NARRA DANKOEstaba observando la felicidad de Dalila tocando sus antiguas cosas, recordándolo todo, encontró su violín Stradivarius, aquel que Kiara usaba en sus clases de violín, ella lo adoraba porque sabía que era el favorito de su madre, el otro que le había comprado rara vez lo usaba, estaba tan ensimismado escuchándola entonarlo que no me percate de la presencia de mi hija hasta que la escuché indagar lo que pasaba y de quién era la persona que estaba tocando su instrumento musical favorito.Sabía que no la recordaba, pues apenas tenía 5 años cuando supimos de la muerte de Dalila, supero su dolor al igual que yo, sin embargo, esto yo quería que sucediera poco a poco, deseaba decírselo, yo primeramente, irla preparando, pero a veces las cosas no salen como uno las planea y aquí estoy, mirando a mi hija parada al lado de Alexander y a Dalila con sus ojos cerrados inspirada en el sonido de su melodía que estaba tocando.Kiara se acercó a mí sin dejar de mirarla, sus ojos se clavaron
Me levanté un momento para informar a los visitantes que bajarían el resto de la familia, feliz dije que tengo nietos, que Alexander tiene nuevos hijos y nietos, voces se escuchaban provenientes de la escalera, cuando asomaron primero mi hijo Danko con Nicolás riéndose y a su lado mis nietos, llegaron hasta nosotros, los niños de inmediato me abrazaron y besaron, los presente.—Ellos son mis nietos, son hijos de Danko y Nicolay, aunque ahora está casado con NicolásLos niños reclamaron con sus manitos en la cintura—Ahora tenemos a mi papá Nicolás, abuelitoDanko saludo primero—Hola, papá, buenas soy Danko y aquí mi esposo NicolásDalila reaccionó preguntando—Danko, no me dijiste que tenía otro hijo, sabía solo de KiaraLa miré sonriente para decir—Danko no es tu hijo Dalila, es hijo de Anastassia, una chica que me amo siempre, aunque yo solo la llegue a querer, pero eso no viene al caso, fue antes de conocerte y hay otra cosa sobre lo que dijeron los niños, mi hijo estuvo casado co
Llegó la hora de ir a festejar a la casa de la playa, mi hija me informo que había invitado a los socios y empleados de la empresa, que esto iba a ser en grande. Nos vestimos en forma holgada, pues eso nos advirtió Kiara, además nos pidió que lleváramos trajes de baño para ir al mar, que en las invitaciones había especificado eso, todo casual, el barullo era grande en casa, nosotros ya estábamos listos, pero todavía no salíamos. Alessandro nos dijo que dejemos que todos se vayan, que nosotros iríamos más tarde, con uno de los guardias que manejaría el auto de mi esposo.Escuchamos las voces de Danko, Nicolás y los niños que cruzaron frente a nuestra puerta, después a Dalila con su esposo e hijos. Alexander nos hizo señas desde el balcón, Serena y yo fuimos a acompañarlo, al mirar hacia abajo, era un enorme gentío, pues casi todos durmieron en mi casa, auto tras auto desaparecía en el horizonte transportando a los invitados hasta la casa en la playa.Todo quedo solitario, yo solamente e
La fiesta fue espectacular a pesar del mal rato, los brindis por doquier, Serena disimulaba al no tomar licor, yo aproveché un descuido y le traje té para que creyeran que tomaba vino. Pero las continuas insistencias de los demás hacían que se sintiera nerviosa, no tuve más remedio que hablar con Kiara, la agarre del brazo para llevármela a la cocina. Ella me indagó —Alessandro, ¿qué es lo que pasa?, todavía falta servir los pasteles, aquí tengo las velas que debo ponerlas Respiré profundo a sabiendas de que iba a romper una promesa, sin embargo, debía hacerlo para justamente proteger a la persona que me hizo jurar esa promesa, así que le exclame. —Mi amor, quiero que me ayudes con algo Ella me observaba con mucha atención, entonces solté de un solo sopetón todo —Serena no puede tomar licor, yo estoy dándole té o jugo de cerezas, es que… ¡Ella está embarazada! Lanzo un sonoro grito que gracias a Dios, por el bullicio de la fiesta nadie escucho —¿Serena está embarazada?, ¡Embaraz
