Lía supo que no podía resistirse, se dejó llevar por ellos, la subieron en la parte trasera del auto, pasaron los seguros para evitar que ella escapara.
"¡M@lditos idiotas! Soy loca, pero para nada tengo instintos suicidas y tampoco soy una filicida, para lanzarme en un carro en movimiento con tremenda barriga", se dijo mentalmente mientras los hombres se sentaban en la parte delantera del coche, sin revisarla.
Metió su mano en el bolsillo de su vestido y sacó el celular cuidadosamente, rogando que no fuera descubierta y envió un mensaje a su esposo.
"Marcos, ¡Estoy en peligro! Me han secuestrado, no sé dónde me llevan y tampoco el paradero de tus pinches guardaespaldas"
Terminando de enviar el mensaje, empezó a escucharse una ráfaga de disparos, se tiró en el asiento porque no quería ser impactada por ninguno, amaba demasiado su vida para terminarla de e
La parte racional de Lía le decía que de nada serviría correr porque igual iban a terminar atrapándola, pero la verdad, en momentos como ese, acabas mandado la racionalidad al carajo y te dejas embargar por ese miedo que penetra como una corriente fría por tus pies y se propaga por todo tu cuerpo de manera desagradable, el estómago se te encoge y tu inteligencia termina anulándose por completo y a pesar de saber todo eso es imposible controlarse.Por eso corrió, con ganas de escapar y salvarse, después de todo es ese un instinto natural de los seres humanos, apenas dio unos pocos pasos aparecieron dos hombres más, uno de ellos quien la secuestró, el otro no lo había visto con anterior, se pararon en la puerta impidiéndole el paso, ya ninguno cargaba la capucha puesta y uno de ellos sonreía con una clara expresión de desprecio.Ella se giró hacia é
Marcos no había dejado de buscarla, estaba haciendo todo lo humanamente posible para encontrarla, pero lamentablemente no daba con ella, tenía desde el día anterior cuando desapareció sin dormir, por esos sus ojos estaban inyectados de sangre, sus ojeras pronunciadas destacaban en su hermoso rostro, sus delgados labios denotaban un evidente rictus de molestia y preocupación.En ese momento, estaba en la sala del departamento que compartía con Lía, pues recibió un mensaje de un número desconocido donde le decían que a las once de la mañana le darían una información importante sobre el paradero de Lía y sus hijos.Paseaba de un lado a otro de la sala, pasándose la mano por la cabeza en un gesto de frustración, su padre y su madre lo observaban sentados en el sofá con inquietud, sus rostros demacrados, dejaban ver cuán difícil era tambi&eacu
Cuando Lía los vio salir, dejó de fingir estar muerta, abrió los ojos y miró a todos lados mientras rogaba en su interior porque no regresaran, se sentía adolorida, como si le hubiesen caído a palazos y quebrado cada hueso de su cuerpo, llevó la mano a su vientre y aún seguía abultado. Vio nacer a tres de los cuatro fantásticos, mas ni siquiera pudo tenerlos en sus brazos, besarlos, demostrarles por lo menos unos segundos su amor, eso le causó un profundo dolor, sobre todo porque no sabía si podía volverse a reunir con ellos, solo pensar en eso la aquejaba una terrible angustia.“No debes quebrarte Lía, aún está una niña en tu vientre, no puedes derrumbarte”, se dijo, acariciándose su panza mientras hablaba “Debes aguantarte un poco más pequeña, no puedes nacer en este momento, porque corremos peligro”, manifest&oa
Los hombres quienes habían secuestrado a Lía estaban muy nerviosos, buscándola afanosamente, mientras lo hacían, vieron las huellas de sangre en el piso y decidieron seguirla, sin embargo, luego de buscarla por un tiempo, no la consiguieron.—Quizás debamos recorrer los hospitales y clínicas cercanas, lo más probable es que esté buscando un centro de salud para ser atendida, después todo aún tiene un niño en su vientre, el cual debe ser expulsado —señaló el hombre.—Me gusta como piensas, ahora vamos a empezar a buscarla por los hospitales cercanos, si la encontramos, regresamos a la niña a su padre y a la mujer la lanzamos al mar como era el plan, sin posibilidades de salir —sonrió Pelón, con una clara expresión de maldad, entretanto subían al automóvil para hacer su recorrido.****Hefesto Ale
