NARRA DANKODespués que Alexander se fue, me quede arreglando lo que me faltaba, tocaron a la puerta y oí que me pedían permiso para entrar, respondí con un «pase», era el guardia del estacionamiento que me dio mi celular, argumentando de que mi esposo se lo había llevado y que le había pedido que me lo trajera, le agradecí y me fije que estaba descargado, lo puse a cargar y seguí en lo mío. Dos veces llamé a Annia para que se llevara algunos documentos para que les sacara copias, no demoro mucho y me las traía, guardaba en su puesto y continuaba guardándolo todo.Me perdí de la hora, cuando la puerta se abrió y me di vuelta para ver quién había entrado, era Alessandro, pero su semblante era de pánico, le pregunté qué es lo que pasaba y su respuesta casi me causa un infarto.—¡Secuestraron a mi papá!Me senté por inercia al escucharlo y verlo llorar asustado, pero, de inmediato, me levanté para acercármele y preguntar ansioso.—Alessandro, pero... Él se fue a una reunión, ¿cómo es posi
NARRA MARCUS VIGO Secuestrador y hermano de Luka VigoEstaba en la penitenciaria cumpliendo mi condena perpetua por algunos delitos, aunque mi fuerte es la distribución de droga, aquí dentro me recibieron bien, hice muchos amigos, lo bueno es que tenía mucha comunicación con mi gente, me visitaban mucho, recibía mensajes, me dejaban usar celular 3 veces por semana. Borraba los mensajes para que no quedara pruebas de nada, las llamadas las hacían de celulares desechables, ya me había resignado a tener que cumplir mi condena, contaba con muchos privilegios porque había ayudado a muchas autoridades, había sobornado, pero también les había regalado dinero y ayuda cuando lo necesitaron en su tiempo y por eso es por lo que aquí dentro me encuentro seguro.Uma mañana un guardia de los que tengo sobornados me trajo el celular, me pareció muy extraño, pues no era el día que me tocaba, solo me lo entrego todo taciturno diciendo.—Toma, aquí está algo que no te va a gustar nada de nada, después
NARRA DANKOTenía la billetera de mi esposo en mis manos, Robert me abrazo para decirme—Danko, regresemos a casa, creo que... debes decirles a toda la familia lo que sucedió, no puedes esconderlo, no vas a poder tenerlo en secretoAlessandro se unió a ese pedido, pues me habló triste—Creo que Robert tiene mucha razón, a pesar de que mi mamá y todos los demás van a preocuparse, es necesario que lo sepanYo solamente estaba inmiscuido en mi mente, encerrado en ella, imaginaba por lo que estuviese pasando Alexander, en donde estaría, como lo estarían tratando, quiero salvarlo, quiero protegerlo, no quiero ni imaginarme que lo tengan encerrado en algún lugar, Él le tiene miedo a la soledad, tiene miedo estar en sitios cerrados, me levante todo furioso y grité.—¿Por qué a Él?, Maldita sea, tiene claustrofobia, se va a volver loco si lo dejan encerrado solo y...Me di vuelta para ver a Alessandro y a Robert y decir—Tengo miedo de... decirles a los demás, tengo miedo de que les haga daño
SIGUE NARRANDO ALEXANDEREstaba sentado en esa cama a veces me acostaba, a veces me levantaba para caminar, sin embargo, esa soledad, ese silencio me estaba aterrando ya, caminaba y caminaba para tratar de ocupar mi mente en algo, algunas veces cuando me acostaba lloraba de la desesperación y me dormía, la verdad no sé cuánto tiempo dormía, soñaba cosas horribles, observaba como si fuera algo etéreo a Danko, a mis hijos, a mi esposa que me buscaban que me llamaban, yo les decía que estaba ahí, me ponía frente a ellos y no me veían, parecía un fantasma porque me atravesaban, agitaba mis manos para llamar su atención, pero no servía de nada.Me despertaba respirando en forma agitada, al mirar alrededor me daba cuenta de que seguía en ese lugar, todo había sido una pesadilla, me levantaba para pararme y agarrar esos malditos barrotes para volver a gritar pidiendo ayuda y nadie respondía a mis pedidos. Comencé a ver que de las paredes salían unos espectros que me miraban malévolamente y s
