El tiempo siguió su curso, Robert y Anna fueron padres de un hermoso varoncito, en una visita a mi casa, justamente detrás de ellos llegaron mi suegro con mi papá, cayeron de sorpresa, traían juguetes para mis hijos, en la sala se saludaron todos, Anna tenía al bebé en su cochecito, mi papá lo fue a mirar y estaba alabándolo cuando Robert, le toco el hombro a mi papá.Entonces se dio vuelta y lo que recibió fue un beso largo y hambriento de Robert. Alessandro, Anna, mi suegro y yo, nos quedamos estáticos de ver eso, mis ojos se fueron encima del señor Alexander, por mi mente cruzo que a lo mejor le molesto ese gesto atrevido de Robert, sin embargo, solo se acomodó en el sofá sonriendo, Robert al dejar de besar a mi papá le conmino.—Danko, esto es por el pasado, porque si no hubiese ocurrido lo que pasó, jamás hubiese conocido a Anna, amarla y ahora ser padres de este hermoso bebéMi papá solo le menciono muy tranquilo—Bueno Robert, de lo único que siempre me voy a arrepentir es... e
Danko agarro en su caída a Nicolás, lo acuno en sus brazos, lo deposito encima del sofá, con mucho cuidado, optamos por dejarlos solos, subimos para conversar en la habitación de mi papá, pero al llegar arriba nos recibieron risas de niños, dos puertas estaban abiertas Alessandro y yo ingresamos a la de la derecha y allí estaban mis hermanitos, Serena camino hasta su camita para arreglársela y se acuesten a dormir.Nos vieron y vinieron a abrazarnos a ambos, los agarramos, los cargamos unos momentos y los depositamos en su cama despidiéndonos con un gran beso en su mejilla, Serena les dio un último beso y se acurrucaron ambos para dormir, salimos todos y fuimos a la otra habitación, allí, en cambio, estaban los hijos de mi hermano Danko y del difunto Nicolay.Ambos sentados en un sofá muy juntitos y tristes, los hijos de mis suegros los tenían abrazados y les decían—No se vayan a su cuarto, duerman con nosotrosLos chiquillos no hablaban nada, pero abrazaban a sus amiguitos, el señor
NARRA DANKO Estaba revisando un contrato cuando una secretaria ingreso sin tocar, la mire enojado porque existe una orden explicita, más que todo en mi oficina, primero se debe de anunciar quién desea entrar, sin embargo, su faz era de pánico, porque únicamente me vio y soltó unas palabras revueltas. —S… señor Da… ko, su, su, su esposo, esta… es… tá, encerrado en el ascensor, se escucha que lo está lla… mando, tratamos de abrir, pero… no se puede Eso, basto para mí, me levanté cuál bólido para ir a ayudar a Alexander, porque sé muy bien que tienen un problema de claustrofobia, no es tan fuerte, sin embargo, esto puede hacerle perder los sentidos, al pasar por la cabina de monitoreo escuche unas carcajadas y murmullos, detuve mis pasos para mirar y vi a mi primo con los trillizos que miraban los monitores. Cuando afine la vista, vi a mi hija tratando de ayudar a Alexander y a Mijaíl lo escuche burlándose —Esta Kiara que nos hizo la grande caramba, no era que se inmiscuyera ayudándo
Fue una velada maravillosa, mis hijos se fueron a descansar, mis nietos no dejaban de darme cariño, este trío son muy unidos, mi hija los controla muy bien, Alessandro es muy acolitador y eso hace que Kiara se enoje a veces, al despedirse para regresar a su casa no querían soltarme, me tenían prisionero en el sofá, Alessandro los jalaba casi rogándoles que me soltaran y nada, sin embargo, mi hija se acercó sonriente y solo ordeno. —Vamos a casa ya, dejen a su abuelito ya, debe ir a dormir, despídanse de una vez Los tres se despidieron no sin dejarme besuqueado por todo mi rostro, me encantaba su amor, me hacía recordar cómo se comportaba mi hija cuando tenía su edad, hasta el final iban gritando alegres. —Hasta mañana abuelito Mi hija fue la última en abrazarme y decirme —Hasta mañana papá, te amo, soy tan feliz, sin tu guía, no sé qué hubiese hecho de mi vida, ah y mañana vamos a la casa de la playa, quiero dejar todo listo para celebrar la boda allá, ya convencí al sacerdote par
