Cap. 14: HIJOS Ricardo estaba furioso, sus ojos estaban tan azules y chispeantes que Isabel se quedó trémula en su asiento sin poder refutarle nada de lo que decía. —Nuestra separación es nuestro problema, pero los niños son mis hijos, no tenías por qué decidir por mí, tu silencio nos separó por mucho tiempo, violaste mis derechos como padre, pero eso no es lo más importante Isabel, lo más importante es que violaste el primordial derecho de ellos como niños “conocer y disfrutar de su padre”… Tu deber era informarme que ellos estaban en tu vientre cuando saliste de mi casa y tú lo sabes—le gruñó. Se dio la vuelta con los puños apretados y salió de aquellas paredes. Ricardo fue hasta donde estaban los niños jugando frente a aquél hombre en la playa. Los llamó. —¡Ricardito! ¡Marcus! —Los dos niños corrieron a su encuentro, pero Maiara se arrinconó al lado de Alberto, que la cargo y levantándose, se dirigía a la casa de Isabel. —Maiara —le dijo Ricardo, poniéndose en el camino de
Cap. 15: EL FUTURO Isabel, al entrar sus hijos en la casa. —Alberto gracias por llevar a los niños contigo un rato, discúlpame por pedírtelo. —No te preocupes Isabel, sabes que puedes contar conmigo. Alberto es un hombre muy callado, en el fondo de su corazón quiere a Isabel. Después de conocerla durante estos años, Alberto la considera su amor de vida, una madre carismática, una profesional y una mujer sexy que se ha vuelto más atractiva con los años, hasta ha tenido sueños eróticos con ella y cada vez la desea más. La situación actual le preocupa tanto a Alberto, que si él tuviera el dinero, con gusto se la llevara lejos ahora mismo y le pediría matrimonio. —Mami, ¿tú estás triste?—le preguntó Marcus, arrugando su frentita y aguando sus ojitos. —Marcus, mamá y el tío Alberto están hablando, dejémoslos solos, vamos a comer galletas —le advirtió Ricardito, limpiándole las lágrimas que Marcus dejó salir. —Mami, tengo hambre —dijo Maiara. —Vamos todos a la mesa a comer las gal
Cap. 16: NEGOCIOS – PARTE IAl día siguiente en horas del mediodía Brizna llegaba a la calle donde está su casa y la de sus vecinos, traía una encomienda muy importante.—Ahora todos se tiran acostaditos en los asientos para llegar de sorpresa a la casa —Brizna les hablaba en susurros mientras ella y Ricardito se reían cómplices de la travesura para los más pequeñitos —, y ya saben no pueden estar en el jardín delantero de la casa ni salir a la calle, mucho menos hablar con extraños, sobre todo tú Marcus que eres el más “social” de los tres… Ricardito estarás muy pilas con eso.—¡Entendido Tía! ¡Te escuchando estoy! —Marcus repetía mientras reían acostados en el asiento trasero, él y Maiara.Así entraron y nadie, en apariencia los vio. Una semana después…Sofía tenía días oyendo voces de niños en la casa de su vecina del frente, eso la mantuvo intrigada, ese día llegaba de hacer unas compras, de repente oyó las risas y voces provenientes del patio de Brizna. Le pareció extraño,
Cap. 16: NEGOCIOS – PARTE II Mientras tanto, Ricardito está sentado en la cama esperando a que Brizna salga del baño. Al verla salir le dijo: —Tía Brizna, Marcus y Maiara han desaparecido del portón. —¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? —Tía yo los vi que estaban hablando con tía Sofía. Vine a decirte, pero estabas encerrada yo te llamé pero con esos audífonos, me devolví al jardín, pero ya no estaban los niños. —¡AY! ¿Cómo le digo a Isabel?… Brizna corrió a la casa del frente. —Espérame aquí Ricardito y, por favor, ni te asomes a la puerta, nadie debe saber que estás aquí. Brizna salió a recibirla cuando la mucama le aviso. —Hola Brizna, ¿a qué debo tu visita? —Sofía no hace falta que finjas delante de mí, sé que tienes a Marcus y a Maiara, los niños de Isabel. —¿A quiénes? ¿Es que hay más además de Ricardito? —fingió sorprenderse. —Sofía, tu eres hermana de Isabel, esos niños son tus sobrinos, tu deber es cuidarlos y protegerlos. No seas mala con Isabel. —Tú no sabes nada de mí, pa
