SIGUE NARRANDO SERENAMe desperté y tuve que volver a cerrar mis ojos porque la ventana estaba abierta y el sol entraba enfurecido que brillaba mucho, de a poco fui abriendo mis ojos para entonces percatarme de que Alessa y Danko no estaban en la cama, oí un ruido en el baño, fije mi mirada hacia allá para esperar y ver quien estaba adentro, al abrirse la puerta la figura de Alessa salió y me brindo una amplia sonrisa mientras me saludaba con cariño.—Buenos días, Serena dormilona, ¿sabes que son las nueve de la mañana?Al escuchar que eran las nueve de la mañana me sobresalté, pues tenía poco tiempo para alistarme, porque a las diez tenía cita con la ginecóloga, muy aprisa me levanté de la cama para ingresar al baño, me di también una ducha, salí y encontré encima de la cama un cambio de ropa elegido por Alessa, eran atuendos muy lindos, pues ella tiene muy buen gusto, aunque en ese momento ya no se encontraba en la habitación, me imagino que bajo a desayunar, me culpé el no haberle
NARRADORMijaíl había llevado a Danko junto con Alessandro para ir al encuentro de su otrora amigo y amante, el Don Lucca de la Rúa, que ya estaba esperándolos en su mansión privada. Fueron recibidos por el italiano con alegría y de improviso, sin ningún pudor este agarro a Mijaíl para comérselo a besos, a pesar de que estaba presente su nuevo novio y futuro esposo, quien sonreía al verlo tan feliz.Mijaíl, ni corto ni perezoso, se aprovechó de agarrarle las nalgas apretándoselas mientras lo besaba, al terminar el Don le exclamo.—Te adoro Mijaíl, me diste el mejor regalo del mundo, a mi Arthur, ya estamos planeando la boda, mi esposa acepto el divorcio y estoy feliz por eso, me costó mucho dinero, sin embargo, eso no me importa, lo que me importa es que voy a ser libre para casarme con Arthur, lo amoEl ruso presentó a Danko y a Alessandro—Él es Danko mi primo y Él es el hijo de AlexanderEl Don los saludo cordialmente y le dijo a su novio que lo esperara porque se iba a su despacho
NARRADOREn la celda solitaria yacía un hombre aterrado lleno de alucinaciones, ya el hambre y la sed no hacían mella en Él, su mente solo se centraba en que estaba en compañía de sombras aterradoras que lo torturaban todo el tiempo, a veces abrazaba los barrotes gritando pidiendo ayuda, sentía que lo jalaban de las piernas queriéndoselo llevar, sudaba, gastaba la poquísima agua que su cuerpo poseía, quién lo conociera en sus buenos tiempos, quedaría impávido al ver a un ser transformado en casi un animal en cautiverio.Todo sucio, su ropa igual de inmunda, un poco rota, sus pantalones rasgados debido a que se arrastraba por esa celda, su mirada perdida, llena de locura, sus balbuceos de palabras inentendibles ya, manoteaba el aire como si tratase de alejar algo, a veces gruñía, si alguien mirara lo que tragaba para saciar su hambre lloraría, porque en las paredes estaban algunos agujeros que eran hechos por ese hombre, con las esposas que tenía puestas en sus muñecas había logrado ro
NARRADORLa voz de Mijaíl, la voz de Mijaíl, avisándole lo alegra.Entra, ya lo encontramosMis hombres te guiarán hasta donde estamosBien, ya vamosDanko miró a Alessandro para decir—Lo encontraronAmbos ingresaron a toda prisa, los hombres les indicaban por donde Mijaíl había ido, cada paso les acercaba para reencontrarse con quien tanto deseaban ver. Bajaron la última escalera, al llegar abajo miraron a los dos lados cuando escucharon que los llamaban y se encaminaron hacia la parte izquierda del pasillo, ambos observaban que había celdas solitarias y sucias a cada lado. Cuando llegaron hasta donde estaba Mijaíl sintieron ese hedor insoportable y no pudieron más que taparse la nariz, entonces le señalo el bulto para decir.—Danko, ahí está, creo que... es AlexanderMijaíl retuvo a Alessandro mirándolo y moviendo su cabeza haciendo un gesto negativo, solo Danko se acercó ya aguantando ese mal olor, miro que un cuerpo estaba encima de ese catre sucio, maloliente y destartalado, rec
