Cap. 83: UNA ESPERANZASofía, después de varios días en la familia Del Hoyo, recibe una llamada de Alphonse Durand, verdadera identidad del francés descarado, con quien mantiene un apasionado romance desde su secuestro.—Necesito verte, mi dulce Sofía.—Hoy tengo que ayudar a los niños a realizar los deberes del colegio. No podremos encontrarnos.—Porque no dejas ya de estar detrás de ese Ricardo que tanto te desprecia.—Yo tampoco quiero estar aquí, pero necesitamos dinero, y sólo con ellos lo obtendré.—Vamos a vernos en el centro comercial. Te espero a las tres de la tarde.—Veré como hago con los niños. Sofía entró al despacho de don Marcos y apagó las luces como de costumbre. Luego se fue a la habitación de los niños.Ricardo la oyó hablar por teléfono en francés y se sorprendió, siempre supo que Isabel lo dominaba a la perfección, por eso se le hizo raro, pues no sabía que Sofía también lo hablaba. Él entendía muy poco, pues se le obligó a estudiarlo, pero no le gustaba, sin
Cap. 84: AMANTELos días se sucedieron muy rápidos… Dos días antes del matrimonio, Ricardo llegó con los niños a “A Guarda”. Fue directamente a la casa de Arturo Cervantes.—Señora Isabel, el señor Ricardo y sus hijos están aquí —dijo el mayordomo.Isabel se levantó presurosa —: Dígales que ya bajo.Isabel se emocionó. Se cambió a un jeans y una ajustada franela. Puso un poco de labial… Y al verse en el espejo notó en sus ojos un brillo que la estremeció.—¿Acaso es la emoción de ver a mis hijos?Pero al bajar las escaleras y ver que Ricardo se alejaba en su auto… Sus hijos corrieron a ella y les sonrió, pero su corazón estaba oprimido.—Mis bebés, ¿y su papá? ¿por qué ni entró?—Es que tiene que regresar. Lo llamaron cuando llegábamos al aeropuerto.—¿llegaste a oír con quién hablaba tu papá?—Era el yayo Marcos, le oí decir que si no iba se iban a quedar en la ruina.Isabel sonrió…—Los Del Hoyo jamás quedarán en la ruina… —dijo Isabel.—Mami, ¿ya no tienes vómitos? —Isabel se
Cap. 85: VÁLIDO TODO ES – PARTE IIsabel está con Arturo en un lujoso restaurante en las afueras de A Guarda. Después, de pedir el vino espumoso y de que el mesero les sirviera las copas, Arturo toma una mano de Isabel entre las suyas, y se acerca a ella, luego le quita el mechón de cabello que al descuido cayó en su frente y le dice:—Es que es ya es tiempo de que sepas sobre mis sentimientos hacía ti, Isabel.Ella se siente ofuscada en ese breve instante y siente que nunca debió aceptar nada que viniera de ese hombre, pues ahora se daba cuenta de cuál era la verdadera intención de Arturo Cervantes. Recula, pero él se aproxima más.—Ya no sigas, por favor —le dice ella, pero él continúa:—Isabel tu eres una mujer muy especial para mí… Porque tú… Eres mi hija.Isabel desmesura sus ojos y se queda helada, su primera reacción fue…—¿Qué dices, Arturo? ¿De dónde sacas eso?—Es la verdad, yo soy tu padre biológico y tu madre es la hermana de Iker Del Castillo, la difunta Mayra Isabel
Cap. 86: VALIDO TODO ES – PARTE IIRicardo llegó muy temprano al puerto. Su propósito era estar allí con sus hijos y ver a Isabel casarse…Fue hasta la casa de Cervantes y no pudo evitar sonreír al verle la cara con un moretón al lado de su bien cuadrada barba.—Arturo, creo que te afeitaste apresurado o te golpeaste con la ducha… No sé pareces tener un moretón en el labio superior.—Eso es un golpe bien recibido, porque lo lleve por amar a una mujer, y los golpes por amor, siempre son bien recibidos en un hombre como yo…Ricardo enserio su rostro.—En ese caso deberías haberte afeitado todo el bigote y la barba así mostrarías más libremente ese orgullo de llevar golpes por andar con mujeres ajenas… —dicho eso se dio la vuelta y caminó hasta donde estaba Guzmán.—Jefe, dicen que “En la guerra y en el amor”, los golpes no son con cartón —jajaja, sino mire ese moretón”...Guzmán soltó una sonora risotada.—Ni creas, el muy desgraciado tiene la desfachatez de decirme que los lleva con
