Ante las palabras de Marco, Evan se quedó estático, meditando en que respuesta darle, no quería exponer a Diego y crear un abismo entre ambos.
Hebe, como estaba cerca de su hermano, se acercó con una sonrisa.—¿Buscas a Diego? —interrogó con inocencia.—Sí, ¿Lo has visto? —preguntó Marco y ella se sonrió con una expresión de picardía.—Sí, andaba con Anaís y… ¿Estás segura de que ella es tu novia y te es fiel? —Marco la vio con un gesto de desconcierto, si bien sabía que esa pequeña no era tan simple, mas prefirió no responderle—. Porque los vi besándose en el lateral izquierdo del jardín. Marco no hizo ningún gesto, caminó hacia donde le indicó la niña, seguido de cerca por un preocupado Evan.—Marco, no vayas a cometerLa rabia se agitaba en el interior de Diego como si fuesen las olas de un tormentoso mar, no pensó en más nada, sino en hacerle pagar a Miguel por todo el mal que le hizo a Anaís, se subió al auto y arrancó como alma que lleva al diablo, sus ojos se nublaban, por momentos dejaba de ver la carretera, sin embargo, eso no le impedía seguir acelerando. No supo cuánto tiempo tardó, ni cuantos semáforos pasó en rojo, las palabras de la chica le martillaban en la cabeza, causando un profundo tormento en él.—No debí huir de esa manera, así mi hermano la amara, debí quedarme y ayudar a cuidarla ¡Soy un imb3cil! —exclamó golpeando el volante con fuerza.Llegó al frente de la residencia de los Araya, entró corriendo, abrió la puerta de la verja con una fuerte patada, la ira no había menguado lo mínimo en él.—
Miguel padre observó orgulloso a su hijo cuando se dio cuenta de que lo obedeció y terminó disparándole al segundo hijo de Marcos Estebans.—Dame el arma y le doy el tiro de gracia en la cabeza, le diste fue en la pierna, así puede quedar vivo —pidió el hombre extendiendo su mano para quitarle el arma a su hijo.—No te preocupes papá, me encargaré de eso, no creo que quede vivo, el disparo se lo di afectando su arteria y vena femoral, nadie lo salvará, morirá en tres minutos.—¿Cómo lo sabes? —preguntó el hombre sin entender.—Porque tengo muy buen conocimiento del cuerpo humano, sé dónde puede o no hacer daño. No te preocupes por este Esteban, déjame llevármelo y tirar su auto por algún desfiladero con él dentro. Así su familia no podrá encontrarlo con facilidad —respir
Treinta minutos antesMiguel, luego de haber realizado un largo recorrido, cuando se dio cuenta de que estaba fuera del alcance de las cámaras de tránsito, se estacionó a un lado de la calzada, se bajó y miró en el asiento trasero, vio que de la herida de Diego brotaba sangre. Rompió la manga de la camisa, hizo una especie de venda, apretó con fuerza el orificio de la bala, haciéndole presión para evitar que siguiera sangrando.—Lo que le sobra de inteligencia a tu hermano, te falta a ti ¡Eres un idiota Diego! ¿Cómo te pusiste al alcance de tus peores enemigos? No tienes idea del gusto que me di disparándote, no sabes cómo luché para no hacer el disparo un poco más arriba y cegarte la vida como era mi más ferviente deseo.—Complaciendo a papi… eres un hombre manipulable —lo mofó Diego.&mdas
Marcos tomó el teléfono y comenzó a hacer llamadas a varios amigos que trabajaban en cuerpos de seguridad, para pedirles que lo ayudaran a buscar a su hijo.—Marco, ¿Hace cuanto tiempo se extravió? —preguntó el hombre al otro lado de la línea.—En realidad, hace unas pocas horas, el problema es que se veía alterado cuando salió, presumimos que a enfrentar al padre de la chica de la cual está enamorado.—Envíame la dirección de donde supones estuvo por última vez, quizás revisando las cámaras de tránsito podemos verificar su paradero. No te preocupes, hermano, que vamos a encontrarlo —señaló el hombre al otro lado de la línea y Marcos sintió un poco de alivio.Antes de cortar la comunicación, aparecieron las gemelas, Marco y Evan.—¿Qué ha sucedido,
