NARRADOREn la celda solitaria yacía un hombre aterrado lleno de alucinaciones, ya el hambre y la sed no hacían mella en Él, su mente solo se centraba en que estaba en compañía de sombras aterradoras que lo torturaban todo el tiempo, a veces abrazaba los barrotes gritando pidiendo ayuda, sentía que lo jalaban de las piernas queriéndoselo llevar, sudaba, gastaba la poquísima agua que su cuerpo poseía, quién lo conociera en sus buenos tiempos, quedaría impávido al ver a un ser transformado en casi un animal en cautiverio.Todo sucio, su ropa igual de inmunda, un poco rota, sus pantalones rasgados debido a que se arrastraba por esa celda, su mirada perdida, llena de locura, sus balbuceos de palabras inentendibles ya, manoteaba el aire como si tratase de alejar algo, a veces gruñía, si alguien mirara lo que tragaba para saciar su hambre lloraría, porque en las paredes estaban algunos agujeros que eran hechos por ese hombre, con las esposas que tenía puestas en sus muñecas había logrado ro
NARRADORLa voz de Mijaíl, la voz de Mijaíl, avisándole lo alegra.Entra, ya lo encontramosMis hombres te guiarán hasta donde estamosBien, ya vamosDanko miró a Alessandro para decir—Lo encontraronAmbos ingresaron a toda prisa, los hombres les indicaban por donde Mijaíl había ido, cada paso les acercaba para reencontrarse con quien tanto deseaban ver. Bajaron la última escalera, al llegar abajo miraron a los dos lados cuando escucharon que los llamaban y se encaminaron hacia la parte izquierda del pasillo, ambos observaban que había celdas solitarias y sucias a cada lado. Cuando llegaron hasta donde estaba Mijaíl sintieron ese hedor insoportable y no pudieron más que taparse la nariz, entonces le señalo el bulto para decir.—Danko, ahí está, creo que... es AlexanderMijaíl retuvo a Alessandro mirándolo y moviendo su cabeza haciendo un gesto negativo, solo Danko se acercó ya aguantando ese mal olor, miro que un cuerpo estaba encima de ese catre sucio, maloliente y destartalado, rec
NARRA DANKOMiraba cómo el cuerpo de Alexander se alzaba a cada puesta en su pecho de esas cosas eléctricas, ese ¡zuas!, para mí fue una eternidad, el paramédico que le provocaba esos toques eléctricos dejo de hacerlo y resoplo moviendo su cabeza en forma negativa y manifestó.—¡Lo siento!, no respondeMi cuerpo reaccionó ante esas palabras, me levanté para empujarlo y comenzar a golpear con ambas manos hecho puño el pecho de mi esposo para gritar.—¡Regresa!, por favor, ¡regresa!Me agachaba a darle respiración boca a boca, dos golpes más le di cuando esa máquina comenzó a sonar diferente, ya no era ese pitido infernal, se oía como si fuesen pulsaciones, sentí que alguien me abrazaba con mucha fuerza y la voz de Alessandro pidiéndome.—Ya señor Danko, mi papá ya respiraUno de esos paramédicos hablo—El paciente ya tiene pulso, es un milagroEl que manejaba regreso a su puesto y piso el acelerador, el otro acomodaba las cosas que se habían caído debido a mi brusquedad al levantarme y
NARRA KIARACuando Alessandro me informó lo sucedido en la ambulancia comprendí el estado de ánimo de mi papá, abrí los ojos a lo que hacía, su mente estaba fijada solamente en su esposo. Aunque le daba la razón, no estaba de acuerdo en la manera en que trataba a Serena, Alessandro estaba ensimismado un poco agachado con sus brazos en sus piernas que las movía constantemente debido a su nerviosismo y preocupación por su padre. Fijé mi vista en mi papá, quería atrapar un momento en que mi tío dejara de hablarle.No sé qué es lo que tanto hablaban, sin embargo, ver a mi papá negando con su cabeza a cada rato no me gustaba para nada. Conozco a mi tío, algo muy importante debe ser para que insista tanto, algo que debe ser bueno para mi papá. La oportunidad llegó cuando mi tío se levantó para irse, escuché que le dijo que iba a la cafetería por algo de comer, mi papá le negó con la cabeza. Se quedó solo, entonces me levanté para cambiarme de asiento y estar a su lado, cuando lo hice volteo
