El almuerzo

Ayer pasé un día maravilloso con mi esposo y mis hijas, cuando desperté vi una nota, decía que me esperaba en el comedor, es chistoso saber que sigue haciendo cosas para crear malentendidos y que yo no piense que me volvió a abandonar en la cama. Veo que hay una muda de ropa para mí, al igual que mis productos de belleza, después de arreglarme bajo a encontrarme con mi esposo, el cual se encuentra leyendo las noticias.

—¡Buenos días! Hermosa, ¿cómo amaneciste?

—¡buenos días! Cariño muy bien, ¿y tú? Sabes me dio risa ver la nota, yo sé que no irás para ningún lado y si te vas yo misma iré a buscarte, ¡ya no tienes escapatoria, Leandro Salvatore!

—ja, ja, ja, es bueno saberlo, o sea que si en algún momento se me olvida dejarte la nota, sé que no irás corriendo a cortarme las bolas. Suena mi teléfono, es el padre de Valeria, princesa, tu padre me está llamando —pásamelo, seguro está preocupado por mí, ya que dejé mi teléfono en casa.

—hola, papá, ¡buenos días! —¡Buenos días! Estaba p
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