Cap. 87: MIRADA DE LUZIsabel miraba a Ricardo desde su posición y este apuntaba con sus ojos a su rostro.—Dime de una vez lo que me quieres decir, que me estás mirando como si fuese yo quien cometió el delito.—¡No! Hiciste algo peor que eso, estás incriminando a un inocente, sólo para alejarlo de mi lado. ¿Es eso Ricardo? —Isabel mascullaba las palabras para que no la oyeran. Ricardo oscureció su mirada, y cuando le iba a responder, Iker llegaba al lado de su hija.—¿En qué líos está metido este hombre Isabel? Tú nunca aprendes. Mira a tu hermana Sofía, siempre responsable y respetuosa con nosotros, sus padres, aquí está con Cecilia y conmigo y con su prometido —dijo dándole una mirada reprobatoria a Ricardo, por estar pegado a Isabel toda la noche—, como lo que somos unas personas dignas y decentes.—No te preocupes papá, él no está metido en nada de esas cosas, sólo que la política es así. —Nosotros nos vamos al hotel —dijo Iker mirando a Ricardo—. Espero que pronto se cons
Cap. 88: PROPUESTARicardo se va con Isabel, quien está furiosa. El chofer mira por el retrovisor y Ricardo le vuelve a ordenar con un movimiento de mentón. El chofer los lleva a un tranquilo y acogedor bar en la costa, en Vigo.—¿Por qué me traes aquí? Eres la última persona con quien quiero estar en este momento. Necesito tranquilidad, paz, sosiego y a tu lado sólo tengo todo lo contrario.—Isabel, sé por el momento que estás pasando. Pero por eso que estás pasando es que quiero que estés aquí, conmigo. Porque quiero que acabemos con todos los errores del pasado. Los ojos de Isabel se cristalizaron.—No quiero verte. Quiero tomar a mis hijos y retirarme lo más lejos posible de ti y de los tuyos. No tengo una vida estable ni armoniosa desde que entraste de nuevo en mi vida.Ricardo llamó a un mesero y pidió una botella de vino. Luego que les sirvieron las copas, tomó la de él de un solo sorbo. Isabel tenía la de ella al frente y sólo la alejó de sí.El sonrió al verla hacerlo.
Cap. 89: ¡PARA CUIDARTE!Isabel llegó a la mansión de su padre Cervantes, su corazón estaba abatido, sus fuerzas comenzaban a agotarse. Se miró al espejo. Ya su vientre comenzaba a abultarse, quizás poco perceptible para algunos, pero ya Ricardo había notado que sus senos estaban más llenos, entonces pronto tendría que dar la noticia y ahora su matrimonio con Alberto era… Era nada.«Por lo que oí del abogado, no hay dudas de que Alberto está metido hasta el cuello en ese lio, y es bien difícil sacarlo de allí. Sólo él puede hacerlo, por el camino que plantea Ricardo. Me siento tan culpable de todo lo que hizo Alberto por mí, para mis hijos… Él no merece estar en prisión »Brizna la sintió caminar inquieta en su dormitorio, tocó a la puerta suavemente y le susurró:—¡Isabel, Isabel! —ella abrió, cuidando no hacer ruidos.—Pasa.—¿Qué está pasando? ¿Qué ha sucedido con Alberto? ¿A dónde te llevó el animal de Ricardo? —Brizna preguntaba expectante.Isabel contó todo y al terminar
Cap. 90: ¡ROMPISTE TU SILENCIO!Guzmán llegó al bar donde estaba Ricardo, pero para su sorpresa, él no estaba allí. —¡Mierda! Este hombre se me fue al coño, pero con quién.Estuvo llamándole, pero el teléfono estaba inalcanzable. A la mañana siguiente, Guzmán, que no ha logrado pegar un ojo en toda la noche y sigue insistiendo con el teléfono de su jefe, pero no logra contactarle.«Bueno, ya debo irme a la oficina, cuando despierte que me llame, seguramente está dormido en el hotel…»***Ricardo despierta en su habitación del hotel.—¡Mierda, ¿cómo llegué aquí? —toma su celular y esta descargado, mira su reloj y son las 7 de la mañana… Sacude su cabeza mientras ordena sus pensamientos que llegan todos a la vez…—Tengo que irme al registro matrimonial de inmediato…Antes de meterse al baño pone su celular a cargar la batería y al salir ve que tiene llamadas perdidas de su padre, de Guzmán y de Isabel.Llama a Isabel pero esta, no le contesta, recibe una respuesta de ella en un mensa