Cap. 26: EL PERRITO – PARTE II Los niños estaban en la ventana y el perro saltaba ladrándoles desde afuera, con el cuello erizado, indicio claro de que estaba embravecido.Eneida transformó su rostro al ver los niños en la ventana, sólo verlos supo de inmediato que eran los hijos de Ricardo, eran idénticos al niño de los álbumes fotográficos que tenían sus padres. Se paró en medio de la sala, con el perro agarrado por el collar. —¿Quiénes son ustedes, escuincles? Ricardito sintió que la sangre le hirvió al oír que les llamaba así. Se levantó enseguida. —Oiga, espere, ¿a quién se dirige de esa forma? ¿Acaso es a nosotros? —¡WoW! Muy respondoncito tú, ¡¿eh?! Claro que es con ustedes, ¡escuincles! —Cuide sus palabras, señorita, porque no sabe a quién le habla. Yo no sé quién es usted, pero si sé quiénes somos nosotros, y quienes son nuestros padres. Y no le va a gustar cuando yo le diga que mi padre es el CEO Ricardo Del Hoyo, el dueño de todo esto. —Mira muchachito… —Eneida
Cap. 27: ¡ MAMI FURIOSA!—Marcus, hijo, mírame, soy yo, tu papi, ya el perrito se fue. Ven acá hijo —Marcus soltó la manilla y Ricardo lo alzó en brazos. Estaba en estado de Shock, su rostro pálido, mientras que sus manitas le temblaban.Ricardo lo apretó contra él, sacó sus manitas y las apretó en las de él.« Dios mío, ¿Qué estoy haciendo con mis hijos? Aquí tiene que estar su mamá con ellos también… Estoy seguro que si ella hubiese estado aquí no pasa esto, las madres son precavidas. Yo lo sé por la mía, siempre anticipan el peligro y lo evitan mayormente »—Ya pasó hijo, tranquilo. Ya se fue el perrito, mi amor, mírame, papi esta aquí, no pasa nada hijo…Ricardito se acercó a su papá, él en realidad estaba más calmado, pero aún con la impresión de los minutos horribles que vivió.—Papi, él se pone así cuando se asusta, pero ya se le va a pasar. Marcus lloró en el hombro de su papá, que se agachó y alzó también a Ricardito—No papi bájame yo puedo subir solo —le decía Ricardito.R
Cap. 28: ¡JAMÁS, COMO A MI! Isabel estaba ya con la voz quebrada, ya su razón estaba a punto de abandonarla en su desesperación.—Ricardo ponme a los niños, pónmelos. Y hazme el favor, Ricardo envía a quien sea a buscarme a primera hora mañana, yo necesito ver a mis hijos, a todos.—Ya los vas a ver, pero Isabel ellos están bien… Sólo fue algo que yo no pude evitar y que no pasó a mayores. Lo siento, les he pedido perdón de mil formas a mis hijos, ¿crees que no estoy mal con todo esto? Pues sí, me siento fatal, cuando pienso que pudo ser peor quiero morir de sólo pensarlo.—¿Dónde estabas? ¿Por qué no estabas con ellos? Pásame a mis hijos, quiero verlos.—Yo estaba con ellos durmiendo, Marcus salió de la habitación porque está lloviendo y quiso meter el perrito para adentro.—Ricardito lo siguió, ¿verdad? ellos dos se presienten todo. Pásame a Ricardito, por favor… —la pobre Isabel estaba pálida, ya comenzaba a temblarle la voz.Ricardo se puso muy triste porque sabía que ahora s
Cap. 29: VISITA INESPERADA « “Él no te amara, jamás te amará como a mi” ¿Eso le dijo? », se preguntó Ricardo.Sus palabras tocaron en su cabeza. Ricardo sonrió de medio lado. « Entonces mis sospechas son ciertas… Entonces Isabel… —Ricardo entrecerró los ojos—, se dio cuenta de eso desde antes… ¡AAAAH! Isabel esta clara en eso, entonces lo otro es una osadía prepotente sobre mi persona… Isabel Del Castillo tendrás que aclararme eso. ¿Cómo es que tú estás tan segura de ese amor, y me desechas? ¿Pero con qué derecho alardeas de ello? » Ricardo bajó sonreído y la esperó en la puerta. —Ricardo, ¿dónde están mis hijos? —¿Quieres pasar a mi despacho y conversamos sobre nuestros hijos? —No tengo tiempo, Brizna me espera y quiero regresar al pueblo hoy mismo. —Puedes acercarte a su auto y decirle que yo te llevó o el chofer. ¿Por qué tanta prisa por regresar? Los niños están durmiendo la siesta y no es recomendable despertarlos. Tomó aire profundo para decir con calma: —Está bien,