Tuve un sueño hermoso, cuando me percate de que era como un Dejavú, era lo mismo que había soñado hace mucho tiempo, lo diferente era que unas manitas me tocaban la cintura y unas vocecitas pedían. —Papi, quiero sentarme contigo —Yo también papi —Yo soy el mayor, yo primero Las risas de Alexander me contagiaban al ver tanta insistencia, tome a cada uno y los fui acomodando en mis rodillas, sin embargo, quien estaba en mi rodilla derecha, gritaba feliz. —Yo soy la princesita de mi papi y ustedes mis sirvientes Comenzaron los reclamos de los otros dos sentados en mi rodilla izquierda —Yo soy príncipe no sirviente —Yo también soy príncipe, tú eres fea Serena habló cortando ya toda discusión —Su papá es el rey y quien manda aquí, entonces ustedes son sus hijos, una princesa y dos príncipes y se acabó, ahora vamos para cambiarlos porque vamos a… tan, tan, tan, Kiara los va a llevar a parque de diversiones Los gritos estridentes y lo que se bajaron a toda prisa para irse corriendo
NARRADORA veces la vida te da recompensas en tu existencia, porque a pesar de haber cometido un error por equivocación, el amor arrasa con todo vestigio de dolor, de rencor. Al amanecer y después de todos haber desayunado opíparamente, salieron a caminar por la playa que fue una sugerencia de KiaraTodos caminaban despacio, conversando y observando a los niños que se lanzaban arena mientras corrían felices. Más adelante iba Danko con Nicolás siguiendo a sus hijos que corrían con sus sombreros para el sol. Las risas de verlos correr eran estruendosas. Kiara a cada momento rei con tal felicidad que Alessandro por estar mirándola se olvidaba de sus hijos que recogían caracolas y trataban de sacar de allí dentro a los cangrejitosDalila se acercó a Danko para pedirle que la acompañara y reunirse con Kiara que a ella le había anunciado que en la carpa familiar había una cámara de video, que deseaba grabar a sus padres juntos y recordar cuando era una chiquilla feliz con sus padres en casa.
NARRA KIARAEl encuentro de mis padres para mí fue algo sublime, verlos besarse, un beso lleno de amor, de despedida, un cierre a su anterior vida. Era algo necesario para que ambos sigan con sus vidas, sin culpables, lo que sucedió fue decisión del destino. No culpo a Franco, pues entiendo lo que debe de haber sentido en cuanto la tuvo frente a Él después de perder a su esposa, verla otra vez viva hizo que su mente urdiera todo lo demás. A veces el amor mueve montañas y esta vez movió la vida de muchosEn la noche anterior a su viaje, me colé a su habitación sin decírselo a nadie, me senté en un sofá para hablar con ella, no me importaba que estuviese con Franco. Ambas hablamos mucho, yo le expresé lo que sentí cuando supimos la mala noticia de su fallecimiento, lo que mi papá me cuido, lo que me dedico su tiempo y amor para mí, sin embargo, tomaba un álbum de fotos para enseñarme su imagen y nunca la olvide, jamás hablo mal de ella siempre decía que era un ángel más en el cielo.Mi m
NARRA ALESSANDRONo me gustaba nada el hecho de que estuviese de esa manera, con esa actitud, como si estuviera con alguna duda, con ese semblante de preocupación. Cuando se levantó muy despacio, la ayude a caminar porque estaba un poco desestabilizada, fue hasta la cómoda de madera, abrió un cajón y saco algo que no alcance a ver, me pidió ir al baño, hasta allá la lleve y entro, le pregunte si quería ayuda y me dijo que “no”.Escuche que orinaba, espere que saliera, oí que se lavaba las manos, cuando abrió la puerta su expresión no denotaba nada. Me dio la mano y pensé que era para que la ayudara a regresar a la cama, cuando sentí algo que puso en mi mano. Sin mirar la ayudé a ir hasta la cama que se siente, yo me senté a su lado y Kiara tomo mi rostro y me dio un delicado beso para decirme.—Abre la caja y… mira lo que tiene adentroFije mi vista en la caja y era una prueba de embarazo. Observé a Kiara y sin expresión alguna me estaba mirando, la abrí y saque ese palito que justamen