NARRA DANKOAlessa y yo ingresamos al consultorio, saludamos con el médico, ahí dentro sentada en un sofá estaba Serena. Primero ayudé a sentarse a Alessa para ir a darle un beso de saludo a mi esposa y preguntarle.—¿Cómo estás mi amor?Me miro para responder sonriente—Bien, Danko, no te preocupesMe senté a su lado para después decir—Doctor, encontré a Alessa sollozando allá afuera, ¿podría revisarla?El ginecólogo la llevo hasta otra parte y yo me quedé con Serena que me sonreía; sin embargo, me pareció que algo le afectaba, le indagué un poco preocupado.—Mi amor, te noto un poco rara, ¿sucede algo con las bebés?Me extendió un papel con una imagen. Cuando lo tomé vi que ahí estaban mis hijas, juntas como si estuviesen abrazadas. Mi alegría fue tal que no pude aguantarme y me rei de felicidad diciendo.—Oh, se las ve tan felices, están como si... mi amor parece que estuviesen jugando entre ellas, jajajajaVolví a mirar esa imagen, era la cosa más linda que estaba admirando. Unas
NARRA ALESSAVer sus expresiones de haber sido agarrados en situación embarazosa, ambos estaban sonrojados y con la boca abierta, entonces Serena se animó a hablar—Alessa, yo... ehm, yo, Dios míoIntervine para decir—Serena, estoy segura de que esto (hice una pausa) esto es culpa de DankoEl ginecólogo estaba en silencio, a lo que seguí diciendo—He sido testigo de la forma en que te trata, mira ahora mismo, te dejo ahí sola, sin siquiera regresar su mirada o acercarse a ti para pedirte disculpas de que va a irse o que va a regresar pronto, ¡nada! Solo... se fue, ¿y tú qué? ¿acaso eres... una estatua?Entonces el ginecólogo se levantó del sofá para recalcar—Eso es lo que le digo: ese hombre no la ama, no le da su lugar. Para Él, su esposo es su vida y... ella, ah, quisiera ir a golpearlo por tratarla de esa maneraEntendí que ese hombre se había enamorado de Serena y por lo que vi, ella también, Danko va a perder una valiosa mujer, una mujer que siempre lo ha valorado, lo ha apoyado
NARRA DANKOMe siento un ser despreciable, he lastimado a la mujer que me ha amado incondicionalmente, Serena, ella, la pobre, me ha soportado todo, literalmente todo, mis fetiches, mis torpezas, mis estupideces, mis indiferencias y yo, ¿qué mierda hice yo? Portarme como un bruto irracional, dejarla sola cuando más me necesitaba, ni siquiera pensé en ella cuando me iba de su lado, solamente me alejaba y ya.—¡Por dios, Serena debe de odiarme! ¿Ahora, qué hago?Caminé unos pasos cuando me pregunté ¿Dónde estará? Solo sé que se fue en compañía de mi hija. Estaba ensimismado en mis pensamientos que no me percaté que alguien se me acercaba, hasta que vi una sombra alta y sentí unas palmaditas en mi hombro, al darme vuelta noté que era Robert con su semblante muy serio, me imagino que ya se enteró de mi comportamiento con mi esposa.Me hizo señas para que me sentara, al hacerlo, él también lo hizo y comenzó a hablarme, mientras yo agachaba mi cabeza de vergüenza—Danko, ¿por qué? Ella siem
Cuando su voz llegó a mis oídos, me petrifiqué como una estatua, solamente fijé mis ojos en Serena, que se veía mucho más tranquila, aunque tenía unas ojeras muy prominentes. Mi hija le asintió con su cabeza, me miró para decirme—No olvides lo que te pedí, papáNo dije nada, solamente me quedé parado ahí en silencio. Serena me tomó de la mano para hacer que me sentara en un sofá y ella se sentó a mi lado. Yo comencé a hablar un poco nervioso—Serena, yo... yo, quisiera que me perdones por mi torpeza, sé que me he portado como un estúpido. No he valorado tu amor, no... no te he tratado como te mereces, ¡perdón!Agaché mi cabeza un poco, pero, sentí que su mano se posaba en mi mandíbula para alzar mi cabeza y decirme—Danko, yo... te entiendo. (hizo una larga pausa antes de proseguir) Te he entendido desde el principio, solo que... solamente esperaba un poco de ti, pero... He esperado mucho tiempo, además, creí que al estar esperando a nuestros hijos, te preocuparías un poco, pero, ¡he