Cap. 30: NUEVO MATRIMONIO Ricardo recortó la distancia entre ellos dos y la tomó por el brazo.—¡Cállate! —Exclamó, a su vez que la llevaba empujada a la puerta—. Regresa por donde viniste. No tienes nada que buscar aquí. No te quiero cerca de mí, entiéndelo de una vez.—Eres tan idiota Ricardo Del Hoyo, ¿Estás tan desesperado por darle un heredero a tus padres que no quieres aceptar que esos niños son de otro hombre? ¡Eres tan absurdo!—¡Vete!—Ricardo la echó afuera de un tirón y cerró con fuerzas la puerta.Subió las escaleras en carrera, pero ya Isabel bajaba con los niños. —Isabel espera, no te vayas.—Ricardo no hagas un espectáculo delante de los niños, no quiero que vean nada de esto.Ricardo la tomó de la mano, y se agachó frente a los niños para hablarles.—Hijos, mami y yo vamos a hablar a solas en el despacho, ¿Pueden esperar en la habitación, por favor?—¡Sí, papi!Isabel resopló y lo siguió llevada de su mano.Los niños:—Hermanos, ¡¿vieron a papi y mami?! —Los o
Cap. 31: ¿OBEDIENCIA? « ¿CÓMO? ¿Otra vez seré yo el que le da la espalda a Isabel cuando más me necesita? » Maiara suelta un llanto inusitado, quizás su corazón siente el rechazo de Marcos del Hoyo, mira a su abuelita con cara de tristeza mientras sus ojitos se llenan de lágrimas. La abuela Mara, con sus ojos muy abiertos y presurosa la levanta en brazos y se los lleva a su habitación. —¡Vamos, que esta yaya* les trajo muchos regalos y quiero que los vean todos! Doña Mara salió con los niños, dejándolos con su discusión. —Pero papá, ¿Sofía del Castillo? No la conoces, ella es… —Eneida ahora estaba visiblemente inquieta, pero don Marcos la interrumpió: —¡¿Acaso has olvidado las reglas de la familia Del Hoyo, Eneida?! —Don Marcos alzó su tono, mostrando desagrado a Eneida por su intromisión, nadie podía cuestionar sus decisiones. Aunque ella tenía razón, no conocía a Sofía. Don Marcos pronunció su última palabra: —Ya te dije, esas son tus únicas opciones, o te casas con S
Cap. 32: RAZÓN O AMOR –PARTE I Ricardo se viste elegantemente, respira profundo frente al espejo y se endereza los puños y el cuello de su traje.Está listo para ir a su fiesta de "compromiso" con su cuñada Sofía, pero su decisión ya estaba tomada y sería una gran sorpresa para sus padres.Al bajar, Eneida esta enfurruñada en un diván de la sala. Lo mira bajar las escaleras y su corazón y razón se dislocan.—Ricardo, ¿vas a aceptar la voluntad de padre? —lo toma de la mano.—Eres tan falsa Eneida. Todo lo has hecho tú, tú provocaste este caos. Debes estar feliz…¿Por qué me odias?—¿Cómo podría odiarte Ricardo? Eres… Eres… —su razón estaba a punto de dejarla y su “amor enfermizo” de traicionarla—. ¡Eres la persona más importante de mi vida!—¡Me imagino! ¡Vaya forma de demostrarlo! —mirándola despectivo soltó su mano de su agarre y respirando profundo le espetó —: Por amor a mis padres seguiré siendo lo que soy, pero a ti no tengo por qué aguantarte.Eneida quedó contraria
Cap. 32: RAZÓN O AMOR –PARTE II Sofía obstaculizaba el paso de Ricardo y él, enfadado e impaciente, la movió con brusquedad al pasar.—¡Te dije que te apartes de mi camino!Sofía salió del jardín llorando y subió a su habitación. Su odio hacia Isabel aumento aún más.Don Marcos se levantó en cuanto vio a su hijo entrar a toda prisa sin Sofía a su lado—¿Dónde está Sofía?—Ha ido al baño, tiene indigestión por el banquete… —Dirigiéndose a Iker con la mirada añadió—: Quiero hablar con el ex suegro.—¡No tienes modales! ¿No tienes que interrumpir cuando estamos hablando lo mayores?—Don Marcos, no se enfade, no se enfade en este buen día, el yerno puede hablar conmigo a solas. Si tiene algo que decir, yo le oiré y .me arreglo con él.Ricardo, incapaz de ver a Iker como un señor, tomó la delantera y salió por la puerta de la antesala, susurrando:—Por favor, ven conmigo.Don Iker entró adelante y Ricardo detrás…—Siéntese mi futuro yerno, de nuevo formaremos est