Cap. 17: PASEORicardo salió a despedir a Iker del Castillo, pero no se imaginaba que los niños estaban en la puerta, Iker nunca le dijo que los había traído.Ricardo desmesuró sus ojos y la alegría y felicidad le saltó hasta por los poros. Marcus corrió a abrazarse a sus piernas, mientras que Maiara, lo miró con una sonrisa escondida en sus labios apretados y sus mejillas rojas.—¡Papi! —le gritó Marcus. Ricardo se agachó en cuclillas y abrazó fuerte a su hijo, mientras le tomaba de la mano a Maiara y la jalaba para su otro brazo, dándole besos a los dos.— Mis hijos, ¡no saben lo feliz que me hace verlos de nuevo!—Papi, abuelo dijo que vamos a llevarte a pasear en auto rojo.—Sí, hijo, yo los voy a llevar a pasear en auto rojo o en el que tú quieras.—Mira, yo quiero hacer pipi —Dijo Maiara.Ricardo le miró y ella volvió a ponerse roja.—Soy tu papi, así que vamos, yo te llevó.—Papi, Maiara no le gusta, ella sola al baño ya sabe ir. La lleven, que no le gusta.—Entonces vamos y
Cap. 18: MINA DE ORO Isabel está sentada en un banco del parque, mira a los niños correr de un aparato a otro y Brizna también con ellos. Isabel está sonreída con la emoción de todos, a su lado Ricardo complacido le miraba el lado de la cara que daba a él.—Isabel, ¿puedo hablar contigo? —le preguntó Ricardo, procurando el tono más suave que pudo.Ella, echando su cabeza hacia atrás, borró la sonrisa de su rostro y se volvió a él. Aún hay cosas que no le permiten sentirse a gusto al lado de él como antes.—Dime —le dijo Isabel alejándose al lado contrario de él.—¿Tienes que ser tan hostil conmigo? —Ricardo subió el tono de voz, se sintió afectado por su reacción.—Sabes que no soy así. Sólo quiero que entiendas que nada puede ser igual... —los ojos azules de Ricardo brillaban, mirando fijamente a Isabel, ella intentaba escapar de su mirada—. Los niños son adorables ¿verdad?—Mira, sé cómo te sientes, sólo quiero que no te sientas preocupada por todo esto, he resuelto el proble
Cap. 19: PAGO Isabel averiguó los precios para cambiarse de país, y ya sabe a dónde irá, muy lejos, pero la empresa promotora que les pagará las demoliciones de las casas, ha decidido enviar un aviso a Isabel Del Castillo. Después de dos semanas transcurridas en que se firmó el acuerdo entre Ricardo y los propietarios, ya todos recibieron su pago menos Isabel. Ella, recibió la visita de Guzmán. —Señora Isabel, usted debe estar preocupada por qué no ha recibido el pago por la casa para la demolición, pero es que el día que vino el señor Ricardo usted no fue a la reunión y no firmó el documento del acuerdo. —Guzmán, ¿no me diga que Ricardo se está basando en eso para retenerme aquí? Ya hace más de dos semanas que los demás recibieron el pago, y ya andan en la búsqueda de casas para comprar y mudarse, entonces ¿cómo es que él no me paga a mí? Él sabe el por qué no fui a esa reunión y ni siquiera sabía que él era el propietario de la promotora en ese momento. —Vuelvo y le repito
Cap. 20: CENA – PARTE I Ricardo se levanta muy temprano, la emoción de ese día lo lleva a pensar en todo lo que quiere hacer. « Debo convencerla, sé que esta difícil, la forma en que me trató en la noche que fuimos al parque me dejó en claro que es una mujer guerrera y que no necesita de un hombre como bastón, así que mi tarea es demostrarle que no seré su bastón sino su compañero de vida, que quiero estar siempre con ella y con mis hijos porque soy yo quien los necesita, porque somos uno para nuestros hijos y porque podremos llegar a ser uno por y para nosotros mismos. Tengo que demostrarle que la quiero, y hacer que ella también vuelva a confiar en mí, y llegue a quererme, y a necesitarme » Está ya listo para salir y suena su teléfono, se detiene en el pasillo. Es Guzmán. —Buenos días, Guzmán, dime que andas haciendo tan temprano. —Bueno jefe, como siempre. Le comentó que yo nunca había visto a la señora Isabel tan molesta como anoche cuando le dije que usted no le iba a pa