NARRA DANKOMiraba cómo el cuerpo de Alexander se alzaba a cada puesta en su pecho de esas cosas eléctricas, ese ¡zuas!, para mí fue una eternidad, el paramédico que le provocaba esos toques eléctricos dejo de hacerlo y resoplo moviendo su cabeza en forma negativa y manifestó.—¡Lo siento!, no respondeMi cuerpo reaccionó ante esas palabras, me levanté para empujarlo y comenzar a golpear con ambas manos hecho puño el pecho de mi esposo para gritar.—¡Regresa!, por favor, ¡regresa!Me agachaba a darle respiración boca a boca, dos golpes más le di cuando esa máquina comenzó a sonar diferente, ya no era ese pitido infernal, se oía como si fuesen pulsaciones, sentí que alguien me abrazaba con mucha fuerza y la voz de Alessandro pidiéndome.—Ya señor Danko, mi papá ya respiraUno de esos paramédicos hablo—El paciente ya tiene pulso, es un milagroEl que manejaba regreso a su puesto y piso el acelerador, el otro acomodaba las cosas que se habían caído debido a mi brusquedad al levantarme y
NARRA KIARACuando Alessandro me informó lo sucedido en la ambulancia comprendí el estado de ánimo de mi papá, abrí los ojos a lo que hacía, su mente estaba fijada solamente en su esposo. Aunque le daba la razón, no estaba de acuerdo en la manera en que trataba a Serena, Alessandro estaba ensimismado un poco agachado con sus brazos en sus piernas que las movía constantemente debido a su nerviosismo y preocupación por su padre. Fijé mi vista en mi papá, quería atrapar un momento en que mi tío dejara de hablarle.No sé qué es lo que tanto hablaban, sin embargo, ver a mi papá negando con su cabeza a cada rato no me gustaba para nada. Conozco a mi tío, algo muy importante debe ser para que insista tanto, algo que debe ser bueno para mi papá. La oportunidad llegó cuando mi tío se levantó para irse, escuché que le dijo que iba a la cafetería por algo de comer, mi papá le negó con la cabeza. Se quedó solo, entonces me levanté para cambiarme de asiento y estar a su lado, cuando lo hice volteo
NARRA DANKOAlessa y yo ingresamos al consultorio, saludamos con el médico, ahí dentro sentada en un sofá estaba Serena. Primero ayudé a sentarse a Alessa para ir a darle un beso de saludo a mi esposa y preguntarle.—¿Cómo estás mi amor?Me miro para responder sonriente—Bien, Danko, no te preocupesMe senté a su lado para después decir—Doctor, encontré a Alessa sollozando allá afuera, ¿podría revisarla?El ginecólogo la llevo hasta otra parte y yo me quedé con Serena que me sonreía; sin embargo, me pareció que algo le afectaba, le indagué un poco preocupado.—Mi amor, te noto un poco rara, ¿sucede algo con las bebés?Me extendió un papel con una imagen. Cuando lo tomé vi que ahí estaban mis hijas, juntas como si estuviesen abrazadas. Mi alegría fue tal que no pude aguantarme y me rei de felicidad diciendo.—Oh, se las ve tan felices, están como si... mi amor parece que estuviesen jugando entre ellas, jajajajaVolví a mirar esa imagen, era la cosa más linda que estaba admirando. Unas
NARRA ALESSAVer sus expresiones de haber sido agarrados en situación embarazosa, ambos estaban sonrojados y con la boca abierta, entonces Serena se animó a hablar—Alessa, yo... ehm, yo, Dios míoIntervine para decir—Serena, estoy segura de que esto (hice una pausa) esto es culpa de DankoEl ginecólogo estaba en silencio, a lo que seguí diciendo—He sido testigo de la forma en que te trata, mira ahora mismo, te dejo ahí sola, sin siquiera regresar su mirada o acercarse a ti para pedirte disculpas de que va a irse o que va a regresar pronto, ¡nada! Solo... se fue, ¿y tú qué? ¿acaso eres... una estatua?Entonces el ginecólogo se levantó del sofá para recalcar—Eso es lo que le digo: ese hombre no la ama, no le da su lugar. Para Él, su esposo es su vida y... ella, ah, quisiera ir a golpearlo por tratarla de esa maneraEntendí que ese hombre se había enamorado de Serena y por lo que vi, ella también, Danko va a perder una valiosa mujer, una mujer que siempre lo ha valorado, lo ha apoyado