se zafó del agarre de su compañera y enseguida tuvieron que guardar la compostura porque otra asistente les avisó que el Capitán estaba ingresando al avión.Por eso Maddy tenía el rostro desencajado y la expresión de molestia tan firme que no quiso girar su rostro al momento de la llegada de los oficiales, solo deseaba terminar lo más pronto posible ese viaje tan incómodo.Estaba realmente furiosa, no entendía la razón que tenía Lucía Carolina para detestarla tanto, ella y su prima Harper siempre buscaban fastidiarle la paciencia y lo peor era que lo lograban. –Trata de calmarte Maddy –le dijo su compañera Pilar–, si le haces caso se envalentona. –¿Por qué son así conmigo?, ella y su prima no pierden oportunidad de acosarme. –Bueno, si te sirve de consuelo no es solo contigo, molestan a todo el mundo, Lucía Carolina desde su posición cercana al CEO ataca a todas las mujeres de la empresa, Harper se cree superior por ser su prima y siempre nos molest
Exactamente a las doce del mediodía, entró a la espectacular mansión de sus padres con sus pasos resonando en el pulido mármol del piso de la residencia, el matrimonio Viteri estaba en una salita cercana al comedor donde solían esperar el anuncio de que la comida había sido servida tomando algún aperitivo. –Padres, buenas tardes. –Hola hijo –saludó su padre. –Señora Viteri, ¿cómo está usted el día de hoy? –Insolente –fue todo lo que escuchó de su madre. –¿De qué querías hablar conmigo papá? –¿Cómo va tu relación con la hija de mi amigo? –Yo no tengo ninguna relación con la hija de tu amigo. –Pensé que Lucía Carolina ya era tu novia –intervino su madre. –Lucía Carolina es mi secretaria, nada más. –Pero mi idea al pedirte que la contrataras era que la conocieras e iniciaras una relación con ella –señaló su padre. –Lo siento, pero eso no va a ocurrir –dijo t
Esa misma tarde, antes de terminar la jornada laboral, Edison llamó a Renán para informarle que al otro día había un viaje a Nueva York con pernocta, así que podían disfrutar un poco de la locura de Manhattan; aceptó enseguida porque tendría tiempo suficiente de regresar y asistir a la cita con su sobrina. –¿Dónde andabas ayer? –le preguntó Renán a su amigo Edison al encontrarse para subir al avión. –Regresando de Miami, el vuelo fue muy entretenido porque trasladamos a dos grupos de góspel, cantaron y bromearon todo el tiempo. –Supongo que en algún momento saliste a unirte a ellos.&