Cap. 96: PRECIADAS. Ricardo ordena en sus pensamientos todo lo que le informó el detective. «¿Por orden de quién estará esa mujer detrás de Isabel? Esa noche mi padre dice que él me llevó al hotel, pero no recuerdo ese momento. Estoy consciente hasta que me terminé el último trago de la botella que él mismo me sirvió… Hasta ese momento recuerdo todo lo que hablamos, palabra por palabra… Marcos me preguntó si yo recordaba todo lo que hablamos esa noche… Desde que me preguntó eso yo siento que allí hubo un mensaje subliminal, pero no logro descifrar ese mensaje. ¡Maldita sea no debí haber tomado tanto esa noche!»Bajó del auto después de un rato tratando de recordar algo más, pero no le fue posible. Entró a la clínica y al acercarse a donde estaba Isabel, detrás de la cortina oyó a Cecilia que llegaba al lado de su hija. Dio unos pasos atrás.—Hija, ¿Cómo te sientes? —le preguntó Cecilia.—Mamá —Cecilia puso su mano sobre la de ella, Isabel dejó salir sus lágrimas —¿por qué vinis
Cap. 97: TUTOR LEGALRicardo recibe la llamada de Guzmán.—Jefe, me acaba de hablar Santiago, necesita un jet privado para usted. Hermano, ¿no pudo llamarme personalmente?—¡Mierda! Tienes razón, tiendo a olvidar que eres “el hijo de los Cáceres”, que eres un puto”Cáceres” —¡Que no vuelva a pasar!... —Aseveró Guzmán, mientras Ricardo negaba —. Mire, el viejo suyo ya movió su maquinaria, nadie le alquilará ningún jet, y el cabrón de mi hermano le tiene miedo a los Del Hoyo, así que no puedo usar tampoco ninguno de la empresa.—¡Maldita sea!—Pero espere, porque esta mi jet personal, el que era de mi padre, ese tiene tiempo varado ahí, es pequeño pero está a tope y es mío, él lo dejó a mi nombre y yo no le tengo miedo a “su aita”, ni a sus apellidos.—Eso ya lo sé… —comentó Ricardo.—Usted, vaya a los hangares de los Cáceres, yo di orden para que le den revisión urgente a ese jet y se lo dejen volar a Lisboa, también le mandé a agilizar la salida… así que vaya con Dios, jefe. Y no s
Cap. 98: ¡TÚ NO MERECES!—Mientras podamos luchar por ella lo haremos, porque es eso lo que queremos los dos… —Ricardo tragaba saliva, tratando de engullir ese nudo que lo estaba ahogando en la garganta. Se levantó y al volverse todos estaban expectantes, entonces con aplomó exclamó:—Doctor, ella y yo decidimos luchar por las dos… ¡Haga su parte!Cecilia unió sus manos en plegaria.Ricardo volteó a ver a Isabel y apretó de nuevo su mano, gesto al que ella sonrió aún con los ojos cerrados llorando. Enseguida llegaron a inyectarla y la pasaron a la habitación con las máquinas donde estaba Arturo ya con las mangueras conectadas.Pero en pleno proceso de transfusión los médicos tuvieron que interrumpir, Isabel colapsó… Y tuvo que ir a la sala de Cirugía.***Después de unas horas, Isabel es llevada a la sala de observación, aún no ha pasado el efecto de los sedantes. Ricardo se acerca hasta ella y al contemplarla sus ojos y su rostro se enrojecen, aprieta sus puños, en su garganta un
Cap. 99: ¡NUEVOS ÁNIMOS!Ricardo llega al hospital, con él Mara y la enfermera quien rueda la silla lentamente, sólo va Ricardito tomado de la mano de su padre, pero cuando llega a los ascensores, el controlador niega al ver al niño de la mano de Ricardo.—Lo siento señor, pero no puedo dejar subir a ningún niño a las habitaciones. Es contra la ley y las normas del hospital.—Quiere ver a su mamá, ella acaba de tener una cirugía y quiere verlo —mientras, ágilmente Marcus entra con rapidez y se coloca detrás del ascensorista. El hombre se voltea porque siente el celaje, pero no ve a nadie. Ricardo frunce el ceño y oscureciendo sus ojos ve al controlador y le dice:—¿Puedes, por esta vez, dejar que estemos un ratito con la mamá? Saldremos pronto.—No puedo, me echarán del hospital... —Lo mira apenado, ve la carita triste de Ricardito y luego ve a la cámara, se vuelve poniendo su bolso…—Es peligroso, pero lo dejaré pasar, ya que es un niño tranquilo y me dice que saldrá pronto, no