SIGUE NARRANDO SERENAMe desperté y tuve que volver a cerrar mis ojos porque la ventana estaba abierta y el sol entraba enfurecido que brillaba mucho, de a poco fui abriendo mis ojos para entonces percatarme de que Alessa y Danko no estaban en la cama, oí un ruido en el baño, fije mi mirada hacia allá para esperar y ver quien estaba adentro, al abrirse la puerta la figura de Alessa salió y me brindo una amplia sonrisa mientras me saludaba con cariño.—Buenos días, Serena dormilona, ¿sabes que son las nueve de la mañana?Al escuchar que eran las nueve de la mañana me sobresalté, pues tenía poco tiempo para alistarme, porque a las diez tenía cita con la ginecóloga, muy aprisa me levanté de la cama para ingresar al baño, me di también una ducha, salí y encontré encima de la cama un cambio de ropa elegido por Alessa, eran atuendos muy lindos, pues ella tiene muy buen gusto, aunque en ese momento ya no se encontraba en la habitación, me imagino que bajo a desayunar, me culpé el no haberle
NARRADORMijaíl había llevado a Danko junto con Alessandro para ir al encuentro de su otrora amigo y amante, el Don Lucca de la Rúa, que ya estaba esperándolos en su mansión privada. Fueron recibidos por el italiano con alegría y de improviso, sin ningún pudor este agarro a Mijaíl para comérselo a besos, a pesar de que estaba presente su nuevo novio y futuro esposo, quien sonreía al verlo tan feliz.Mijaíl, ni corto ni perezoso, se aprovechó de agarrarle las nalgas apretándoselas mientras lo besaba, al terminar el Don le exclamo.—Te adoro Mijaíl, me diste el mejor regalo del mundo, a mi Arthur, ya estamos planeando la boda, mi esposa acepto el divorcio y estoy feliz por eso, me costó mucho dinero, sin embargo, eso no me importa, lo que me importa es que voy a ser libre para casarme con Arthur, lo amoEl ruso presentó a Danko y a Alessandro—Él es Danko mi primo y Él es el hijo de AlexanderEl Don los saludo cordialmente y le dijo a su novio que lo esperara porque se iba a su despacho
NARRADOREn la celda solitaria yacía un hombre aterrado lleno de alucinaciones, ya el hambre y la sed no hacían mella en Él, su mente solo se centraba en que estaba en compañía de sombras aterradoras que lo torturaban todo el tiempo, a veces abrazaba los barrotes gritando pidiendo ayuda, sentía que lo jalaban de las piernas queriéndoselo llevar, sudaba, gastaba la poquísima agua que su cuerpo poseía, quién lo conociera en sus buenos tiempos, quedaría impávido al ver a un ser transformado en casi un animal en cautiverio.Todo sucio, su ropa igual de inmunda, un poco rota, sus pantalones rasgados debido a que se arrastraba por esa celda, su mirada perdida, llena de locura, sus balbuceos de palabras inentendibles ya, manoteaba el aire como si tratase de alejar algo, a veces gruñía, si alguien mirara lo que tragaba para saciar su hambre lloraría, porque en las paredes estaban algunos agujeros que eran hechos por ese hombre, con las esposas que tenía puestas en sus muñecas había logrado ro
NARRADORLa voz de Mijaíl, la voz de Mijaíl, avisándole lo alegra.Entra, ya lo encontramosMis hombres te guiarán hasta donde estamosBien, ya vamosDanko miró a Alessandro para decir—Lo encontraronAmbos ingresaron a toda prisa, los hombres les indicaban por donde Mijaíl había ido, cada paso les acercaba para reencontrarse con quien tanto deseaban ver. Bajaron la última escalera, al llegar abajo miraron a los dos lados cuando escucharon que los llamaban y se encaminaron hacia la parte izquierda del pasillo, ambos observaban que había celdas solitarias y sucias a cada lado. Cuando llegaron hasta donde estaba Mijaíl sintieron ese hedor insoportable y no pudieron más que taparse la nariz, entonces le señalo el bulto para decir.—Danko, ahí está, creo que... es AlexanderMijaíl retuvo a Alessandro mirándolo y moviendo su cabeza haciendo un gesto negativo, solo Danko se acercó ya aguantando ese mal olor, miro que un cuerpo estaba encima de ese catre sucio, maloliente y destartalado, rec