Cap. 17: PASEORicardo salió a despedir a Iker del Castillo, pero no se imaginaba que los niños estaban en la puerta, Iker nunca le dijo que los había traído.Ricardo desmesuró sus ojos y la alegría y felicidad le saltó hasta por los poros. Marcus corrió a abrazarse a sus piernas, mientras que Maiara, lo miró con una sonrisa escondida en sus labios apretados y sus mejillas rojas.—¡Papi! —le gritó Marcus. Ricardo se agachó en cuclillas y abrazó fuerte a su hijo, mientras le tomaba de la mano a Maiara y la jalaba para su otro brazo, dándole besos a los dos.— Mis hijos, ¡no saben lo feliz que me hace verlos de nuevo!—Papi, abuelo dijo que vamos a llevarte a pasear en auto rojo.—Sí, hijo, yo los voy a llevar a pasear en auto rojo o en el que tú quieras.—Mira, yo quiero hacer pipi —Dijo Maiara.Ricardo le miró y ella volvió a ponerse roja.—Soy tu papi, así que vamos, yo te llevó.—Papi, Maiara no le gusta, ella sola al baño ya sabe ir. La lleven, que no le gusta.—Entonces vamos y
Cap. 18: MINA DE ORO Isabel está sentada en un banco del parque, mira a los niños correr de un aparato a otro y Brizna también con ellos. Isabel está sonreída con la emoción de todos, a su lado Ricardo complacido le miraba el lado de la cara que daba a él.—Isabel, ¿puedo hablar contigo? —le preguntó Ricardo, procurando el tono más suave que pudo.Ella, echando su cabeza hacia atrás, borró la sonrisa de su rostro y se volvió a él. Aún hay cosas que no le permiten sentirse a gusto al lado de él como antes.—Dime —le dijo Isabel alejándose al lado contrario de él.—¿Tienes que ser tan hostil conmigo? —Ricardo subió el tono de voz, se sintió afectado por su reacción.—Sabes que no soy así. Sólo quiero que entiendas que nada puede ser igual... —los ojos azules de Ricardo brillaban, mirando fijamente a Isabel, ella intentaba escapar de su mirada—. Los niños son adorables ¿verdad?—Mira, sé cómo te sientes, sólo quiero que no te sientas preocupada por todo esto, he resuelto el proble
Cap. 19: PAGO Isabel averiguó los precios para cambiarse de país, y ya sabe a dónde irá, muy lejos, pero la empresa promotora que les pagará las demoliciones de las casas, ha decidido enviar un aviso a Isabel Del Castillo. Después de dos semanas transcurridas en que se firmó el acuerdo entre Ricardo y los propietarios, ya todos recibieron su pago menos Isabel. Ella, recibió la visita de Guzmán. —Señora Isabel, usted debe estar preocupada por qué no ha recibido el pago por la casa para la demolición, pero es que el día que vino el señor Ricardo usted no fue a la reunión y no firmó el documento del acuerdo. —Guzmán, ¿no me diga que Ricardo se está basando en eso para retenerme aquí? Ya hace más de dos semanas que los demás recibieron el pago, y ya andan en la búsqueda de casas para comprar y mudarse, entonces ¿cómo es que él no me paga a mí? Él sabe el por qué no fui a esa reunión y ni siquiera sabía que él era el propietario de la promotora en ese momento. —Vuelvo y le repito
Cap. 20: CENA – PARTE I Ricardo se levanta muy temprano, la emoción de ese día lo lleva a pensar en todo lo que quiere hacer. « Debo convencerla, sé que esta difícil, la forma en que me trató en la noche que fuimos al parque me dejó en claro que es una mujer guerrera y que no necesita de un hombre como bastón, así que mi tarea es demostrarle que no seré su bastón sino su compañero de vida, que quiero estar siempre con ella y con mis hijos porque soy yo quien los necesita, porque somos uno para nuestros hijos y porque podremos llegar a ser uno por y para nosotros mismos. Tengo que demostrarle que la quiero, y hacer que ella también vuelva a confiar en mí, y llegue a quererme, y a necesitarme » Está ya listo para salir y suena su teléfono, se detiene en el pasillo. Es Guzmán. —Buenos días, Guzmán, dime que andas haciendo tan temprano. —Bueno jefe, como siempre. Le comentó que yo nunca había visto a la señora Isabel tan molesta como anoche cuando le dije que usted no le iba a pa