Cap.20: CENA – PARTE II Salió en su Mercedes blanco, Al llegar, Brizna salió y Ricardo bajó del auto. —Buenas noches. ¿Isabel esta lista? —¡Voy ! —Oyó desde adentro a Isabel. Los niños venían con ella. Ricardo se sonrió y sus ojos no podían emitir más brillo al ver lo hermosa que estaba Isabel. —Papi, ¡¿Estás sordo! —Dijo Marcus, él lo llamaba, pero Ricardo no lo oía. —Marcus, ¿no ves que está lelo viendo la belleza de mami —Ricardo se volvió a verlos y alzó a Maiara. —Tienes razón Ricardito, soy un pobre tonto ante su belleza. —Eso mami, papá está halagando lo bella que eres —le dijo Ricardito. —Pero papi está bello también —dijo Maiara. —Es que papi, quiso estar acordé a su mamá, pero se me hace imposible, ella me opaca totalmente. Ricardo bajó a Maiara y le dio un beso a cada uno en las mejillas. —Esta noche, ¿me dejan llevar a su mami a cenar fuera? Les prometo que la cuidaré. —Está bien papá —dijo Ricardito y bajó la mirada para decir—: Pero si se van a quedar afuer
Cap. 21: EL VESTIDO —Entonces, en cuanto al dinero de la demolición de tu casa, ¿Aceptas mi plan de pago?— Ricardo perdió la paciencia y preguntó. —¿Qué has dicho? ¿No entendí bien lo que quieres decir? ¿Qué no vas a pagarme el dinero de mi casa? —Isabel se hace la tonta, ella sabe perfectamente cuál es el plan de Ricardo. —Como no estuviste presente el día de la firma… No hubo forma de acordar un importe de liquidación contigo. Es más, ese pago a plazos es una cortesía extra que te hice, porque la verdad ni siquiera tenías opción para recibir ni un céntimo. —Mira Ricardo, ¿con quién crees qué hablas? Mi trabajo es en la industria de la construcción, y sé perfectamente que estás haciendo esto ilegalmente. ¿O acaso no lo sabes? —¿Entonces…Es lícito que tú, como mi esposa, escondas tus bienes y los utilices para comprar una casa? Sólo estoy recuperando lo que es legítimamente mío, y te devolveré lo que es legítimamente tuyo. —¡Estás siendo… Estás siendo un arbitrario! ¡Eres un d
Cap. 22: SIGA VINIENDO Guzmán resopló y viendo con incredulidad a su jefe dijo—: No golpeé a la señora Isabel, ella salió en carrera vociferando molesta y cuando iba a detener a un taxi que pasaba giró la cara sin ver el poste y se dio un golpe, yo sólo la ayudé a llegar al coche. —¿Qué vociferaba antes de golpearse? Guzmán se mesó los cabellos mirándolo dudoso. —¿QUÉ DIJO? —le gritó Ricardo exasperado. —Es mejor que no lo sepa, no le va a gustar nada... —¡HABLA YA! Ella dijo—: “¡ERES UN CABRÓN, RICARDO DEL HOYO!… Esto te pasa por andar asando dos conejos a la vez —Guzmán repitió imitándo el tono de voz de Isabel—. ¡Jefe, no se enoje! Inesperadamente su jefe no perdió la compostura, se quedó calmado. —¿Y ahora que hacemos, jefe? —Susurró Guzmán, viendo a la mujer como dormida. —¿Qué hacemos? ¡Llevarla al hospital, que la vea de inmediato un médico! No puedo perderla ahora que volví a encontrarla. ¡Vamos, apresúrate! Tras confirmar que Isabel estaba bien, Ricardo pid
Cap. 23: JUEGO GANADO —A mí me gusta el día de campo —dijo Maiara —A mi también —secundó Marcus. —A mi no —dijo Ricardo rotundo—perdimos en el futbol con papá el año pasado. —¿Por eso no quieres tu ir? —Marcus, ¿no te da rabia? El otro equipo tiene un goleador, el papá de Santi, ellos juegan con su papá, nosotros jugamos solos. Yo le iba a pedir a papá que fuera a jugar con nosotros, pero le dijo a mami que tenía una reunión importante mañana en su trabajo. Sentí como si me respondió a mí. Sólo lo pensé… Ricardito ahogó sus palabras a punto de llorar. Ricardo sintió que su corazón se exprimía, sus ojos se aguaron y cuando se iba a levantar, alguien lo detuvo, al volverse, era Guzmán y se hizo un cierre en la boca agachándose con él. —Maiara tienes que convencerla —Repitió Ricardito, después de recomponerse. Los tres corrieron hacia donde había ido el avioncito y Guzmán ayudó a levantar a su jefe, entonces le dijo: —Jefe, usted no puede faltar a esa reunión mañana. —Nada