Llego el día de la boda de Danko con Nicolás, Kiara se llevó a Danko a su casa para vestirlo allá y llevarlo a la casa de la playa ya acondicionada para la ceremonia y la respectiva fiesta, por acá a Nicolás lo tenían aterrado las mujeres, lo bañaron y nosotros nos reíamos al escucharlo pedirles que quisiera bañarse solo, pero Alessa le decía que no, que era primordial que ellas lo hicieran. Nos sacaron de la habitación a Alexander y a mí, ya nosotros estábamos listos, Kiara me llamo por el celular pidiéndome que vaya a recoger al sacerdote, le conteste que iría de inmediato, pero le resople a mi esposo diciendo que nos iba a privar de ver el espectáculo de ver y oír a Nicolás que se quejaba como niño chiquito, pero como siempre mi esposo me empujo para irnos, en el camino le decía que me sentía tan feliz de que mi hijo volvería a casarse con el amor de su vida, que Dios y Nicolay le pusieron a su amor en el camino. Llegamos a la iglesia, ya el sacerdote estaba listo, al vernos nos s
Llego el amanecer y sentí que se movían a mi lado y abrí lentamente mis ojos, estaba abrazado de cucharita por Serena que era quien se estaba moviendo, Alexander dormido bocarriba en mi brazo y Alessa recostada en su brazo, me quede sin moverme tratando de sentir esa felicidad que tengo ahora, mis dos amores a mi lado, creo que La vida por fin me ha dado todo lo que merezco. Escuche unos pasos lentos que se acercaban y la voz de mi princesita —Papi, ¿estás despierto?, ¿puedo pasar? Antes de responder revisé a todos y estábamos cubiertos totalmente por el edredón y le dije que entrara, Kiara abrió la puerta ingreso hasta acercarse a la cama y con su bella sonrisita me acotó. —Se te ve lindo aquí en la cama, papi, rodeado de tus amores Le sonreí al escucharla, después me menciono que bajaría para ayudar a preparar el desayuno y que ya vaya levantándome y a los demás también, para poder desayunar todos, que ya había llamado a todos los demás, se agachó a darme un beso en mi mejilla y
Mi corazón me dolió al verlo allí tirado en la calle, Mijaíl y yo nos acercamos para verlo y ayudarlo, estaba con sus ojos abiertos, no se movía, no había sangre derramada, pero si una pequeña herida en su cabeza, quizá por el duro golpe que le dio el auto, solo escuché que llamaban a una ambulancia, Danko fijo su mirada en mí con lágrimas en sus ojos y otras mojando su mejilla, entonces le hable con dulzura. —Mi amor, ya viene la ambulancia, por favor, no trates de moverte Mijaíl también le pidió que no se moviera, le dijo que investigaríamos todo sobre ella, que no se ofusque, que debe de haber alguna explicación, que no piense en ella, que se tranquilice, lo mire y le dije que si me entendió, parpadeara dos veces y lo hizo, le di un pequeño beso en sus labios, entonces se escuchó la sirena de la ambulancia y sus colores intermitentes que se acercaban muy rápido a la escena del atropello. En cuanto bajaron los paramédicos con la camilla, me levante para que hicieran su trabajo y f
SIGUE NARRANDO ALEXANDERCuando la puerta se abrió, Danko ingreso primero y detrás yo que cerré la puerta, allí estaba ella sentada junto a un hombre rubio que al sentir que entrabamos miraron hacia la entrada, yo salude, pero, en cambio, mi esposo solo la observaba a ella. Dalila se levantó al igual que ese hombre rubio, sin embargo, solo ella se acercó lentamente a Danko para hablar.—¡Danko! YoLa reacción de Danko fue abrazarla, apretarla contra su cuerpo y llorar, su cabeza encima del cabello de la mujer que también lo abrazaba y los dos sollozaban, en el silencio de ese despacho se escuchaban sus gimoteos, el rubio volvió a sentarse sin decir palabra alguna, solo los observaba y note que de sus ojos salían también sendas lágrimas y yo no me quedé atrás escucharlo llorar duele.Muchos minutos tardaron en calmarse, la primera en separarse fue Dalila que alzo su cabeza para mirarlo y decir—Sigues siendo el mismo hombre guapo que conocíEsas palabras hicieron esbozar una leve sonris