Cap. 100: VINE A ROGARTEIsabel afiló su mirada y levantando el mentón lo señaló. —Ahí está… Te agradezco tus palabras, sé que estabas orillada por Iker y que no tienes ningún interés en casarte con Ricardo.Sofía rió descaradamente…—¡Corrección! Él no quiso nada conmigo. Hice mis intentos pero no soy su tipo… Tiene riqueza, sólo por eso me hubiese casado con él.—Gracias por tu sinceridad…—Isabel —Sofía bajó su cabeza para decir—, ¡perdóname! Sé que ni siquiera merezco que me veas con esa mirada bonita llena de cariño de hermana, soy… —sonrió negando—. Una mala hermana. Desde que abrí mis ojos te vi a mi lado, afectuosa y especial y sin embargo yo…—¡Ya! Suficiente, no me gusta oírte así, deja de hablar como si te despidieras de mí.Sofía rió sarcástica…—Eres la única persona a quién le importo, hasta te preocupas por mí.—No digas eso, a Iker le importas mucho más de lo que crees, pero sobre todo a Cecilia, ella no se merece que le causemos dolor.—Está bien… No diré más…Sólo
Cap. 101: AIMÉE Marcos iba camino a la constructora. «Te doy unos días, Ricardo, en unos días debes meter la cabeza donde va el rabo, y regresar a las empresas, la directiva ya está a explotar y sé que sin ti nos hundimos todos. ¡Maldita sea! Isabel Del Castillo, eres la causante de todas mis desgracias » Marcos culpa a Isabel cuando en realidad es por sus malas decisiones, incluyendo el asociarse con la constructora Del Castillo en quiebra y tener al mañoso de Iker. Ahora los accionistas, a pesar de que Marcos es el socio mayoritario, ya no quieren que él este como Director General nuevamente, sólo fue impuesto por él mismo un nombramiento provisional hasta que regrese Ricardo. Todo ello tiene convulsionado al gran Marcos Del Hoyo, su hijo es quien ha llevado las riendas de la Constructora durante los últimos 12 años y fue quien la llevó al primer lugar, ahora están cada vez más abajo. —¡Ring! ¡Ring!—Sonó en repetidas ocasiones el teléfono de Marcos, este contestó con enojo
Cap. 102: CONFÍA EN MIPARTE IRicardo está sobrevolando el cielo pontevedrés cuando Guzmán se le acerca, su rostro denota gran preocupación.—Ricardo, tu Aita viene en camino a Pontevedra, y trae una orden de aprehensión en contra de la señora Isabel.— ¿Dé qué hablas?—Hermano, la está acusando de haberle robado un sinfín de joyas de su caja fuerte.—¡Maldita sea! Marcos es... —negó—. Ahora entiendo su jugada. No hay en quien confiar ya…—¿Qué vamos a hacer, jefe?—Mueve tus contactos en el aeropuerto de Barajas y cambiemos a plan B.—Ricardo, recuerda que tenemos con nosotros a los niños, a Mara y finalmente a Isabel, que tampoco está bien del todo, ni siquiera emocionalmente ha sanado. Además, su propia reputación está en juego nuevamente. ¿No es mejor darle la cara a Marcos? Sabes que los estaré apoyando incondicionalmente, pase lo que pase. Me conoces y sabes que no me importa enfrentarme a él abiertamente.—Cuando salí de las empresas del Hoyo sabía lo que ponía en juego, y
Cap. 103: CONFÍA EN MI PARTE IIMarcos regresa a Barajas, insultando y atropellando a todo el que se encuentra a su paso.Llama a su contacto.—¿Sabes a dónde fue?—En pocas horas se lo diré.—Pues haz que esas pocas horas sean pocos segundos, necesito tener la ubicación exacta de esos desgraciados. Ese Guzmán y Ricardo no me verán la cara.Llega a la mansión y entra pegándole gritos a Blanca.—¡Blanca, Blanca!La mujer sale azarosa de la cocina.—Dígame don Marcos, dígame que es lo que está pasando, porque viene así, usted tiene que cuidar su presión.—¡Qué presión ni qué carajo! ¡Prepáreme la tina ya que necesito darme un baño bien caliente!—¡Enseguida señor!—¡Vaya a despertar a Mara, que la necesito aquí! —le ordena con altanería, pero la queda mirando con el rabo del ojo y se da cuenta que Blanca no se mueve…—. O sea que tú sabías lo que pensaba hacer Mara y no me dijiste nada.—¿Cómo yo voy a saber lo que iba a hacer la señora Mara? Ella no me dijo nada, sólo que…—¿Qué, po