Miguel Araya tomó el carro de su hijo y se lo llevó a los hombres de Oswaldo, que estaban aproximadamente a tres cuadras de su casa, esas fueron las instrucciones que le dio Oswaldo, después de decirle que su hijo asesinó a Diego, por eso se vio obligado a regresar a pie a la casa, apenas entró, escuchó los pasos de alguien entrando, cuando salió se trataba de Marco, sus hermanas y su hija. Nunca pensó que ese momento terminaría en una disputa, que terminaría haciéndole romper toda relación con los Estebans Ontiveros, retuvo a su hija y esta aceptó quedarse. Eso lo emocionó, porque así podría llevársela a Oswaldo y este le daría una buena recompensa por ella.Después de marcharse Marco con sus hermanas, Anaís se enfrentó a su padre.—¿Lo tienes verdad? ¿Tienen a Diego?¿Qué le hicieron? &md
Miguel fue golpeado, recibía golpe tras golpes, si hubiesen sido dos hasta tres quizás habría podido defenderse, mas en esa desventaja numérica de más de seis hombres contra él, no podía hacer nada y su desespero fue mayor al ver al desgraciado de Oswaldo atrapando a su hermana.—¡Suéltala m4ldito! ¡No la toques! Anaís, hermana, mi princesa, ¡Resiste! No te dejes tocar con ese animó —pronunció desesperado, sintiendo como el miedo atenazaba en su interior, no podía soportar eso, no se creía capaz de vivir con esa culpa de que su hermana fue abusada frente a él y no pudo hacer nada.«¿Cómo mi padre se atrevió a entregársela a Oswaldo? ¿Qué clase de padre hace eso? ¿Qué tipo de ser humano es?» se preguntaba asqueado, sintiendo una profunda tristeza en su interior que lo taladraba cau
Diego no aguantaba más, justo cuando estaba abriendo la bragueta de su pantalón para poseerla, entraron un grupo de hombres con baldes contentivos de hielo y sin siquiera dejarlo reaccionar, los arrojaron en la bañera haciéndolos brincar a los dos, también llegaron los paramédicos y Miguel detrás, tenía sus ojos rojos como si hubiese estado llorando. Se quitó la camisa y se la entregó a Diego.—¡Cúbrela y déjanos a nosotros con ella! A partir de aquí yo me encargo de mi hermana —pronunció con voz fría.—No te voy a dejar solo, voy contigo, porque Anaís es… —la voz severa de Miguel lo detuvo.—¿Qué carajos es para ti? Una vez te fuiste y la dejaste, la vi sufrir por ti y si no es por Marco, ella se habría dejado morir. Y si aceptó casarse con Marco, era para evitar que mi papá
Cuando la familia escuchó esas palabras, sus llantos cesaron de inmediato, y su llanto se convirtió en gozo, todos corrieron a abrazarlo, él los recibió feliz, mientras veía a sus padres mirarse emocionados, con sus rostros mojados por las lágrimas—¡Vaya! Tremendo recibimiento, no creía que me extrañaran tanto… si apenas me perdí tan solo por un par de horas, me recibieron mejor que cuando duré meses sin venir… bueno papá, creo que como estás tan contento es oportuno hacerte una confesión… verás… queme más de cien mil dólares, o mejor dicho la camioneta que me prestaste.Cerró los ojos, esperando que al abrirlo se encontraría con el puño o por lo menos el rostro molesto de su padre, sin embargo, no fue así, este sonreía y besaba su rostro con alegría como si no lo hubie