Hefesto alimentaba a la pequeña, no sabía cómo llamarla porque hasta ahora su madre no había despertado, por eso no tenía idea del nombre que le pondría, la llamaba bebé o niña, Evan a su lado no dejaba de observar como la alimentaba, con una expresión de alegría.—Es mi bebé —murmuró el niño en tono posesivo, besando la frente de la niña, quien comía con mucho apetito.Era impresionante como en una semana la pequeña burusa en sus brazos, aumentó más de un kilo, sin embargo, era muy inquieta, le costaba dormir si no acostaba a Evan a su lado, es como si le gustara sentirse apretada. Terminó de alimentarla, le sacó los gases, enseguida la nena emitió dos fuertes eructos, para un momento después comenzar a llorar.—¿Por qué lloras pequeña? No me digas ¿Aún tienes hambre? ¡Válgame Dios! Definitivamente, comes más que un remordimiento —expresó sirviéndole otro biberón.Cuando estaba concentrado alimentándola por segunda vez, escuchó un murmullo provenie
Hefesto se apartó de su lado cubriendo su preciado tesoro, sus genitales, le provocaba salir corriendo antes ser convertido en papilla por la mujer,”Corramos Hefesto es mejor decir ese cobarde huyó, que decir era valiente y aquí murió", le dijo su conciencia, mas llegó a la conclusión de que si eso se supiera, sería el objeto de burla de los Kyriakidis.—No sé de qué estás hablando Amalia, si recordaste entonces retomamos nuestro matrimonio dónde lo dejamos, además, no tuvimos ningún bebé en un tubo de ensayo, fue a través de la unión natural entre tú y yo, si quiere hoy mismo te muestro como —murmuró con nerviosismo.—¿Unión? El del intestino delgado con tu ciego —ante esas palabras Hefesto frunció el ceño desconcertado, de dónde podía sacar tantas ideas locas e
Marcos la vio y la mujer temblaba como si estuviese muy aterrada con su presencia, no obstante, las alarmas en el hombre se encendieron, si tanto miedo le tuviera no estaría ante su presencia “¿Qué buscaba Halley?”, pensó. Ya todo ese suceso había sido suficientemente traumático. Luego de haber recuperado el sentido por la pérdida de Lía, cayó enfermo por más de dos semanas, todo lo que comía lo vomitaba, por lo cual sus planes de atender a los pequeños, debieron suspenderse, mientras estaba convaleciente siendo medicado y con hidratación.En ese tiempo, la policía por su parte llegó a una pista para descubrir los acontecimientos tras la muerte de Lía, sin embargo, al final no llegó a ningún lado, cuando encontraron asesinados con dos tiros en la frente a los hombres involucrados en el secuestro, de allí todo el proceso se volv
Hefesto sintió como su frente comenzó a perlarse de sudor, a pesar de estar en un espacio donde funcionaba un aire acondicionado, no podía controlar el avasallante calor, no le quedaría más alternativa que decir la verdad. Justo cuando iba a empezar hablar, su teléfono celular comenzó a sonar, fue salvado por la campana o mejor dicho por el timbre del celular. —Espera un momento, ahorita te atiendo, es de Atenas —atendió la llamada de inmediato, sintiendo un poco de temor al hacerlo, el único que conocía de su paradero era su hermano menor y con quien siempre tenía contacto. “Hermano, soy yo, Poseidón, debes venir con urgencia Ha ocurrido una emergencia familiar, Basha se ha suicidad0.” Al escuchar esas palabras, Hefesto sintió que todo le daba vuelta, se dejó caer en el sofá como si le hubieran dado una patada en el estómago sacándole todo el aire. Más que una sobrina, era como una hermana, con quien se crió, su compañera de travesuras, de andanzas,